Cuatro años después de su lanzamiento Triumph afina su trail de media cilindrada para ofrecer un producto todavía más polifacético y dedicado.
Las motos trail continúan extendiendo su radio de acción en el mercado ya que desde hace unos años su carácter multiusos camina hacia un concepto de moto total que resulta muy interesante a distintos tipos de motoristas.
Continúan siendo recias pero cada vez más sofisticadas y capaces gracias en buena parte a la electrónica encargada de gestionar sus capacidades dinámicas de forma sutil pero precisa, como es el caso de la nueva Tiger que da un importante paso en este aspecto manteniendo intacto todo lo bueno que tenía y sin cargar en el precio final todas estas mejoras, pues mantiene prácticamente las misma tarifa que su predecesora.
La gran novedad es que el modelo anterior se desdoblaba en dos versiones mientras que la Tiger 800 2015 lo hace en cuatro para poder llegar al cliente con un producto todavía más a su medida.
Tanto el modelo de asfalto XR como el de “campo” XC aportan unas versiones “x” con más electrónica y mejor equipamiento que por supuesto las encarecen pero también las hacen mucho más interesantes.
Motor y electrónica
Triumph mantiene la potencia de 95 CV que hace posible ofrecer kit de limitación para el carnet A2. Pero aún así ha hecho un sinfín de mejoras -algunas heredadas de la Daytona- en su tricilíndrico en línea con el objetivo de proporcionar un mejor tacto general rebajando además el consumo y ofreciendo una dotación electrónica de gestión del motor gracias a la integración de un acelerador ride by wire.
Es la principal novedad ya que este sistema electrónico del acelerador desarrollado por Triumph permite ofrecer una respuesta más precisa y directa, tal y como pudimos comprobar desde el primer golpe de gas. Pero además es el responsable de poder cambiar la respuesta del motor gracias a la posibilidad de seleccionar cuatro mapas de acelerador que en ningún caso modifican la potencia máxima de 95 CV pero sí el carácter del motor, variando la apertura de las mariposas de la inyección según la posición del acelerador.
Esto da como resultado un mapa para lluvia otro para carretera, uno deportivo y otro “off road”, con una respuesta adaptada a cada circunstancia.
Además la nueva Tiger 800 2015 cuenta con ABS de serie y control de tracción, ambos desconectables. Pero las versiones “x” además permiten configurarlos para un uso de carretera o campo, optimizando su eficiencia para estas dos superficies con exigencias tan diferentes. Y también ofrecen un control de velocidad de crucero del que carecen los modelos estándar.
Además las versiones “x” permiten elegir tres modos de conducción: uno adaptado al campo (acelerador en modo “off road” que reduce la intervención del ABS y el control de tracción permitiendo un cierto deslizamiento) otro a la carretera (acelerador en modo carretera con ABS y control de tracción) y otro muy interesante que permite configurar un modo de conducción totalmente a nuestro gusto. Por ejemplo nosotros elegimos durante la mayor parte de la ruta el mapa sport con el control de tracción para carretera y el ABS también para un uso on road. De esta forma pudimos disfrutar de la respuesta más directa del motor con la seguridad que aporta contar con sistema antibloqueo y control de tracción.
Todo esto se gestiona desde un botón que hay en la instrumentación junto al selector de la piña izquierda y cada cambio de modo de conducción se hace efectivo cuando accionamos el embrague.
Estos avances han hecho necesario un alternador más potente y Triumph también ha dispuesto un radiador de mayor tamaño para una mejor refrigeración del motor en cualquier situación.
La mejora del consumos se cifra en un 17%, dejándolo según la marca y en ciclo mixto en 4,3 l/100 km, lo que amplía la autonomía hasta unos 375 km/h, un buen registro sin duda.
También se ha trabajo sobre el cambio de marchas para lograr más suavidad y un mejor recorrido entre las marchas con el que ganar precisión. Y durante la prueba pudimos comprobar que efectivamente se han logrado ambas cosas, algo que se agradece mucho.
En la parte ciclo se mantiene intacto su chasis tubular y las suspensiones están confiadas a Showa en la versión de carretera, la XR, y a WP para el modelo XC que además son regulables.
Ergonomía revisada
La ergonomía es algo en lo que también se ha trabajado para ofrecer más comodidad tanto al piloto como al pasajero. Para empezar se mantiene la posibilidad de variar la altura del asiento entre 810 -830 mm para la XR y entre 840 y 860 mm para al XC pero se puede optar opcionalmente por otro asiento rebajado otros 20 mm para ambas versiones. Este asiento 3D cuenta con un mullido que se adapta y refrigera mejor que uno de gel.
Y el manillar también ha sido reposicionado en ambas versiones para lograr más confort y mejor sensación de control de la moto:
XR: manillar 5,5 mm adelante, 18 mm arriba y 2 mm más ancho
XC: manillar 0,7 mm adelante y 14,5 mm arriba
Además en ambos casos el manillar permite jugar al usuario moviéndolo hacia delante o atrás 20 mm para adaptarlo de forma precisa a su talla o estilo de conducción.
Es llamativo el nuevo hueco dispuesto bajo el asiento que ha sido redimensionado para lograr un útil espacio de 2,75 litros de capacidad en el que cabe mucho más que la documentación.
La estética apenas ha sufrido cambios, salvo un ligero rediseño de los faros y las aletas que gracias a sus nuevas formas permiten evacuar mejor el calor, algo que se agradecerá mucho en verano.
Se mantiene exactamente la misma pantalla parabrisas que en el modelo anterior pero ahora es regulable de forma manual para la XR.
Toma de contacto
Las sinuosas carreteras de la serranía malagueña de Ronda fueron el escenario elegido por Triumph para disfrutar de los primeros kilómetros a bordo de las nuevas XR y XC.
El mayor diámetro de la llanta (19” XR vs 21” XC) así como una diferente ergonomía, neumáticos y suspensiones hacen bastante diferente el comportamiento de ambas en carretera.
Vaya por delante que ambas son motos intuitivas y fáciles de llevar desde los primeros metros pero intimamos mejor con la versión campera de llantas de radios y guardabarros “pico de pato” y por eso fue nuestra elección para disfrutar de casi toda la ruta que constaba de unos 150 km.
Y no nos equivocamos: en plena acción se destapó como una devoradora de curvas realmente eficaz y divertida, haciendo gala de una gran precisión y mucha facilidad para moverla de un lado a otro. Esto es algo que transmitió desde un primer momento haciéndonos olvidar que íbamos en una moto bastante alta que pesa 218 kg en seco.
El rígido chasis con unas acertadas cotas de dirección hacen que todo sea muy fácil y fluido. Y el motor pone el resto con la potencia justa para hacernos disfrutar a cualquier ritmo pues encontramos un logrado equilibrio entre las prestaciones capaz de ofrecernos y la puesta a punto de la parte ciclo.
Decir que 95 CV pueden parecer pocos pero el rendimiento de este motor es muy enérgico cuando lo llevamos por encima de las 7.000 rpm y puede ponernos a altas velocidades antes de lo que pensamos.
Las sensaciones que nos dejó en una carretera plagada de curvas y una pequeña incursión por una pista fueron sin duda muy positivas y nos abrieron el apetito para hacer una prueba más a fondo en cuanto tengamos la posibilidad.
La nueva Triumph estará disponible en tres dos colores para las versiones básicas, blanco y negro, más un azul adicional para las “x”.
Se comercializarán a partir de enero con los siguientes precios:
Triumph XR: 9.925 €
Triumph XRx: 11.145 €
Triumph XC: 10.925 €
Triumph Xcx: 12.154 €
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