VER FICHA TÉCNICA >

En positivo

  • Aceleración y prestaciones
  • Agilidad
  • Estilo y acabados

En negativo

  • Estabilidad a alta velocidad
  • Pata de cabra con muelle, sin corte encendido
  • Hueco pequeño para el casco


Esta nueva versión de la GTS 300 Super es el colofón a una familia que siempre ha escondido mucho dinamismo bajo su carrocería. Primero fue la GTS 250 y algunos años más tarde, con la aparición del QUASAR 300, iría un poco más allá montando el motor del grupo Piaggio, que ha sido y es, uno de los más sobresalientes de su categoría, por no decir el mejor. Y afirmamos esto basándonos en un funcionamiento realmente fino en lo que a sonoridad y vibraciones se refiere, con un tacto casi eléctrico así como unas prestaciones y consumos muy positivos. Ya entraremos en detalle porque las claves de este modelo son también otras como la especial decoración de la carrocería, su acabado mate o el tapizado del asiento. Estas diferencias respecto a la 300 Super suponen un incremento de 254 € en el precio.

Todo esto conforma una Vespa muy atractiva, primero porque el acabado mate le sienta realmente bien, a las fotos me remito,  y segundo, porque casa a la perfección con el fuerte carácter del motor y con algunos guiños sport como el muelle rojo de la clásica suspensión monobrazo con bieleta oscilante.

vespa-super-sport-300

Paso acelerado


Lo que más llama la atención en un principio es la salida desde parado, pues empuja de forma muy decidida, seguramente acorde con los mejores registros de la categoría. Pero no es cuestión de la alegría de salir sino que después continua ofreciendo muy buena aceleración a medio régimen. En ciudad es un auténtico pepino camuflado bajo su simpático e inocente estilo, y no siendo yo muy amigo del alboroto ni de dar la nota en general, es lo que más me ha gustado; silenciosa, discreta pero tremendamente veloz, muchas motos grandes se sorprenden cuando los rebasas y pones muchos metros de por medio en un abrir y cerrar de ojos. Uno de los secretos del agradable tacto que transmite es la conexión del variador con el puño acelerador y el motor. Es tremendamente suave y muy preciso, una auténtica delicia. A esto hay que añadir un consumo realmente bajo, en torno a los 4 l/100 km que unidos a un depósito de 9 litros de capacidad, nos da una autonomía que supera fácilmente los 200 km. Estamos ante un motor que sólo se puede piropear. También se puede hablar en positivo de la movilidad que ofrece, pues se desplaza de forma ágil a cualquier velocidad y es capaz de girar en muy poco espacio, gracias a sus acertadas geometrías y las pequeñas ruedas.

 

vespa-gts-300-super-sport2b La Super Sport sigue fielmente los rasgos estéticos familiares de siempre pero esconde bajo su carrocería un corazón técnicamente muy avanzado. La 300 Super Sport es una moto amplia y con un puesto de conducción cómodo. Destaca por su estabilidad que no se ve comprometida hasta que no forzamos mucho el ritmo.


Ergonómicamente esta Vespa también aprueba con buena calificación en lo que a la posición del piloto se refiere, planteando una postura muy natural y por ello cómoda. Pero tiene una pega cuando vamos a dúo, y es que la ubicación de las estriberas extraíbles hace que los pies del acompañante molesten al piloto. Por lo demás, la Vespa es un scooter confortable cuando circulamos gracias a unas suspensiones eficientes que filtran bien los baches, y a la vez, cuentan con la consistencia necesaria para estar a la altura cuando sacamos a pasear el genio del motor.

Sorprende para bien la estabilidad y el aplomo para llevar ruedas de 12 pulgadas y un sistema de suspensión delantera con un solo muelle, ofreciendo confianza hasta que llegamos a los límites de su mecánica que están en torno a unos 130-140 km/h, momento en el que las oscilaciones de la rueda delantera se hacen constantes y muy evidentes. Y si un scooter que corre, necesita estabilidad y también unos buenos frenos: la Super Sport los tiene porque cuenta con la suficiente potencia en ambos discos, aunque no destacan por tener un tacto refinado al tocar la maneta.

 

Estéticamente tiene muchos detalles que la definen: muelle de la suspensión rojo, rejillas de aire en el contraescudo, moldura cromada en el guardabarros así como otras piezas cromadas de las que no se abusa, imponiéndose el buen gusto general. El frontal está definido por su característico faro redondo con los intermitentes incrustados en el escudo, junto a una pequeña rejilla y la inscripción Tanto el color mate de la carrocería como la inscripción


La faceta práctica corre a cargo del útil gancho portabolsas, el hueco bajo el asiento y una pequeña guantera. Todo ayuda a la hora de llevar nuestros enseres cotidianos pero el hueco bajo el asiento, a pesar de su buena capacidad, tiene un fallo y es no poder alojar un casco integral ni tampoco un jet abierto, a no ser que sea muy pequeño. La apertura del hueco se realiza desde un botón situado junto al contacto.

Esta Vespa de porte grande proyecta una imagen fantástica, de calidad, gracias a sus acabados pero teniendo en cuenta su proximidad a los 5.000 €, debería evitar el uso de un sistema para la pata de cabra tan inseguro como barato. Y es que la presencia del muelle que la rocoge automáticamente en lugar de un sistema con corte de encendido, es un detalle que desmerece frente a todas las cosas buenas que aporta esta belleza italiana de paso acelerado. Pero una vez más cobra sentido aquello de que la perfección no existe, y menos cuando hablamos de las pasionales criaturas mecánicas que nos llegan desde el país transalpino.

 

vespa-gts-300-super-sport-4 El motor de 278 cc y 22 CV de potencia rinde muy bien a todos los niveles. Su funcionamiento es suave, silencioso, con ausencia total de vibraciones. El tacto es realmente agradable y destaca, sobre todo, por su explosiva salida. El hueco es grande pero debido a su diseño estrecho y sus formas no es posible guardar un casco integral y tampoco un jet abierto, a no ser que sea muy pequeño, casi un quitamultas.