En positivo
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El motor QUASAR de 278 cc parece haber sido algo así como un revulsivo porque al montarlo en varios modelos que tenían motorizaciones de 250 cc, Piaggio ha aprovechado para renovar algunos de ellos. Al Beverly ya le hacía falta y vaya si lo han renovado. No ha quedado nada del anterior salvo el nombre. Tampoco ha perdido elegancia pero su nuevo diseño es un poco desconcertante al mezclar ingredientes muy actuales y sofisticados con otros más sencillos y clásicos. El frontal es un buen ejemplo; en él conviven diodos LED con un faro muy sobrio y de gran tamaño que inspira cualquier cosa menos vanguardia. También existe otra versión con motor de 125 cc.
Y se obró el milagro
Pero lo más importante, aparte de la renovación en sí y la motorización que monta, ha sido la nueva llanta trasera de 14” para buscar más hueco bajo el asiento. Y se ha conseguido mejorar algo que era el auténtico Talón de Aquiles de su predecesor, incapaz de guardar un casco integral y a duras penas un jet bajo el asiento. El nuevo Beverly ha ganado tanto que la propia marca publica una foto con dos cascos jet. Ni nos hemos molestado en hacer la prueba porque somos firmes defensores de los cascos integrales y para nosotros lo importante es poder guardar un casco con mentonera. Y lo hace sin problemas, dejando un buen espacio para meter algún bulto más.¿Un jet? Puede pero pequeño. Todo un triunfo para un rueda alta que ha pasado de ser limitado en espacio de carga, a ir sobrado porque cuenta además con una útil guantera con varios compartimentos y una estructura trasera portabultos, que también podemos aprovechar para poner un baúl y llevar con nosotros hasta la suegra.
El nuevo Beverly mantiene ése porte distinguido de su predecesor y transmite una muy buena sensación en cuanto a los acabados, el diseño y la calidad de los materiales. Y con ése agradable planteamiento te recibe desde el primer momento. Un asiento amplio y cómodo contribuye a reforzar esta sensación gracias también a una posición de conducción confortable que para nada fuerza brazos o piernas. Tiene un buen apoyo lumbar gracias a sus dos niveles para piloto y pasajero que también es bien recibido y cuenta con asideras y unos reposapiés extraíbles que se integran perfectamente en el diseño de la carrocería.
El motor, un gran valor
El motor de 278 cc ya lo hemos probado en estas mismas páginas y sólo podemos reafirmarnos en sus excelentes cualidades de rendimiento así como en las de funcionamiento, pues resulta tremendamente suave, silencioso y sin transmitir apenas vibraciones. Con sus 22 CV hace que el Beverly se mueva con mucho ímpetu, proporcionándole, no sólo una muy buena aceleración sino también una velocidad punta que alcanza los 140km/h de marcador con facilidad. Además es un scooter que gasta de forma comedida, y gracias a su depósito de 12,5 litros, goza de una autonomía que supera ampliamente los 300 km. La nota negativa la pone su nula protección frontal que hace los trayectos muy incómodos en cuanto salimos del corazón de la ciudad. Piaggio ofrece una pantalla en opción que es indispensable para redondear las cualidades del rápido Beverly 300.
Gracias a su propulsor y a la buena sintonía con el bastidor y en general con la parte ciclo, las sensaciones que ofrece el Beverly son muy positivas. A las órdenes del acelerador responde con unos movimientos muy fluidos para sortear coches, desenvolviéndose con bastante agilidad y precisión. El piloto encuentra un muy buen aliado en el tren delantero porque gira bien y además se muestra estable si vamos rápido en curva. Pisa con decisión gracias a la llanta de 16” y en ello también tiene que ver el tarado de la horquilla, un tanto duro aunque con cierta progresividad para no hacer de cada bache un golpe. El equilibrio entre comodidad y efectividad está logrado pero tira un poco más hacia el buen rendimiento en carretera que hacia el confort total. El equipo de frenos también trabaja con suma eficacia porque responde con mucha contundencia en ambos discos. Hay potencia cuando tiramos de las manetas a fondo y es fácil coger el tacto para frenar siempre con un buen margen de seguridad.
Llama la atención el color champán metalizado de nuestra unidad, y la arriesgada combinación con el marrón del asiento, el gris metalizado de la cintura y el negro de la zona más baja. También se ofrece en negro y en blanco con el mismo aderezo cromático. Las llantas son similares a las del viejo Beverly pero con más radios gracias a unos palos más estrechos. Otro extraño guiño retro de este renacido cuya personalidad sigue siendo única.
Conclusión
El nuevo Beverly es un scooter todavía mejor que su predecesor porque gana en todo y no pierde en nada. Cuenta con un nuevo motor que va de maravilla y es el comoplemento perfecto para una parte ciclo que transmite buena sensaciones al piloto en todo momento. Quizás peca de ser un poco duro de suspensiones y eso resta confort en ocasiones pero para nada resultan incómodas. La calidad se ve y se siente en muchos detalles, y el precio final, no es ni mucho menos un obstáculo dada la competencia que cuenta con tarifas similares o incluso más altas. Sigue siendo un scooter con tremenda personalidad a pesar de que la estética no nos haya convencido 100% pero eso ya es cuestión de gustos. En las cosas importantes, salvo en la protección frontal, aprueba con buena nota, y eso es lo que verdaderamente importa.