Gracias a este concepto la firma austriaca se ha convertido en protagonista indiscutible del Tokio Motor Show que se celebra estos días. Y es que esta intrépida aproximación a lo que podría ser un scooter auténticamente deportivo con corazón eléctrico lo merece.

Ya no sólo por su rompedora estética con el inconfundible sello de la casa sino porque la marca austriaca también ha impuesto su marchamo en las suspensiones ktm_e_speed_scooter_electricofirmadas por WP y el bastidor de estructura tubular.

Su corazón eléctrico acaricia los 15 CV de potencia máxima y ofrece un par de 36 Nm. Esto se traduce en una velocidad punta en torno a los 85 km/h. Su llanta de 14 pulgadas debe garantizar una estabilidad ejemplar en combinación con el resto de la ciclística.

Llama mucho la atención el basculante monobrazo trasero así como el monobrazo que también funciona junto a la suspensión delantera. La frenada corresponde a un sistema formado por dos discos asistidos por ABS – un detalle poco deportivo- y otro dispositivo encargado de regenerar energía durante la frenada. Con este prototipo KTM vuelve a mostrar las buenas dotes de diseño e innovación que le han llevado a ser una de las marcas referencia en el mundo.