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El modelo que hoy probamos es especial y atípico. Representa el tope de gama en la categoría del scooter deportivo en aspectos como la potencia, velocidad máxima y peso. Las preguntas del usuario de a pie que no lo conoce giran en torno a la relación agilidad/peso, consumo y radio de utilización. Las malas lenguas aseguran que pesa mucho y es un “trasto”, y las buenas realzan su carácter viajero y la magnificencia de su motor.
El Aprilia SRV 850 es un scooter que deriva del Gilera GP800, sobre el que se han hecho cambios menores y rediseñado la carrocería entera. La versión que hoy probamos está equipada con dos sistemas electrónicos de ayuda a la frenada (ABS) y control de tracción (ATC), y aparte de los sensores en las ruedas, pulsador en la piña derecha y algún adhesivo, no existen más diferencias con el modelo normal.
Estéticamente luce una estampa muy deportiva (de hecho el frontal sigue la línea estética de su hermana Superbike RSV4 con la triple óptica y entradas de aire) y emplea soluciones más propias de motos que de scooters como semi-manillares de aluminio, óptica trasera de la Dorsoduro 1200 a base de LED´s o el tipo de instrumentación.
>Ficha técnica, galería y equipamiento Aprilia SRV 850 ABS/ATC
El motor es un bicilíndrico en V a 90º con 76 CV y 76,4 Nm, en el que para mejorar la manejabilidad se diseñan cigüeñal y grupo de transmisión con un sentido de rotación opuesto al de las ruedas, reduciendo de esta manera la inercia rotacional y el efecto giroscópico. El chasis se diseña para conseguir un coeficiente de estabilidad a pleno rendimiento similar al de una motocicleta, muy por encima del de un scooter convencional. Las suspensiones son sólidas y con ajuste de precarga en el tren trasero…
Desde el primer momento que estoy a los mandos del SRV me hago cargo de los 250 kg de peso en seco y la diferencia que existe respecto a otros scooters potentes y deportivos (más de 30 kg respecto al Yamaha T-Max 530). Este Aprilia pesa, en las rotondas no basta con insinuar el giro, no entra solo, hay que hacer consciente la acción de inclinarlo. Buscar el límite en la tumbada no es tarea fácil, hay que proponérselo antes de hacerlo. Pero si eres un conductor experimentado te podrás permitir explorar su manejabilidad con seguridad, para empezar a percibir que no es un scooter indomable, todo lo contrario. Sólo necesita de unas manos que lo gestionen y dominen para responder adecuadamente y aquí no hay término medio: o tú llevas al Aprilia, o él te lleva a ti.
Las ventajas de este Aprilia se empiezan a hacer evidentes; puedes cargar bultos bajo el asiento (no cabe cualquier casco integral) o en el baúl que equipa nuestra unidad de pruebas (se ofrece como opción), y moverte a ritmo vertiginoso. La aceleración desde parado te permite circular unos cuantos metros por delante del resto de vehículos y la ergonomía es acertada. Por si fuera poco, los pequeños y deportivos espejos retrovisores ofrecen sin embargo una visión clara de lo que ocurre detrás y sin vibraciones incluso a alta velocidad.
Largas distancias
Cuanto más nos alejamos del centro de la ciudad y más se abre la carretera, más en su salsa está el SRV. Con carril libre por delante el motor luce todo su esplendor con una aceleración lineal que te lleva de 0 a a 200 km/h en corto espacio de tiempo, momento en el que el corte de encendido (8.500 rpm) limita la velocidad. Nuestro scooter es literalmente un devora-kilómetros al permitir velocidades de crucero elevadas. La compresión del motor es generalmente suficiente para permitir deceleraciones sin tener que tocar apenas el freno, y las recuperaciones que ofrece el par motor a partir de 140 km/h son, nuevamente, excepcionales.
En lo referente a consumo, nuestras mediciones sitúan el máximo en 6,4 litros a los 100 km; y cuando digo máximo, me refiero a alta velocidad, conducción ineficiente, “acelerar para después frenar”, etc. Teniendo en cuenta que con 18,5 litros de depósito, este consumo permite una autonomía de 290 km, hay que destacar que mediante una conducción eficiente el SRV puede cubrir distancias de más de 300 km sin repostar. No obstante el testigo y el contador parcial de kilómetros de reserva no ofrecen información certera de “cuánto” queda, ya que según la aceleración y la inclinación del scooter, dichos sistemas se van encendiendo y apagando hasta que por fin se queda fijo, volviendo a cero varias veces y no teniendo demasiado claro cuándo se va a acabar la gasolina.
Divertido
Si en autovía el SRV ofrece grandes posibilidades, en carreteras secundarias permite grandes dosis de diversión. Además este ha sido el escenario perfecto para poner a prueba y aclarar dudas sobre el comportamiento de frenos y suspensiones. Las suspensiones que en un primer momento parecen “demasiado blandas”, permiten sin embargo una conducción deportiva y exigente en carreteras reviradas y bacheadas manteniendo buena estabilidad en el scooter. Los frenos parecen no ofrecer suficiente mordida en primera instancia; sin embargo vuelve a sorprender su funcionamiento efectivo a la hora de emplearse a fondo con ellos y detener el SRV desde velocidades cercanas a la máxima hasta parado, con una potencia sin pegas.
Dominados su peso e inercia, el chasis se mantiene rígido en curvas, aceleraciones y deceleraciones, haciendo que la calidad de conducción sea más propia de una moto deportiva que de un scooter. El hecho de que el velocímetro sea analógico requiere desviar demasiado tiempo la mirada de la carretera y eso no es algo positivo en un vehículo que alcanza altas velocidades, por lo que sería mucho más acertado disponer de uno digital con números grandes.
Viva la electrónica
A priori podrías dudar de la necesidad de un sistema de control de tracción en un scooter, pero recuerda que el motor del SRV entrega 76 CV sin compasión en una sola rueda. Por ello se hace necesaria la gestión de entrega de potencia en condiciones de falta de adherencia como pavimento mojado, lluvia o asfalto en mal estado, y no está de más sabiendo que te librará de algún que otro susto.
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Con todos estos datos estás preparado para hacerte una idea más objetiva de las posibilidades que ofrece el Aprilia SRV, que en resumidas cuentas permite combinar los beneficios del scooter con la posibilidad de recorrer largas distancias a un ritmo muy alegre. Como apunte final debes valorar que su PVP de 10.169 € es relativamente menor que el de una competencia formada por scooters como el Yamaha T-Max 500 y el BMW C600 Sport.
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