Con la referencia estética de la GSR-750 y el alma de la GSX-R1000, la nueva maxinaked de Suzuki llega a un segmento en plena efervescencia con sólidos argumentos para defender el honor de Suzuki pesar de la dura rivalidad existente en este mercado.

Con los mimbres de un motor superlativo y una parte ciclo de competición, Suzuki ha agitado la coctelera para plantear mucha diversión al desnudo. Por supuesto todo ha sido adaptado a la nueva ergonomía y exigencias de una moto exclusivamente para carretera.

El motor tetracilíndrico ha sido el primero de los objetivos de los ingenieros, no sólo para rebajarle la potencia - Suzuki no ha facilitado la cifra oficial pero estará en torno a 160 CV- sino para lograr un mejor rendimiento en bajos y medios para sacrificar velocidad punta y rebajar la zona de trabajo del motor, ya que en carretera se buscan otros parámetros que en circuito.

Pistones, levas y radiador han sido tres de los elementos nuevos o retocados para favorecer el rendimento de la nueva GSX-S1000. Pero mucha parte de la culpa la tiene el sistema de gestión electrónica del motor que también ha sido revisado.

Como es ya casi obligado no puede faltar en la electrónica el control de tracción que en este caso cuenta con tres niveles de intervención y es desconectable.

En la parte ciclo encontramos un bastidor rediseñado, más compacto para hacer todavía más juguetona y explosiva la GSX-S1000. Una nueva horquilla invertida KYB  con barras de 43 mm totalmente regulable es la encargada de asentar el tren delantero y favorecer la precisión de guía.

Y los frenos también forman un buen equipo gracias a que monta las mismas pinzas Brembo monobloque de la GSX-R1000. Y además cuenta con ABS para asegurar todavía más la frenada.

Una sofisticada instrumentación totalmente digital que informa de numerosos parámetros pone la guinda a una moto concebida para disfrutar de lo lindo en carreteras de curvaa o incluso en alguna incursion en circuito pues cuenta con todo lo necesario para sacar tu lado más salvaje.