La nueva Kawasaki W800 poco o nada tiene que que ver con los modelos anteriores, salvo su lograda estética clásica, que se mantiene intacta. Anuncian los japoneses que casi el 90% de sus componentes han cambiado en 2019, que además llegará al mercado en dos versiones: Café y Street.

En la parte ciclo, lo más importante es la incorporación de un nuevo chasis, fabricado en acero y que mantiene su estructura de doble cuna como el del anterior modelo, que se complementa con un equipo de frenos totalmente renovado, formado por un disco delantero de 320 mm y otro trasero de 270 mm. En las suspensiones se ha optado por una horquilla convencional con barras de 41 mm de diámetro y por una pareja de amortiguadores traseros ajustables en precarga. Las ruedas son de 18".

El motor de la W800 cubica 773 cc, está refrigerado por aire y tiene como principal virtud su excelente entrega en bajo y medio régimen. No es un propulsor demasiado potente, unos 47 CV, pero más que suficientes para el público al que se destina esta moto y, sobre todo, para poder conducirse con el carnet A2 de moto. Es una moto básica en cuanto a las ayudas electrónicas a la conducción, pero sí que cuenta con un embrague antirrebote con el que conseguir una mejor adherencia de la rueda trasera en las frenadas. 

La instrumentación de la W800 mantiene una estructura clásica, con una par de relojes -velocímetro y tacómetro- acompañados de una pequeña pantalla LCD y de una serie de chivatos luminosos, entre los que destaca la luz de sobrerrégimen. El faro delantero, de estilo vintage, cuenta con tecnología LED. Este guiño a lo moderno no desentona en absoluto en un modelo que llamará la atención de los amantes de las clásicas modernas, una moto que sólo está disponible en un tonalidad bicolor muy elegante.