Yamaha tiene en catálogo un “triciclo” único en el mercado porque se desmarca de la competencia en la concepción y posicionamiento del producto.

Ha querido marcar su propio sendero al tomar el camino que abrió Piaggio en el año 2006 con el MP3 que ha resultado ser un éxito rotundo y ha animado a más marcas a proponer sistemas de movilidad similares. Yamaha ha hecho el suyo a base de aplicar la lógica para lograr un precio sin competencia en el segmento de los scooters de tres ruedas. Para ello ha simplificado todo al máximo huyendo del vehículo “Premium” que presentan sus rivales para buscarse su propio hueco en el mercado.

Y lo bueno es que para ello no ha tenido que renunciar a un sistema de dos ruedas muy logrado, tanto que el movimiento del tren delantero cuya dinámica es tan natural que parece ir asentado sobre una rueda pero con los beneficios de dos: mejor frenada y más estabilidad en curva. Más adelanta os contamos los entresijos técnicos del sistema aplicado por Yamaha en el Tricity, bautizado como Leaning Multi Wheel.

prueba-yamaha-tricity-estatica-lateral2


100% Urbanita

El Yamaha Tricicity es un vehículo ultraurbano por concepto: pequeño, ágil, con una útil plataforma plana y hueco para un casco integral bajo el asiento. Si a esto sumamos una velocidad punta que no llega a los 100 km/h así como una protección frontal más bien escasa, tenemos la ecuación despejada; el Tricity es un vehículo destinado exclusivamente a los núcleos urbanos donde hacer valer las buenas cualidades que atesora para este entorno.

En positivo

  • Facilidad de conducción
  • Frenada
  • Precio

En negativo

  • Velocidad punta
  • Autonomía
  • Protección frontal


Lo primero que llama la atención son sus dimensiones compactas, con una distancia entre ejes de 1.310 mm y un ancho de vías delantero de sólo 38,5 cm que lo hace pasar entre los coches casi como si tuviésemos una sola rueda delantera. Si unimos a esto una distancia de 780 mm al suelo para el asiento, tenemos una condiciones óptimas para que cualquier inexperto procedente del carnét de coche pilote el Tricity con bastante confianza desde el primero momento. Su peso de 150 kg y un reparto de pesos 50%-50% ayudan a llevarlo con facilidad de forma natural.

Apuntar al no estar homologado como cuadriciclo, se rige por la misma norma que el resto de las motos y scooters de 125 cc; acceso libre con más de tres años del carnét B1 de coche.
prueba-yamaha-tricity-sistema-suspension-delantero-lateral
El más natural

Parecía difícil mejorar las sensaciones del Piaggio MP3 procedentes del tren delantero pero Yamaha lo ha logrado gracias a un sistema más sencillo que como comentábamos al principio nos hace olvidar que llevamos dos ruedas delante.

Lo que sí percibimos es el aplomo que ofrece en todo momento y lo fluidos que resultan sus movimientos. La elección de los neumáticos también tiene su influencia en esto ya que su anchura de 9 cm ayuda a dinamizar los movimientos a la hora de girar.

Se trata de un sistema por paralelogramo de aluminio con doble horquilla telescópica (33 mm) independiente en cada eje o rueda delantera de 14 pulgadas (12 detrás). La botella delantera de cada pareja hace de guía mientras que la trasera sólo absorbe. Con este sencillo diseño se evitan costosas compliaciones técnicas que abaratan el producto, hacen que funcione a la perfección y en caso se tener un golpe, seguro que la reparación costará mucho menos que en el caso del complejo y sofisticado sistema de sus rivales.

› Ficha técnica, vídeo, fotos y equipamiento Yamaha Tricity

Cierto es que frente a ellos pierde una cualidad tremendamente interesante, el bloqueo de las dos ruedas para no tener que bajar los pies cuando paremos. A más de uno le puede parecer una aportación superficial pero cuando lo has disfrutado se vuelve muy cómodo y el Tricity ha tenido que renunciar a ello porque complicaría y encarecería el sistema.

Frenada reforzada

El sistema planteado por Yamaha usa los tres discos de freno de forma combinada, con un resultado súper efectivo ya que cuando usamos la maneta que lo activa (izquierda) la frenada es instantánea, haciendo gala de una gran potencia gracias al buen mordiente de las pinzas Nissin.

Pero además Yamaha ha lanzado una versión equipada con sistema ABS para poder disponer de una frenada todavía más segura, reforzando un aspecto de por sí destacable en el Tricity.

prueba-yamaha-tricity-lateral-escape-lateralCorazón tranquilo

La herencia del X-Enter es quizás es lo menos excitante de este interesante scooter que no cuenta entre sus virtudes las altas prestaciones.

Se trata de un moderno bloque motor con todos los ingredientes para resultar suave, progresivo, silencioso y razonable en cuanto a consumo de combustible; durante la prueba se situó alrededor de los 4l/100 km. Y esto arroja otro dato que pone de manifiesto otro punto débil del Tricity; una autonomía de tan sólo 160 km debido a su pequeño depósito de tan sólo 6,6 litros.

Pero adolece de chispa en las aceleracionesm, mostrándose demasiado progresivo, y además le penaliza bastante el desarrollo ya que no llega a los 100 km/h reales.

La instrumentación es bastante sencilla pero de muy moderna concepción estética; una vez más nos encontramos herencia del X-Enter en el tablero de instrumentos, pues usa la misma. Es de fácil lectura pero quizás demasiado básica en cuanto a la información que ofrece.

Lo cierto es que el Yamaha Tricity es un scooter en general muy sencillo que apuesta por la eficacia dinámica y el sentido práctico antes que por las sofisticaciones que encarecerían su precio. Aún así se trata de un vehículo muy bien acabado que transmite calidad y ofrece una tarifa muy competitiva.