Siempre que probamos un T-Max preparado por Motos Cortés nos vamos a casa con una sonrisa de oreja a oreja, y esta vez no ha sido diferente; todavía me estoy riendo...de las motos que intentaron seguir mi ritmo.
Si crees que el T-Max es deportivo es que no has probado todavía una preparación como esta, que sin ser extrema e inalcanzable para el bolsillo, transforma este megascooter en un auténtico depredador por su explosividad y movimientos felinos que personalmente me recuerdan más a una moto.
Preparador experimentado
Estamos ante una preparación que mejora notablemente las excelentes cualidades dinámicas del T-Max de serie. Su propietario, Miguel Ángel Cortés, acumula ya mucha experiencia trabajando con todos los T-Max habidos hasta el momento e incluso ayuda a desarrollar el variador J.Costa para lograr un rendimiento óptimo; sabe muy bien lo que hace y cada nueva generación es un reto para mejorarlo a todos los niveles, y con la llegada del 530 tenía claro que tocaba coger el “juguetito” para prepararlo a su gusto con lo más efectivo industria auxiliar.
Pisada de moto
Y el resultado es este rapidísimo y preciso T-Max 530 capaz de sacar los colores a muchas motos por sus aptitudes dinámicas y prestaciones. En el primer apartado tenemos elementos claves para mejorar el comportamiento: amortiguador Öhlins y componentes Matrix para la horquilla que permiten junto a un aceite de viscosidad diferente, variar la compresión y la extensión. El resultado es el aplomo y la precisión de moto deportiva que invitan a explorar sus límites constantemente porque filtra de forma ejemplar las irregularidades informando muy bien del terreno que pisamos.
El nuevo T-Max 530 ya había experimentado una importante evolución dinámica en este sentido gracias a que el motor se ha desplazado hacia delante y el manillar ha elevado un poco su posición, logrando una sensación de control, equilibrio y ligereza - incluso en parado- que facilita los movimientos a cualquier velocidad, llamando especialmente la atención cómo cambia de dirección con el mínimo esfuerzo y pasa exactamente por la línea elegida.
Impetuoso y seguro
Al 10% de ganancia de par sobre su predecesor se une la nueva transmisión por correa y en esta preparación suma el variador J.Costa Evo 3 Racing que reafirma ése tacto casi eléctrico, permitiendo una enérgica aceleración instantánea y lineal. El escape Akrapovic es el complemento perfecto, no sólo por su estimulante sonido sino también porque permite una ganancia en velocidad punta para apoyar la mejora del variador en bajos y medios regímenes, logrando siempre un ritmo muy alto para los adictos a las sensaciones fuertes. También aporta su granito de arena a este buen rendimiento el filtro de aire BMC, que permite una mejor "respiración" del motor.
El resto de los elementos se enmarcan en el plano estético, donde destacan los pequeños espejos de la firma italiana Barracuda. También lleva unos protectores de maneta y puños calefactables así como las llantas con un trabajo especial de pulido y posterior decoración en dorado. Está claro que Miguel Ángel Cortés cuida, y mucho, su T-Max 530 pero todo tiene un precio* y no es precisamente barato porque todos los elementos son "pata negra":
- Filtro de aire BMC 65 €
- Disco de freno sobredimensionado 335 €
- Componentes Matrix para la horquilla 209 €
- Amortiguador Öhlins 976 €
- Variador J.Costa Evo 3 racing 450 €
- Escape Akrapovic 868 €
- Retrovisores Barracuda 137 €
*Sin IVA
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