Esto simplificando y entre nosotros, claro. En el fondo la nueva Harlay-Davidson Softail Slim es un concepto bobber sobrio pero lleno de detalles. La Slim es como esos cantantes o actores que para obtener el aspecto desaliñado que les caracteriza se tiran tres horas en la sala de maquillaje. Puede parecer sencilla pero en el fondo esconde un estudiado diseño en el que todo es intencionado. Para empezar, Harley ha declarado la guerra al cromado en esta moto, y brilla por su ausencia (sic... lo siento). En su lugar adopta la pintura negra para las terminaciones de piezas tan propensas al cromo como el faro, el manillar o las llantas. Las tapas de las culatas están pulidas en vez de cromadas y los cilindros también van pintados de negro.

La Harley-Davidson Softail Slim recupera el estilo de las personalizaciones de los años 50. Y la verdad es que no desentonaría demasiado con un joven Marlon Brando subido en ella y bebiendo cerveza rodeado de botellines vacíos en las calles de Hollister. Casey Ketterhagen, uno de los responsables de su diseño, afirma que no le ha quitado el guardabarros delantero, como a su moto particular, porque no le han dejado... por eso lo ha recortado al máximo. “Es el momento de que el motor vuelva a ser el centro del diseño de una motocicleta”, declara. “Así que pusimos a dieta a la Softail para volver a controlar las proporciones. Si se reduce la parte trasera, utilizando un neumático estrecho y un guardabarros recortado, el corazón de la moto, el motor, se convierte en el centro de atención. Dejamos un espacio entre la parte delantera del asiento y el depósito para que el piloto pueda ver la parte superior del motor. Me gusta mirar hacia abajo y ver lo que me está moviendo”. Ahí queda eso.

Uno de los aspectos personales de la Slim es el manillar Hollywood, ancho, bajo, negro y con una barra de refuerzo. Inspirado directamente en las motos de aquellos tipos duros que volvían de la guerra de Corea y no tenían nada mejor que hacer que construirse una Harley subastada por el ejército tras el fin de las hostilidades y recorrer estados en compañía de sus colegas.

El negro está por todas partes: en la instrumentación, en las piñas de mandos del manillar, en los soportes del guardabarros trasero... y por supuesto en el asiento, monoplaza, estrecho y situado bajo, a tan sólo 650 milímetros del suelo, tapizado con un diseño “tuck-and-roll”.  Tampoco parece tener mucho mullido, ideal para sentir las vibraciones del motor, atornillado sin elásticos al chasis. Se trata del invariable 1.690 cc. con eje antivibraciones con un par de 132 Nm a 3.250 rpm., que hace innecesario recurrir con frecuencia al cambio de 6 velocidades.

Lo que sí está cromado es el sistema de escape “Shotgun” con silenciadores “slash-cut”. La Harley-Davidson Softail Slim se puede elegir en los colores Vivid Black, Denim Black y Ember Red Sunglo. El paquete de seguridad opcional incluye: Smart Security System con dispositivo de seguridad manos libres de proximidad y sistema antibloqueo de ruedas (ABS).