Chasis, motor, diseño, todo es nuevo para esta pequeña Ninja que supone un salto adelante respecto a la 250R. Ahora la referencia estética es la ZX-10 R pero realmente hace guiños a todas las grandes deportivas que Kawasaki tiene en su catálogo actual, no sólo en la líneas del carenado sino también en otros elementos como el voluminoso protector de escape.

A falta de la información oficial mucho más detallada, ya sabemos algunas cosas importantes de este nuevo modelo de Akashi: Se trata de una moto mucho más deportiva en todos los aspectos, ahora sí parece una Ninja de verdad pero a escala. Para eso es fundamental algo más de potencia y eso se ha conseguido incrementando la cilindrada en 50 cc hasta cubicar 296 cc. Alimentado mediante inyección electrónica y válvula de doble mariposa, su bicilíndrico en línea es capaz de generar una potencia máxima de 39 CV a 11.000 rpm. Y monta una exquisitez digna de motos que al menos la doblan en cilindrada: embrague antirrebote.

El bastidor tubular de doble cuna es totalmente nuevo y ofrecerá un tacto más rígido y deportivo para poder llevar la moto al límite con estabilidad sobrada y sensaciones de conducción más radicales que las de la 250R, una utilitaria disfrazada de deportiva. Detrás montará un neumático de 140 mientras que el freno delantero se confía a un único disco compatible con sistema ABS. A simple vista las suspensiones no presentan grandes avances como pudiera ser una horquilla invertida. Quizás esto evidencie que pese a los numerosos cambios, Kawasaki quiera seguir ofreciendo una moto asequible, destinada a ser muy popular.

La instrumentación es de corte deportivo, mezclando en el tablero una pantalla digital con otra analógica para el tacómetro. Los semimanillares están por encima de la tija y esto pone de manifiesto que será una moto deportiva pero resultar radical e incómoda.

El debut parece ser inminente en la ciudad alemana de Francfurt los días 5 y 6 de septiembre así que estad atentos porque ampliaremos la información.