Hasta el próximo 30 de junio, quienes adquieran una MITT 400 GPR se beneficiarán de 500 € de descuento en su precio, además de un año de seguro gratis. Una buena oportunidad para hacerse con esta devoradora de curvas por poco más de cuatro mil euros: 4.195 €.

Específica para el carnet A2, resulta la moto ideal para quienes buscan un modelo con el que dar rienda a su lado más racing apoyándose en su facilidad de manejo, el suave comportamiento de su bicilíndrico en paralelo y unos componentes a la altura de su carácter.

Equipada con un propulsor bicilíndrico en paralelo de 378 cc y 41 CV de potencia con culata de cuatro válvulas, refrigeración líquida e inyección electrónica Delphi, la deportiva de MITT es una opción muy racional para dar los primeros pasos en el terreno de las motos deportivas.

Junto a su motor destaca una parte ciclo intachable. Un rígido chasis tubular de acero, combinado con un basculante de doble brazo fabricado en aluminio y unas suspensiones en las que brilla la horquilla invertida regulable y con barras de generoso diámetro, acompañada en la rueda trasera por un amortiguador central con ajuste en compresión.

La frenada está garantizada por dos discos delanteros de 299 mm y perfil lobulado mordidos por dos potentes pinzas de anclaje radial y cuatro pistones, apoyados por un disco trasero de 240 mm y pinza de doble pistón. Un conjunto asistido por ABS de doble canal encargado de evitar cualquier posible bloqueo en las frenadas más bruscas, proporcionando una elevada seguridad en este apartado.

El diseño es otro de los puntos fuertes de la MITT 400 GPR. Exhibe una imagen en la que predominan las líneas angulosas, siguiendo las últimas tendencias marcadas por las deportivas de mayor cilindrada y responsables del aspecto agresivo que exhibe la moto. Algo a lo que también contribuye su vanguardista doble óptica frontal formada por LED, igual que el piloto posterior.

Con una altura de asiento de 760 mm -accesible para pilotos de cualquier talla-, las estriberas ligeramente retrasadas y unos semimanillares anclados en la parte superior de la tija, la 400 GPR ofrece una postura de conducción deportiva pero no radical, pensada para hacer un uso intensivo sin fatiga r al piloto, y permitiendo al mismo tiempo protegerse con facilidad bajo la pequeña cúpula de su carenado. Un momento en el que podremos disfrutar de toda la información que despliega su completo panel de instrumentación, que combina un gran tacómetro analógico -al más puro estilo RR- con una pantalla LCD.

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