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A lo largo de los años BMW ha ido modificando su oferta de motos “touring”, con más o menos cilindros, peso y equipamiento, pero las versiones RT siempre se han mantenido en el punto de equilibrio entre el turismo y la agilidad necesaria en una moto útil a diario. Lo podríamos denominar Touring-Sport para entendernos, pues la faceta rutera prevalece sobre la deportividad pero sin llevársela por delante.

No es casualidad que sea una moto bastante habitual en las ciudades, precisamente porque su buena capacidad de carga y confort se conjugan bastante bien con la agilidad y la respuesta del motor. La R 1200 RT se hace querer en ciudad sólo con quitarle las maletas laterales para evitar disgustos tontos o sin tan siquiera eso, según el gusto. No es un peso ligero (274 Kg.) pero tiene los kilos de más bien posicionados gracias a la configuración mecánica bóxer, la carrocería es envolvente pero no estorba a la hora de maniobrar con el pié a tierra y el asiento regulable permite que no haga falta tener talla de poli alemán para pisar el suelo con firmeza.

La verdad es que lo que cuento vale para cualquier RT, así que vamos a centrarnos de una vez en la nueva versión 2014, que mejora lo anterior en diversos puntos sin perder la esencia que acabo de comentaros. BMW Motorrad ha incorporado a la R 1200 RT las novedades presentadas por un lado en la R 1200 GS 2013 y por otro en la K 1600 GT presentada hace ya más de dos años.

Por tanto lleva un motor con importantes modificaciones, bastidor rediseñado y carrocería y equipamientos nuevos. Empezando por el principio, el motor bóxer recibe la refrigeración líquida que probamos en la R 1200 GS 2013. Gracias al agua que recorre sus culatas, los técnicos de BMW han podido incrementar el rendimiento en 15 caballos sin miedo a perder fiabilidad, pues todas las partes móviles de la distribución están convenientemente refrigeradas incluso en circunstancias adversas. La mejora se nota más en forma de consistencia a cualquier régimen que en la brillantez del motor rindiendo al máximo. Esta no es una moto para llevar al corte y los 110 caballos de la anterior RT ya era suficientes en cuanto a rendimiento máximo; pero más caballos (125 CV) se agradecen siempre que no pesen, y si están acompañados por fuerza a medio régimen para saber que en el acelerador está la mejor respuesta a cualquier situación, pues mejor que mejor.

Si me dieran a elegir entre la BMW R 1200 RT y la K 1600 GT lo tendría claro

El bóxer refrigerado por aire llegó a conseguir unos niveles de rendimiento y suavidad excelentes dentro de sus posibilidades, pero con el agua ha ganado en todo: es algo más suave, parece vibrar menos, corre un poco más y sobretodo dispone de un par que gana consistencia al toque de gas. A esto unimos que desde ahora podemos adaptar la respuesta en función de las circunstancias o gustos gracias a los modos disponibles en el manillar: Rain y Road como equipamiento de serie y opcionalmente también Dynamic; cuyas características se notan de veras. En modo Rain da la impresión de que el acelerador tuviera un recorrido más largo, limitando la entrega de par y el empuje para que los movimientos del puño derecho no se trasladen vivamente al asfalto mojado o con dudosa adherencia. En Road gozamos de un buen equilibrio en cualquier circunstancia, con todo el empuje pero bien repartido el gas, mientras que en modo Dynamic la respuesta se vuelve plenamente deportiva y con reactividad al más mínimo movimiento de la mano, si bien no creo que haya ninguna diferencia con respecto al modo Road si lo que queremos es enroscar a fondo y dejarnos de tonterías…

Ficha técnica y precio BMW R 1200 RT 2014 >

Como hemos dicho todo son elogios hacia el motor. Cuesta criticar un bóxer de BMW en cualquier sentido, y hasta en los consumos resulta económico ayudado sin duda por la aerodinámica carrocería.

El bastidor mantiene la idea básica de los anteriores modelos y sujeta el motor por arriba como parte estructural e incluso conserva unas cotas bastante similares en cuanto a geometrías. Pero era necesario cambiarlo para adaptarlo a la nueva transmisión, cuyo cardán llega ahora a la rueda trasera por el lado izquierdo en vez de la derecha. No entiendo las razones pero creo que es menos lógico porque obliga a sacar el escape por la derecha, echando el humo a los peatones y las cunetas en vez de hacerlo al centro de la calzada… no deja de ser un detalle; seguramente habrá alguna razón que se me escapa.

Lo importante es que resulta extraordinariamente estable y sólido, fácil de llevar en curvas y suficientemente manejable en ciudad. Si tenemos una cuenta corriente desahogada habrá que adquirir las suspensiones regulables ESA heredadas de la K 1600. Permiten tres modos de absorción y programas para adaptar ambas ruedas al reparto de pesos: conducción individual, a dúo o con equipaje. Podemos configurarlas para rodar con un estilo eminentemente turístico o sin embargo darle una alegría al cuerpo en un puerto de montaña en su modo más firme (que no puede llamarse duro), realmente se nota y merecen la pena. Y es que la BMW R 1200 RT no es una deportiva pero se defiende bien para pasar un buen rato plegando las rodillas e inclinando sin miedo a encontrar el límite en rutas divertidas, acompañados siempre de buenos frenos. Así lo pensaban también los simpáticos guardias civiles que me pararon en la A-1 a la altura de Aranda de Duero. Menos mal que no llevaban radar y sólo querían ver la documentación de la que podría ser su próxima moto...

Ya que hablamos de viajar, este es el ambiente en el que más se disfruta de una RT. Es para esto para lo que mejor preparada está y cuenta con todos los ingredientes para que el viaje sea de placer. Está entre las motos con las que menos me han fatigado los kilómetros. Ida y vuelta Madrid – Santander parando sólo para repostar y “cambiar líquidos” y con ganas de seguir. Si me preguntasen cuál me ha resultado más cómoda, si esta o la K 1600 GT, lo tendría claro: la R 1200 RT. Me ha parecido que la posición de conducción carga menos la espalda, está realmente lograda y cuenta con todo tipo de elementos para hacer la vida más fácil al viajero: control de crucero para descansar la mano derecha, pantalla multifución que informa absolutamente de todo, un haz de luz excelente para conducción nocturna, control de tracción y ABS para salir indemne de los sustos inesperados y por supuesto un carenado muy envolvente pero sin excesos y con pantalla regulable eléctricamente desde el manillar derecho. Me llovió mucho a mitad de viaje -cómo no- y ni siquiera tuve que parar a cambiar los guantes de cuero por los de agua porque no tenían ni una gota.  

En definitiva la BMW R 1200 RT ha cumplido con todas mis expectativas. Es lo que ya eran sus predecesoras pero mejorado, con un toque de electrónica y una necesaria puesta a punto mecánica. La reina del segmento turístico tiene kilómetros para rato.