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Lo que más sorprende de los vehículos eléctricos es el silencio con el que se mueven. Son discretos y por ahí empieza su ecología porque la contaminación acústica de las ciudades es tan preocupante como la del aire.

Así que silencio, se rueda gracias al pequeño e-Vivacity, un scooter preparado para dar un giro radical a nuestra contaminante forma de desplazarnos. Se comercializará a partir de mayo a un precio mínimo de 3.600 € para las unidades de un solo cargador, y de 3.800 € para las que tengan doble porque esta se hace en tres horas menos. Es decir, de 8 horas se reduce a 5 y en un par de horas tendríamos disponible en torno al 80% de la energía. Merece la pena invertir esos 200 € más.

Peugeot, pionera en "plug and ride"

El desarrollo de este modelo tiene una doble base: por un lado el Vivacity con el que comparte idéntica carrocería y casi coincide exactamente en medidas y peso. Por otra el Peugeot Scoot Elec, un vehículo eléctrico basado en el Zénith que lo convirtió en pionero allá cuando se lanzó en 1996. Era como el Vivacity, un scooter totalmente urbano equivalente a un 50 cc.

Y es que el Vivacity ha refinado mucho la tecnología pero no en las prestaciones que es capaz de ofrecer, estos son sus números: 60 km de autonomía (50% más que el Scooter Elec), velocidad máxima de 45 km/h. Yo llegué a ver 51 km/h en su marcador digital pero está autolimitado porque no en embala más de la cuenta ni cuesta abajo. Hay que tener en cuenta que si se circula a una velocidad más baja, la autonomía no baja tan deprisa. Para ayudar dispone de frenada regenerativa al dejar de acelerar pero esta tan sólo puede aportar como máximo un 5% de la capacidad total.

¿Cambiamos el ritmo?

Lo que más sorprende al ponernos a los mandos es el panel de instrumentos, lleno de gráficos, colores e información. La que nos interesa es la del estado de las baterías y también la que hace referencia al modo de conducción porque dispone de cuatro opciones seleccionables mediante un botón:

- Marcha atrás: en este modo tenemos la ayuda de movernos sin esfuerzo hacia atrás a una velocidad máxima de 2km/h.
- Modo peatón: esta opción permite alcanzar, como mucho 5 km/h. Es casi como ir empujándolo a pie pero sentados.
- Modo Eco: esta opción impone un límite de velocidad máxima de 25 km/h para economizar batería.
- Modo normal: Aquí es donde el motor alcanza el máximo rendimiento con 45 km/h de punta. Es el que se utiliza el 99% de las ocasiones.

La discrección de un buen ciudadano

A la hora de la verdad, cuando nos ponemos en movimiento, aparte del consabido silencio destaca la vivacidad (no lo he hecho aposta) en la respuesta. Es instantánea y decidida, tanto que al principio nos sorprende un poco esa chispa, por otra parte tan típica de los vehículos eléctricos. Esto para ciudad es una excelente noticia porque permite circular con soltura, a buen ritmo. Además el e-Vivacity es un scooter compacto que se desenvuelve muy bien a pesar de no contar con un buen radio de giro. Es cómodo a los mandos, frena de manera eficiente y además es uno de los vehículos pequeños más útiles que se pueden encontrar, le sobran argumentos es este aspecto; plataforma plana, gancho portabolsas, hueco bajo el asiento para un casco integral (donde también va el cable de recarga de 2 m) y el ingenioso hueco en la parte frontal, donde una tapa da acceso a un hueco para un casco jet.

LAS CIFRAS DE SU CORAZÓN ELÉCTRICO

Las baterías son de ion-litio y en total pesan 16 kg. Aguantan 1.000 ciclos de carga/descarga pero están en garantía porque su coste es elevado. La garantía consta de 4 años o 40.000 km, unas cifras muy razonables tratándose de un pequeño vehículo urbano.
La recarga se realiza en una toma normal de 220 V y lleva también una toma de corriente de 12V. La potencia máxima que alcanza el motor, refrigerado por aire es de 3 KW.
Este es el coste de movernos en el e-Vivacity:
- Una recarga total viene a costar unos 0,25 €.
- Esto a los 100 km nos cuesta memos de medio céntimo (0,4 €).
- Y al cabo de un año habríamos invertido unos 16 € para movernos.

HABLAMOS CON EL RESPONSABLE DEL PROYECTO E-VIVACITY

Entrevistamos al director de desarrollo del proyecto e-Vivacity, England Wei. Un ingeniero taiwanés de 30 años que dejó su país para ir a EE.UU y más tarde a Francia. Un tipo simpático, con peculiar acento americano y un buen "coco".

¿Qué tiempo de desarrollo ha llevado la versión eléctrica del Vivacity?
Dos años, ayudados por la experiencia del  Scoot Elec.
¿Cómo ha sido posible mantener intacta la capacidad de carga teniendo que montar todo el cuerpo de baterías?
Hemos distribuido en torno a la estructura todos estos elementos, logrando que funcionen, distribuyendo el peso y sin afectar al volumen de carga.
¿Qué diferencia hay respecto a las medidas del Vivacity estándar?
No hay apenas pero sí ha variado la longitud que es un poco mayor.
¿Y la distribución del peso?
Es prácticamente igual porque todo el peso que se ha añadido equivale al depósito lleno de la versión normal.
¿Porqué esta tecnología y no pila de combustible, como el nuevo Suzuki Burgman Fuel Cell?
Sería más caro por la tecnología y el suministro, ya que la electricidad forma parte de nuestras vidas pero el hidrógeno, no.
Para avisar de nuestra presencia a los peatones contamos con un zumbido demasiado sutil o de un claxon un tanto escandaloso.
En efecto, estamos estudiando este tema para dotarle de una mecanismo de aviso aún más eficaz.

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