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El chasis multitubular en color bronce y la vaina de la horquilla del mismo tono son los rasgos más evidentes de la “operación nostalgia”. Pero no los únicos porque también hay numerosos y sutiles toques que hacen de esta serie un especial tributo; el logotipo del depósito cuya tipografía evoca la usada en la Monster 900 de los años 90’. También los espejos han sido sustituidos por otros más de la época, incluso el asiento tiene un estilo de la vieja Monster. Otras diferencias con las versiones estándar son la bomba y la pinza de freno en color dorado o el soporte cromado del
faro delantero. Y por último, el rojo Ducati es el que le da cuerpo a todos estos ingredientes que veremos tanto en la pequeña Monster 696 como en sus hermanas mayores, la 796 y la 1100 Evo.
La Monster fue presentada en el Salón Intermot de Colonia en el año 1992 y el diseñador fue Miguel Angel Galluzzi. Desde luego su creador no podría tener mejor nombre de pila porque fue capaz de diseñar una moto que dos décadas después respeta absolutamente las líneas marcadas por el primer modelo que tardó muchos años en recibir un verdadero rediseño estético. Fue en 2007 cuando la marca boloñesa se decidió a modificar su icono entre el recelo y la necesidad, pero acertaron de nuevo porque sigue siendo una de las naked más personales del mercado y su vida comercial continúa con muy buena salud.
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