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La reina de la categoría se pone seria ante la existencia de duros rivales como la Yamaha FZ8 o la Ducati Monster 796, modelos muy interesantes por la calidad que aportan a un precio razonable. Y resulta ser un movimiento muy acertado para continuar como referencia en las listas de ventas. De todos modos es algo que pedía a gritos, sobre todo por la suspensión delantera que lucía una horquilla invertida con buena pinta pero de deficiente funcionamiento, un factor que mermaba su rendimiento dinámico y no permitía exprimir sus más de 100 CV de potencia.

Parece que ahora va a lograr un equilibrio total con su nueva horquilla invertida de 41 mm y un nuevo equipo de frenos con pinza de anclaje radial Nissin de cuatro pistones. Cierto es que ya que se ponen podían haberla equipado con una totalmente ajustable, como la que monta la Triumph Street Triple R. Pero cualquier mejora ya es bienvenida porque el monoamortiguador trasero también es nuevo y el chasis también ha sido perfeccionado. Con todo este arsenal de mejores componentes, qué ganas de probar su efectividad. Seguro que es una moto de comportamiento muy diferente al modelo estándar. Y es que unas buenas suspensiones lo son casi todo en carretera.

Pero no ha quedado ahí el trabajo porque la ocasión se ha aprovechado para hacer algunos retoques estéticos como el frontal que presenta un diseño todavía más afilado. También se aprecia respecto al modelo base un guardabarros diferente y llama la atención el silencioso con un nuevo acabado todo en negro.