Si no conoces demasiado el concepto Diavel, lo más probable es que la primera vez que la veas saques una conclusión equivocada acerca de lo que es y de lo que te puede ofrecer. Ese neumático trasero hiper ancho, su concepto “low and long” y su aire futurista animan a pensar que se trata de un modelo ideal para ser el “malo de la peli” pero muy limitadito en cuanto a prestaciones dinámicas. Nada más lejos de la realidad, Ducati ha logrado dar a luz una auténtica bestia en lo que a motor y prestaciones se refiere, y que a la vez presume de moverse mejor que bien, tanto deprisa como despacio.

Su secreto: bien condimentada

¿Cómo conseguir que neumático trasero de 240 mm, geometría cruiser y un motor de 162 CV se combinen dando lugar a un conjunto válido y equilibrado? El secreto utilizado por el equipo de desarrollo de la marca italiana no es otro que el uso de unos ingredientes de primerísima calidad convenientemente mezclados en sus justas proporciones.

El modelo 2015 se desdobla en dos versiones: Diavel y Diavel Carbon. Ambas traen ciertas novedades entre las que destacan el uso de iluminación completa a base de LED, modificaciones en su motor Testastretta de 11º ahora con circuito de aire secundario y más comprimido, y nuevo frontal. Además cuenta con nuevas entradas de aire laterales más grandes, silenciosos y asiento rediseñados, nuevos intermitentes y torretas, indicador de combustible y testigo luminoso para el caballete. La Diavel se ofrece exclusivamente en color Dark Stealth, mientras que la Carbon ofrece la posibilidad de elegir entre el color rojo Ducati en combinación con carbono y chasis rojo, y la nueva Star White con carbono y chasis blanco.

La versión Carbon supone un ahorro de 5 kg de peso respecto a la básica (210-205 kg) gracias sobre todo a sus llantas Marchesini forjadas de 9 palos, pintadas y con aluminio pulido visto, y añade detalles como acero inoxidable en silenciosos y carrocería completa de fibra de carbono, si bien tendremos que pagar casi 4.000 € más por estas exquisiteces.

El arranque de la Diavel hace uso del sistema “hands-free” que gracias a la llave electrónica permite la puesta en marcha de motor y sistemas eléctricos sin más que pulsar el botón de arranque. La altura del asiento favorece el uso de pilotos de diferentes alturas y una vez a los mandos del ancho manillar de sección variable la postura de conducción es cómoda, permitiéndome adaptar mi posición tanto a momentos de conducción tranquilos como a un uso más deportivo.

Poseída por la electrónica

El acelerador electrónico Ride by Wire hace uso de 3 mapas que regulan la entrada de potencia y dan lugar a los 3 diferentes modos de conducción: Urban, Touring y Sport. Seleccionando el primero es donde más se notan los cambios acaecidos en el motor de este año; la entrega de 100 CV de potencia se hace de una forma mucho más suave y complaciente, perfecta para un conductor que buscar no perder a su acompañante, ni tampoco seguridad en mojado o simplemente una ruta urbana ausente de tirones, lo cual se complementa de un modo perfecto con el embrague de tacto hiper suave.

En paralelo a la gestión del motor actúan los sistemas ABS (Ducati Bosch-Brembo desactivable) y DTC (control de tracción), este último fijando unos valores de serie entre 1 y 7 en función del modo elegido (para el Urban el DTC se fija en 5, si bien este parámetro puede ser personalizado para cada uno de los 3 modos). Todavía recorriendo los primeros metros por terreno urbano soy consciente de lo poco que cuesta mover la Diavel de lado a lado, dar un giro de 90º o mantener una velocidad baja mientras voy parando ante un semáforo en rojo… ¡Lo único que me hace recordar que tengo un 240 detrás es la imagen de otras 3 Diavel circulando delante de mí!

El recorrido de la presentación parte del pueblo de San Lorenzo del Escorial y tiene lugar por las reviradas carreteras que unen las provincias de Madrid y Ávila, perfectas para probar las condiciones dinámicas de la parte ciclo y el empuje del motor. Saliendo del Escorial y mientras subo el puerto de la Cruz Verde sigo comprobando la suavidad del modo Urban (probablemente el aspecto en el que más notarás si comparas esta Diavel con la versión anterior), y una vez que la carretera se abre y compruebo la confianza que me ofrece la Diavel es hora de elevar el ritmo.

El diablo mata moscas con el rabo

Lo primero que me llama la atención es que es no sólo posible sino fácil cambiar de modo en marcha, utilizando nada más que el botón de anulación de intermitentes y soltando acelerador momentáneamente para confirmar la selección. Escogiendo ; ahora siento una mayor contundencia en las aceleraciones y ya que estamos haciendo uso de ella en plena curva decido echar un vistazo al display de alta resolución ubicado sobre el depósito y chequear qué nivel de intervención del DTC está actuando: 3; no es un valor muy alto pero hay que recordar que el balón que llevamos debajo de las posaderas hace además uso de una goma bicompuesto que asegura el agarre sin demasiada necesidad del control de tracción.

Como te imaginarás a estas alturas ya ha desaparecido por completo la imagen de moto dragster pesada y torpe, dando lugar a un concepto mucho más ágil y dinámico; estoy enlazando curvas de izquierda a derecha con el único límite en inclinación puesto por el avisador de la estribera con una sensación de tranquilidad y seguridad que no es normal. Este “diablo” es mucho más deportivo de lo que parece y te puedo asegurar que Ducati cumple al 100% con su objetivo de “construir una silueta musculosa alrededor de un motor con pedigrí de competición”.

Chasis, frenos y suspensiones responden sin ningún tipo de quejas a aceleraciones, frenadas, baches y cambios rápidos de dirección: vuelvo a insistir en la facilidad para cambiar de dirección rápidamente en curvas enlazadas… Tanto la horquilla Marzocchi como el amortiguador trasero Sachs son ajustables en todos sus parámetros (este último dispone de un pomo remoto para el ajuste de la precarga), lo que permite una mayor adaptación del comportamiento de la moto al carácter de cada usuario.

El modo Sport es el más radical de los 3, ofreciendo el acelerador una respuesta directa del poderoso Testastretta 11º, el mismo motor que usan la Multistrada y Monster 1200, heredado de la 1198 con las pertinentes modificaciones para hacerlo más asequible. Si bien se nota una entrega de potencia más inmediata que en el caso del modo Touring, la diferencia no es tan evidente como entre los modos Urban y Touring. Con estas cifras de potencia y a un ritmo bastante alegre el consumo mostrado en la instrumentación se sitúa en 6,5 litros a los 100 km, lo que unido a sus 17 litros de depósito permiten autonomías por encima de los 250 km.

En conclusión la nueva Diavel sigue presumiendo de un poderío que permite escapadas a ritmo fuerte y añade un toque más amable para los momentos en los que uno decide simplemente disfrutar de un paseo tranquilo o moverse por la ciudad a ritmo de los demás usuarios.