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La verdadera innovación de esta nueva Vespa no se ve pero se siente de forma clara: la tecnología del monocilíndrico ha buscado la máxima eficiencia en su rendimiento y esto no sólo se centra en tratar de buscar más prestaciones sino hacerlo a costa de un consumo menor. Una ecuación perfecta para el usuario que de paso también contamina menos pero eso es una cuestión secundaria para el comprador que primero mira su bolsillo y luego a la capa de ozono.

Juguete con estilo

Ya probamos este nuevo motor en el nuevo Fly 125 y las sensaciones son muy parecidas ya que ambos son dos vehículos ligeros y de rueda pequeña: el primero golpe de gas es muy brioso, incluso diría que un poco brusco. Y a partir de ahí la aceleración es uniforme y decidida hasta que llegamos en torno a los 100 km/h reales. Y es que la Avispa es un animal 100% urbanita y en autovías de circunvalación o carreteras donde haya espacio por delante, penaliza en estabilidad por sus ruedas pequeñas y una velocidad punta algo escasa. Su escudo estrecho y la ausencia de parabrisas completan el elenco de handicaps para este terreno.

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Sin embargo en el corazón de la metrópoli, el motor la impulsa con notable viveza que unida a su agilidad la convierte en un juguete. Lo cierto es que a pesar de montar los neumáticos en llanta de 11” su estabilidad recuerda a la de las Vespas de toda la vida con ése nerviosismo que favorece extraordinariamente la maniobrabilidad, aprovechando también su buen radio de giro.

Experta en bajo consumo

Pero vamos a centrarnos en la auténtica novedad, su vanguardista corazón dotado de tres válvulas, dos de aspiración y una de escape, con distribución monárbol y refrigeración mediante aire forzado. La alimentación se realiza mediante inyección electrónica, algo que contribuye a unos consumos muy bajos, entre los 2,5 y 3 litros a los 100 km, según cómo tratemos el puño acelerador.

En positivo

  • Aceleración y consumo
  • Estilo y calidad
  • Agilidad y ligereza

En negativo

  • Hueco casco
  • Velocidad punta
  • Freno tambor detrás

Son cifras muy buenas y permiten alcanzar una buena autonomía de unos 250 km, una distancia tremenda para un uso eminentemente urbano que no penaliza en absoluto una capacidad del depósito en principio puede parecer pequeña con 8,3 litros, reserva incluida. Sin duda este es el aspecto más favorecido de la Vespa con este nuevo motor que con sus 11,6 CV de potencia máxima declarada la mueve con mucha soltura, gracias también a un peso declarado de tan sólo 110 kg. imperfección

La perfecta imperfecta

Como buena Vespa, las suspensiones y los frenos no son su fuerte pero cumplen dignamente para el tipo de conducción tranquila que se le presupone. Los baches se notan bastante debido a la poca progresividad de la amortiguación pero lucir la suspensión monobrazo con bieleta oscilante tiene un precio. Tampoco las reacciones detrás son mucho más refinadas pero en ningún caso llega a ser incómoda. Los frenos van es la misma línea, de hecho el tambor trasero parece un atraso para una moto de más de 3.000 euros pero son cosas del guión; igual que el freno delantero con una maneta cuyo tacto es algo rudo pero no por duro sino por poco fino ya que tiene poco recorrido aunque parezca que tiene mucho, y frena bien a fin y al cabo, pero sin exquisiteces. Particularmente pienso que todo esto está muy estudiado y Piaggio no desea perder ésa antigua esencia de un funcionamiento peculiar, totalmente alejado de la perfección pero eficaz en cuanto "entendemos" sus reacciones.

La Vespa LX tiene sobrados argumentos a la hora de seducirte para hacerse un hueco en tu garaje: estilo, suavidad, calidad...todo esto ilumina tanto que las sombras apenas se alargan y eso que tiene aspectos para pulir como por ejemplo el llenado del depósito de combustible; es muy traicionero porque si intentas llenarlo a tope y no tienes experiencia, paciencia y tacto, lo más fácil es que acabe escupiendo la gasolina o desparramándola por el rebosadero de la parte inferior. También se echa en falta una pata de cabra lateral aunque no es un detalle crucial.

Por otra parte, el hueco del casco tampoco nos convenció porque no pudimos guardar ningún casco integral "ni por asomo". Pero viendo la profundidad y forma del hueco nos extrañó porque parece perfectamente ideado para eso. Y preguntando a otros usuarios de Vespa LX, nos han confirmado que ellos sí pueden así que igual deberías probar tu casco antes de comprártela. Lo seguro es que si quieres guardar un casco con mentonera, el que sea, no puedes llevar en el hueco ninguna cosa más porque el espacio es justo. La documentación a la guantera porque a pesar de no ser grande, sí permite llevarla ahí y guardar algún que otro pequeño objeto, incluso los guantes.

Su faceta práctica se completa con un útil gancho portabolsas dispuesto en la punta del asiento y que permite llevar cosas aprovechando una plataforma que no es plana pero casi. Por cierto, ahí encontramos uno de los rasgos distintivos de la Vespa que son esos ribetes negros alargados cuya función antideslizante se complementa con la estética. Y en el puente existente entre los pies para reforzar la estructura de su chasis de láminas de chapa estampada -otro detalle que la hace única- lleva una pieza de goma con el logotipo Vespa.

Es un scooter repleto de detalles como la moldura cromada sobre el guardabarros delantero, la barra asidera también cromada, así como la pieza sobre la matrícula, los puños con el logo "Vespa"...A estilo chic y genuino no la gana ningún otro scooter del mercado, salvo la PX, por supuesto.

Por eso, aunque no sea ni mucho menos barata porque cuesta 3.271 euros, la considero una excelente inversión por carácter estético y la ahorrativa tecnología de tres válvulas, sin olvidar que el día que te aburras de ella, si es que lo haces, tiene poca devaluación en comparación con la mayoría de scooters del mercado.