Triumph no se decide a realizar un modelo realmente competitivo por tecnología frente a las motos más punteras de la categoría sport turismo (como sí acaba de hacer Honda con la VFR 1200, desafiando a BMW), y en cambio elije una vez más seguir un camino propio, basado en el carácter diferenciador de sus modelos ruteros frente al resto de marcas, que parecen el parque móvil de la Guardia Civil en el aparcamiento de cualquier concentración. Quizá no estén equivocados, y sus propietarios disfruten de excelentes y exclusivas motos, con motores de reputadas prestaciones y suave funcionamiento, bastidores con un cierto toque “sport” y tecnología relativamente convencional, lo mismo que la estética.

Las turismo de Hinckley nunca han tenido trasmisión por cardan, lo que más que personalidad es contención de costes. Pero a cambio de tener que engrasar y tensar cada mil kilómetros la típica cadena su precio es realmente competitivo, incluso bajo, sin prescindir de un elemento tan importante para quienes comienzan el viaje sin saber lo que está cayendo en el destino como es el ABS.

Motor más potente y elástico
La nueva Triumph Sprint GT ofrece un tricilíndrico de 1.050 cc. muy similar al de la Sprint ST pero revisado para ofrecer cinco caballos más, 130 cv a 9.200 rpm y un par máximo algo mayor, de 108 Nm a 6.300 rpm, más de mil vueltas por debajo que su compañera de gama. Por tanto un motor que gana en fuerza a cualquier régimen. Además la ciclística recibe un nuevo basculante monobrazo más largo, que favorece la estabilidad en línea recta y amplía la distancia entre ejes en nada menos que 8 centímetros, hasta 1.537 mm. Además la rueda trasera es de diseño similar, pero esconde un kilo menos de peso. Los discos de freno son nuevos, más ligeros que en la ST, y el tarado de suspensión se ha modificado. Además, la Triumph Sprint GT monta de serie neumáticos bi-goma Bridgestone BT021, que duran más que los Bridgestone BT020 ofrecidos en la ST.

Triumph afirma que la óptica delantera ofrece mejor rendimiento que en la ST y los espejos están rediseñados para mejorar la visibilidad. También es nueva la instrumentación, con tres esferas que incluyen dos relojes convencionales para el tacómetro y el velocímetro y un tercer espacio con pantalla digital multifunción con los niveles y un ordenador de consumos y viaje. El terminal de escape también tiene un nuevo diseño y sobre él el pasajero viajará en una posición algo más baja y accesible que en la ST. El equipaje se podrá llevar de serie en dos maletas rígidas laterales de 31 litros de capacidad, y sobre la parrilla trasera podrá incorporarse un “top case” opcional de gran tamaño: 55 litros.

Este nuevo modelo, que supera a la ST en todo, estará a la venta a partir del 21 de junio con un precio de 13.695 euros, para quienes aprecien la personalidad de una Triumph y piensen que es buena idea ahorrarse como mínimo dos mil y pico euros... a cambio de preocuparse por echarle spray de vez en cuando a la cadena.