Es casi un veterano entre los scooters actuales de 125 cc pero cuenta con el favor del público que sabe apreciar sus excelentes cualidades para la ciudad. El pequeño Burgman es un extraordinario baluarte para Suzuki en 125 cc porque a pesar de haberse lanzado en 2007, los nuevos contrincantes que han ido apareciendo no han eclipsado la estrella de este scooter tan práctico y fácil de conducir.

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Nuestro protagonista Executive es una versión que nació hace justo un par de años junto a la Racing para plantear más opciones estéticas. Aquí podéis ver los detalles que la diferencian del modelo base >(reportaje). Salvo estos ingredientes, todo lo demás es idéntico por eso el sobreprecio es de tan sólo 100 € sobre la versión estándar.

En positivo

  • Agilidad y ligereza
  • Carga bajo el asiento
  • Motor (aceleración/ suavidad)

En negativo

  • Espacio tallas altas
  • Instrumentación pobre
  • Velocidad punta

Amigable

Hacía tiempo que no me subía a un Burgman y me recibió como a un viejo conocido con el que hablas como si te vieses a diario. Desde el primer instante te sientes muy cómodo en su amplio asiento próximo al suelo para facilitar cualquier tipo de maniobra y en una posición bastante natural. Aunque quizás se te quede un poco pequeño si mides de 1,85 m para arriba porque las rodillas irían demasiado flexionadas. Pero volviendo al confort, aunque la pantalla del Burgman es corta en esta serie Executive, la protección no es mala porque el puesto de conducción es bajo y te sientes bien integrado en la carrocería. Otra de sus aportaciones al bienestar del conductor es la posibilidad de estirar las piernas, algo que puede combinarse con la presencia de su respaldo para hacer la postura todavía más cómoda, en plan casi sofá. Esta sensación se acompaña con un asiento bastante grande, tanto para el piloto para el pasajero y esconde el secreto más valioso de este scooter que te contaré más adelante.
>Datos técnicos y equipamiento Suzuki Burgman 125 Executive
Por eso se siente tan manejable y es una de sus virtudes más destacables, sin duda. Y en parte es por su ligereza pero en gran medida también contribuyen la ergonomía del puesto de conducción y también sus cotas de dirección. Una vez en marcha la comodidad continua con unas suspensiones más bien suaves que filtran bien las irregularidades pero no tan bien obstáculos más pronunciados: ahí sale a relucir que no absorben todo lo bien que deberían y transmiten sacudidas un poco incómodas.

Digamos que la suspensión no es su fuerte aunque tampoco supone ningún problema, incluso a máxima velocidad, cuando percibiremos pequeñas oscilaciones de la rueda delantera en curva. Nada nuevo en el panorama de los scooters.

Con chispa y seguridad

El motor es otro de sus puntos fuertes, por la suavidad que ofrece y el buen rendimiento tanto en la salida desde parado como en el medio régimen. Y esto supone un pequeño sacrificio a la hora de alcanzar la velocidad máxima, pues no es su fuerte aunque es suficiente para rodar con cierta seguridad fuera de la ciudad. Su máxima está en torno a los 110Km/h reales. El consumos es moderado, situándose en unos 4 l/100 km, por lo que su autonomía no está nada mal: casi 300 km. Eso sí, que no disponga de un testigo de reserva, nos parece un detalle pobre para un scooter de gama media-alta.

En cuanto a los frenos, tan sólo decir que cumplen perfectamente gracias a su sistema combinado formado por dos discos y una pinza delantera Nissin de triple pistón que reparte la frenada para evitar que bloqueemos al accionar a fondo la maneta izquierda en caso de emergencia. Es muy útil para los pilotos con poca experiencia que abundan en el segmento de 125 cc. No es que el tacto sea exquisito, sobre todo en la maneta derecha que acciona el disco delantero, pero responde bien cuando demandamos potencia de frenado desde cualquiera de las dos.

El mejor hueco

Y quizá su mayor y mejor cualidad se encuentra bajo el asiento, donde el espacio abunda y resulta una maravilla poder guardar dos cascos integrales sin problemas y bastantes cosas más. Está extremadamente bien pensado y no me parece aventurado afirmar que es el más capaz y aprovechable de todos los scooters de 125 cc. Además, el interior va revestido para no maltratar la carga y también dispone de una útil luz de cortesía. Y por si fuera poco también tiene guantera con llave donde guardar pequeños enseres, la documentación o lo que sea porque tiene hueco a ambos lados de la columna de dirección. También pone a nuestra disposición una toma de corriente para el móvil.

Uno de sus puntos débiles es la instrumentación, muy clara, eso sí pero con la información y funcionalidades tan justas que ni siquiera dispone de un testigo de reserva, tal y como ya hemos comentado cuando hablábamos de su moderado consumo. Es un detalle de una importancia relativa pero cuando pagamos 3.799 € por un scooter, le podemos exigir un buen equipamiento y una instrumentación lo más completa posible sería algo perfectamente exigible. Pero como contrapartida, el pequeño Burgman ofrece originalidad y estilo, comodidad para sus ocupantes y una capacidad de carga extraordinaria que nos ayudará tremendamente en el día a día. Su motor y comportamiento ponen el resto para convertirlo en uno de los indiscutibles reyes de la ciudad por derecho propio.