Por eso la nueva MV Agusta F4 2010 es una moto tan sumamente elegante y deportiva y es que tiene una genética inmejorable que llega a su fin con esta serie limitada y se convierte en el mejor legado de la F4 de Tamburini. Los elementos que van a identificar estas 30 motos son el sillín de cuero acolchado con las costuras rojas y una placa numerada; una identificación única que la convierte en un auténtico caramelo para los más entusiastas de la marca y coleccionistas de piezas únicas.
Pero hay un problema, parece ser que MV Agusta ha embarcado todas las unidades para Japón, así que para hacerse con una los contactos en el país del sol naciente son imprescindibles.
Recordemos que estamos ante una máquina capaz de rendir 190 CV. Un animal de circuito capaz de pasear por la calle con la majestuosidad de un producto italiano hasta la médula que representa como pocas cosas la unión del mejor orfebre con el mejor sastre.