VER FICHA TÉCNICA >

En positivo

  • Potencia
  • Comportamiento
  • Carácter exclusivo

En negativo

  • Precio
  • Espacio pasajero
  • Poco práctica

Tope de gama

La Monster es un icono tremendamente importante en Ducati. Es un modelo que ha conjugado con acierto popularidad y una genética muy especial; los tintes deportivos que se aprecian en su ergonomía y su sugerente diseño tocando techo con esta versión. Los más de 13.000 € que cuesta se justifican con un equipamiento de primera calidad en el que destacan, sobre todo, las suspensiones y los frenos. Estos elementos, que incrementan el precio en 2.000 € respecto a la versión estándar, mejoran el rendimiento cuando su impetuoso bicilíndrico comienza a mover el ligero conjunto que tenemos entre las piernas. Sin duda será nuestro mejor aliado a la hora de hacer adelantamientos, permitiéndonos incrementar el ritmo de forma instantánea con la agradable sensación de que el motor no se acaba.

El sonido que emiten las dos salidas de escape es algo imprescindible en su identidad y cobra un sentido exquisito gracias a la utilización de fibra de carbono en la cobertura de los silenciadores de aluminio, paliando en cierto modo el diseño básico de estas piezas que no está a la altura del resto. También se ha utilizado fibra carbono en el guardabarros delantero y las tapas. Y es que hasta los retrovisores se han cuidado al máximo para no perturbar la armonía estética que transmite la Monster. Por cierto, se ve muy dignamente por ellos a pesar de su forma pequeña y estilizada.

Su ancho manillar de aluminio contribuye a una buena manejabilidad tanto en ciudad como en carretera. Permite regular las manetas, algo que siempre se agradece. El depósito de combustible -fabricado en material plástico- es otro importante rasgo estético. Tiene unas rejillas a ambos lados porque aloja el airbox y la centralita Siemens. Al estar recortado permite un mayor ángulo de giro al manillar, aunque la gruesa horquilla impide que sea mayor.

Deportividad al desnudo

La posición de conducción dista mucho de la típica naked con espalda recta y posición erguida. Aunque no llega a ser incómoda, está planteada para que carguemos el peso delante, adoptando de esta manera una postura más bien deportiva.
El basculante monobrazo es otra exquisitez de la 1100 cuya parte ciclo es digna de admirar y disfrutar. Y es que la rigidez del conjunto gracias al bastidor, cuyo diámetro y grosor de los tubos que lo forman son idénticos a la 1098 R, permite una gran precisión en las trazadas y un comportamiento impecable en lo que a estabilidad se refiere. Aunque la entrada en las curvas podría inspirar más confianza desde el tren delantero. La ligereza que en la versión S es un kilogramo menos frente a la versión normal (168 y 169 kg respectivamente) y la potencia, se combinan con la manejabilidad para ofrecer un disfrute máximo cuando encontramos un tramo de carretera sinuoso. El buen tacto de los frenos es aquí un perfecto aliado, pues disponemos de bomba y pinza radial, y eso significa potencia y dosificación con el mínimo esfuerzo. Enlazar curvas se convierte en un divertido pasatiempos para aquellos capaces de sacar todo lo bueno que nos tiene reservado esta Monster.


Caballos de placer

El motor empuja con rotundidad a la salida de cada curva, haciendo trabajar duro a la suspensión trasera -Öhlins completamente regulable- y castigando el neumático que tendrá los días contados si practicamos una conducción abusiva con la excelente tracción de la Monster. Y no gasta calzado de mercadillo. La caja de cambios es muy precisa y colabora muy bien porque es raro saltarse marchas. El escalonamiento penaliza las dos primeras marchas que se acaban con rapidez pero deja el resto con tanta potencia que parece no acabarse. Hay que encontrar una recta muy larga y despejada para poder engranar hasta la sexta habiendo apurado todas: En este momento estaremos por encima de 200 km/h y con el cuello listo para llevárselo al quiromasajista.

Las geometrías de dirección de la moto hacen que los movimientos sean fluidos en la urbe, donde una moto poco ágil te penaliza constantemente. No es el caso a pesar de tener una horquilla Óhlins " pata negra" con barras de 43 mm de diámetro y regulable.

El o la eventual acompañante lo tienen un tanto complicado, pues a primera vista estamos ante una “monoposto”. Pero esto se puede subsanar gracias a otro asiento que Ducati ofrece de forma opcional para dos personas. Ducati ha pensado en todo y ha cuidado cada detalle, ofreciendo calidad y estética en una moto no apta para principiantes por las cualidades el motor que tiene un poco de "mala leche" haciéndolo muy apatecible para aquellos con ganas de diversión a ritmo de poderoso biciclíndrico.