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Por eso la Moab de Husqvarna exhibe ruedas mixtas, llantas (17") de radios, manillar plano…todo con un aire futurista que se integra a la perfección en el concepto “retro” que evoca. Es un ejercicio de estilo muy logrado, igual que hizo el año pasado con la Mille 3, de carácter totalmente diferente pero igualmente impactante. La Moab está resuelta de una forma más realista, una moto que perfectamente podría rodar por la calle, pues todo parece en su sitio, no es tan sólo para mostrar en un salón como la Mille 3.

Lleva un motor monocilíndrico de 650 cc (el de la GS 650) abrazado por un chasis tubular unido a un subchasis de sección rectangular que junto a la horquilla invertida el monoamortiguador progresivo o las pinzas Brembo, conforman una vistosa parte ciclo. El depósito de combustible y el asiento juegan un papel esencial en su estética, junto al manillar ancho y ligeramente elevado. Se planta como un moto más bien larga y baja, fácil de conducir y válida tanto para la ciudad como para hacer alguna incursión off-road.

La careta frontal y los paneles laterales para los números junto a las piezas agujereadas, aportan ése toque racing de época rematado por la decoración de la H4 de cross que utilizó Steve McQueen en 1970. El escape alto y plano, scrambler total, contrasta con el vanguardista guardabarros delantero, en línea con las aletas del motor, toda una combinación de estilos contrapuestos realmente lograda.