La herencia de Don Paco Bultó pervive en esta segunda vida en cuanto a audacia pero pocos podían imaginar cuando se anunció el regreso de la mítica marca del dedo rampante una bici eléctrica como producto de lanza.

A los motoristas puros y duros les parecerá un producto “cool” que nada tiene que ver con su universo de dos ruedas pero a los que nos gusta experimentar con todo tipo de cacharros de ruedas propulsados, resulta muy interesante por la fusión de sensaciones dinámicas que propone.

Como pudimos comprobar, se trata de un producto para todos los públicos en cuanto a orientación pues resulta bastante sencillo habituarse al especial concepto de uso, sobre todo si has tenido una infancia feliz y te acuerdas de lo que es montar en bici. Otra cosa es ser capaz de sacar todo el potencial que es mucho, para vivir una experiencia totalmente diferente a lo que hemos conocido hasta ahora cuando montábamos en bicicleta.




Acelera pedaleando


La Brinco apuesta por un modelo de movilidad mixto que funciona de forma independiente , ya que se puede ganar velocidad usando los pedales y acelerando como si fuese una moto eléctrica. Por eso en Bultaco lo han denominado moto-bike, un concepto que combina mejor de lo que podría parecer y que no tiene absolutamente nada que ver con las bicis de pedaleo asistido.

Una batería de ocho kilogramos de peso integrada bajo la estructura principal del chasis de aluminio y fácilmente desmontable (tiene asa para su transporte) garantiza el funcionamiento eléctrico de la Brinco. Se trata de una unidad de ion-litio que se recarga al 100% en tres horas y nos puede brindar una autonomía de hasta 80 km, dependiendo del programa seleccionado para el motor ubicado en la rueda trasera.

Concretamente dispone de tres modos de funcionamiento en el motor eléctrico: Eco, Tour y Sport. El primero es el más ahorrador de energía y más tranquilo de funcionamiento, y el último justo lo contrario, más potencia y menos autonomía. Lo bueno es que podemos cambiarlos para ir maximizando la energía eléctrica y la de nuestras piernas.

El pico máximo del motor puede llegar a los 2 KW, es decir casi 3 CV de potencia capaces de mover a la Brinco a 60 km/h gracias a que tiene un peso de 39 kg y una envergadura un poco mayor que una mountain bike al uso. Y el par es de 60 Nm, lo que se traduce en unas aceleraciones decididas pero muy progresivas, quizás demasiado para los que nos dedicamos a montar en moto a diario. Pero probablemente sea lo más sensato para la orientación generalista de la Brinco pues una mayor rotundidad a la más mínima insinuación del gas nos podría meter en aprietos en según qué escenario de uso.

De todos modos, contamos con una parte ciclo que inspira gran confianza debido a la calidad de sus elementos y su buena puesta a punto. Aparte del chasis de aluminio también cuenta con un subchasis y basculante del mismo material. Además pone en juego unas geometrías que hacen su manejo muy sencillo ya que se mueve de forma natural como cualquier bicicleta pero con más estabilidad y precisión gracias también al trabajo de las suspensiones de gran recorrido (regulables) y los anchos neumáticos (llanta de 3”) que inspiran gran confianza.

› Ficha técnica y galería Bultaco Brinco

Y el sistema de pedaleo tiene una sorpresa pues cuenta con una opción desmultiplicadora para que dar pedales a altas velocidades sea posible. Es una especie de overdrive que se activa mediante un toque a un botón ubicado en el eje del pedal que se alcanza de forma muy sencilla con un simple golpe del talón.

Para el funcionamiento de los pedales contamos en la parte izquierda del manillar con un selector de cambio con nueve velocidades. Y con todo esto aprendido ya sólo quedaba afrontar una intensa toma de contacto que transcurriría en un circuito de asfalto con módulos para poder hacer alguna travesura y más tarde en un trazado campo donde mostrar sus capacidades off-road.




A “Brincar”


Para arrancarla tenemos que aproximar una pulsera que es la llave (keyless) a la instrumentación totalmente digital, donde tenemos toda la información necesaria: velocidad, modo de conducción y estado de carga de la batería. Además hay que pulsar un conmutador en la piña derecha que pone en funcionamiento el motor eléctrico. No olvidemos que la Brinco está además dotada de la última tecnología, con un sistema antirrobo por medio de geolocalización y una App dedicada para IOS y Android para controlar todos sus parámetros desde nuestro smartphone.

Una vez regulado el asiento, integrado en un espectacular subchasis, nos pusimos a pedalear los primeros metros para instantes después ayudarnos del motor eléctrico; es una sensación difícil de olvidar cuando el sistema eléctrico entra en acción y nos impulsa con gran ímpetu mientras vamos engranado relaciones para adecuar nuestro pedaleo a la velocidad de la Brinco.

   

     
          La aceleración es notable y nos invita a correr, incluso diría que a pilotar porque los movimientos del cuerpo cuando vas en moto comienzan a aflorar de forma natural
cuando vas en la Brinco gas a fondo. Es fácil aprovechar pequeñas rampas para dar saltitos gracias a la aceleración del motor eléctrico, aprovechando la gran estabilidad y confianza de unas suspensiones “tragonas” que filtran los baches al estilo de una moto de enduro.

Tras la sesión en asfalto nos tocaba ir al recorrido de campo para seguir disfrutando de las excitantes conducción que la Brinco te propone a cada metro ya que la gran sensación de velocidad al pedalear era algo que todavía nos seguía sorprendiendo y animando a ir cada vez más rápido. La agilidad y aplomo en campo se multiplican así como su capacidad de tracción, haciéndonos disfrutar de lo lindo y cansándonos lo justo porque en las cuestas aprovechábamos el motor eléctrico para cansarnos lo justo. Desde luego la intensa toma de contacto nos supo a poco porque la Brinco propone no parar de pasarlo bien hasta agotar sus baterías.
Precio ajustado, homologación complicada
Los 4.800 € que cuesta no serán ningún obstáculo para los amantes de las bicis y las motos pero quizás el mayor problema de la Brinco sea convencer a unos y otros, o incluso a gente que nada tiene que ver al haber abierto un nuevo nicho de mercado, de que es un producto que merece un hueco en sus vidas.



Y uno de los mayores obstáculos es la homologación y las restricciones de uso que conlleva. Las unidades homologadas que llegarán a final de año estarán limitadas a 45 km/h como un ciclomotor al estar encuadradas en en grupo L1e-A y L1e-B. Esto significa que estarán obligadas a llevar una placa identificativa así como un sencillo sistema de luces e intermitencias. Por lo tanto no podremos circular legalmente por campo ni hacer el uso habitual de una bici, reduciéndose drásticamente su escenario de uso, siempre y cuando nos ciñamos a la legalidad.

Pero las primeras unidades que empezarán a fabricarse ya mismo en la nueva fábrica de Bultaco junto al circuito de Montmeló no estarán homologadas y serán para un disfrute en un entorno acotado si no queremos exponernos a sanciones. Comenzarán a entregarse en julio. En un primer momento, seguramente la policía o lo agentes forestales nos nos pararán ya que en principio se trata de una bici pero cuando la Brinco comience a ganar popularidad, seguramente ya no se pueda usar de una forma totalmente libre: es la mayor pega que vemos a esta genialidad que tanto nos ha gustado durante su presentación.