La vimos por primera vez en 2011, y os contamos con todo detalles sobre como se había originado este proyecto de ingeniería y fabricación artesanal en la República Checa, con el respaldo del Gobierno, y tras haber convocado un concurso ganado por el joven (ya no tanto) Satanislav Hanus. A estas alturas ya pensábamos que el proyecto de esta musculosa naked habría sucumbido al ser tan elitista, ya que las motos se hacen por encargo y su precio está en unos 120.000 €, pero nos equivocábamos.

En 2017 presenta un aspecto renovado bajo idéntica filosofía en lo que a parte ciclo y motor se refiere: motor construído de forma artesanal V6 a 90º de 2.442 cc que rinde 240 CV de potencia, 220 Nm y pesa 107 kg, una parte importante de los 262 kg declarados en seco. Equipa suspensiones Öhlins totalmente ajustables en ambos ejes, frenos de disco con pinzas Brembo de anlaje radial o un neumático trasero de 200 mm de ancho como principales argumentos. Aunque brillan con luz propia el enorme bastidor de estructura tubular y el espectacular basculante de alumino con los nervios interiores a flor de piel. 

Los cambios estéticos de esta nueva versión se concentran en el faro que pasa de ser circular a uno más actual, el diseño de sus llamativos silenciosos o las formas de las piezas de la carrocería, la mayoría de ellas hechas en fibra de carbono.

Al ser una moto que se fabrica bajo pedido, se pueden elegir colores, montar un sinfín de accesorios y ajustar la ergonomía y las cotas del chasis a gusto del piloto. Con la leña que cuesta es lo mínimo que se puede exigir a la pequeña pero ambiciosa firma FGR.