Llega desde Australia y como casi todo lo que procede de nuestras antípodas, parece exceder nuestros cánones habituales de medida y también de concepto porque no es normal ver una moto con un motor V8 pero es la segunda vez que vemos esto en poco meses; la primera fue esta PGM V8 de 334 CV pero se queda corta ante la locura que plantea la Aurora Hellfire con sus 417 CV. Está claro que a los australianos les gustan las motos con alma de Supercars V8.
La Hellfire OZ26 monta un motor de 2.575 cc con cuatro válvulas por cilindro que no sólo ofrece ésa desbordante cifra de potencia sino un demoledor par de 319 Nm.
El creador de este prototipo es Vincent Messina, un ingeniero australiano metido en el mundo de la competición a treves superbikes y los sidecars con base en Tailandia que espera encontrar suficientes fondos para fabricar una serie limitada de esta bestia.
La electrónica es una base fundamental del proyecto ya que para gestionar tanta potencia se necesita tanto una parte ciclo a la altura como una electrónica capaz de gestionarla y hacerla utilizable: tiene un control de tracción con 10 niveles de intervención y cuatro modos de conducción (sport, touring, wet, y custom). Además el cambio de cinco velocidades se puede operar desde el pie o usando unos conmutadores en sus piñas que parecen las de una MotoGP.
Chasis mecanizado, suspensión delantera alternativa con amortiguador Öhlins, monoamortiguador multirregulable trasero, pinza de anclaje radial Brembo para un disco de freno cerámico...todo está a la altura de la audaz propuesta mecánica y de un conjunto para el que se anuncia 265 kg en seco que se mueven como una pluma con tanta caballería a su servicio.