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 La Moto Guzzi California 1400 nace en Italia pero mira con chulería a EE.UU. donde está su objetivo porque allí el acero y el cromo tienen un valor especial, algo de lo que va bien servida y muestra con evidente descaro. No llega al selecto segmento maxi-cruiser gracias al mero exotismo de ser italiana sino que es una dura rival en la carretera para cualquier oponente de su estilo y envergadura.

Cruiser con mayúsculas

Es un modelo con todos los ingredientes para hacer historia mucho más allá de su lugar de origen, la pequeña Mandello del Lario junto al idílico Lago de Como. Su diseño, calidad y personal estilo junto al inconmensurable motor y sus dotes de rodadora pueden llevarla muy lejos. Cierto es que para viajar se puede optar por su hermana Touring, mejor armada para grandes kilometradas pero decidimos usar la California 1400 Custom para hacer un pequeño viaje y nos dejó muchas sensaciones y la espalda ensanchada.

800 kilómetros de autovía para esta moto no es lo más adeduado pero nos apetecía ir a Valencia, ver el último GP del año, comer una paella en El Palmar y de paso dar un poco el cante porque estamos ante una "atrapa miradas " profesional.

Con tantos kilómetros en un par de días enseguida te familiarizas – que no te acostumbras- con una moto tan especial, descubriendo por ejemplo que le encanta galopar aprovechando sus dos portentosos pulmones en V a 90º y la larguísima sexta marcha para llanear con absoluta despreocupación. Pero antes, en parado y al ralentí, es cuando la Moto Guzzi California 1400 Custom comienza a transmitir cosas: vibraciones sobre todo, como una respiración profunda y rítmica que impulsa levemente la moto a ambos lados alternativamente, debido a la posición inclinada y transversal de los cilindros.

Italian "big twin"

En positivo

  • Motor
  • Calidad y equipamiento
  • Frenada

En negativo

  • Amortiguación dura
  • Consumo
  • Peso

Esto invita a engranar la primera y ponernos en marcha para sentir el empuje de su majestuoso motor bicilíndrico, y de paso dejar de sentir sus ostensibles vibraciones. A pesar de su gran cubicaje es suave en las reacciones, entregando su ingente cifra de par (120 Nm ) con progresividad y decisión. El cambio es bastante preciso, salvo con el punto muerto a veces, y el accionamiento menos duro de lo que podría pensarse pero no pasa desapercibido ya que el sonido del cardan al engranar delata cada uno de lo movimientos de nuestro pie izquierdo.

 Con unos 300 kg de peso en seco hay dos cosas imprescindibles: buenos frenos y bajo centro de gravedad. Y esta chica mala con tanto glamour tiene ambas. Y es que no hace falta que una moto tenga 150 CV para disponer de una buena pinza de freno con anclaje radial. Pesar mucho es un claro handicap para los frenos y no debemos subestimar sus 96 CV con los que podemos alcanzar velocidades prohibidas o incluso penadas. Por eso el potente freno delantero de anclaje radial Brembo es un perfecto aliado por su precisión y mordiente para evitar recurrir al ABS de serie, en recámara por si las cosas se ponen feas.

El asiento a baja altura (740 mm) compensa el centro de gravedad alto de los cilindros para establecer una manejabilidad aceptable en parado y buena en cuanto ganamos velocidad. Pisa firme y poderosa a cualquier velocidad, invitándonos a buscar la fuerza del “big twin” italiano que responde con dulce temperamento casi desde cualquier régimen y con cierta rapidez si estamos rápidos con el cambio pues a menos de 3.000 rpm ya tenemos todo el par disponible.

Para machotes

El aplomo con el que avanza tiene el inconveniente de resultar algo seco sobre su cómodo asiento cuando las suspensiones encuentran trabajo en el asfalto y los baches se sienten en los riñones. Tampoco la posición de conducción invita a devorar kilómetros sin descanso porque nos expone demasiado a la corriente frontal, con los brazos algo abiertos en una postura un poco forzada. Y sin una pantalla que se interponga entre nuestro tronco y el viento, por mucho "control cruiser" que tengamos, apetece parar cada poco tiempo.

En cambio, las piernas descansan cómodamente en unas amplias plataformas que oímos tocar con los avisadores mucho menos de lo que hubiésemos pensado; estamos ante una mole de movimientos suaves y precisos, nada torpe y capaz de gustarnos si le damos la oportunidad y el suficiente terreno por delante. Porque no es una moto de ciudad, para desplazamientos cortos y en verano debe soltar un calor bastante abrasador. La lógica invita a usarla principalmente por carretera, donde aprovechar el potencial del motor y la parte ciclo.

Si la usamos habitualmente pronto se revela un poco exigente con el combustible. Esos dos maxi cilindros beben lo suyo y es complicado bajar de los 6,5 l/ 100 km. La autonomía no es mucho problema porque con 20,5 litros tenemos para cubrir largas distancias en las que pararemos antes a descansar que a repostar…

La California 1400 tiene una personalidad arrolladora tanto por su enorme bicilíndrico como por su elaborado diseño

El tacto de los mandos y la completa instrumentación esférica con ordenador de abordo transmite calidad e imagen, algo imprescindible en esta California 1400 Custom, una moto singular y con ganas de marcha porque se mueve con gran desparpajo a pesar de su tamaño. No es perfecta ni lo pretende, ni tampoco barata y por eso cuesta 18.267 € que justifica con sólidos argumentos dinámicos, mecánicos, de equipamiento y acabados.

Te puede gustar o no, tener la pasta o no, estar dispuesto a gastarla o no pero hay una cosa clara, la Moto Guzzi California 1400 Custom es una moto con una personalidad intensa reflejada en ése enorme motor y ésa figura maciza que hacen de ella una bella escultura rodante. Su envergadura XXL es un punto a favor en Norteamérica, la tierra prometida para esta italiana con vocación de súper estrella.