El modelo Scrambler ha sido todo un acierto de Ducati que ha convertido en best-seller de su gama un innovador modelo de acceso en cuanto a concepción y planteamiento. Se trata de una moto evocadora del fenómeno scrambler que Ducati popularizó en los años 60' y 70' pero con algunos ingredientes de última generación para hacer de ella una moto agradable, divertida y molona.

A diferencia de sus hermanas, la Scrambler Icon, la Scrambler Urban Eduro y la Scrambler Classic, propone un estilo basado en el “flat track”, aportando unos ingredientes distintivos que le otorgan un carácter diferente al de sus hermanas, todas ellas más clásicas o conservadoras en su estética.

La Scrambler Full Throttle es especial por muchos detalles pero el que más llama la atención es el escape Terminogni homologado de doble salida, un elemento que le aporta tanto a la vista como a los sentidos gracias a su estimulante sonido.

prueba ducati scrambler full throttle detalle sistema escape texto

También encontramos un asiento de una pieza específico que como veis está muy bien integrado en el diseño, y cuyos pespuntes y diferente tonalidad y textura aportan un toque original y de calidad. El guardabarros delantero recortado con la franja amarilla, el portamatrícula en la rueda y el manillar más bajo, rematan su personalidad única. Las llantas de palos también le alejan del clasicismo que rodea la palabra scrambler para proponer algo más deportivo y de carretera.

Cuenta con un motor llamado Desmodue procedente de la Ducati Monster 796 que los ingenieros han hecho más agradable de usar, sobre todo a bajas revoluciones, manteniendo la refrigeración por aire y dos válvulas por cilindro. Aporta una aceleración progresiva pero decidida gracias las modificaciones hechas encaminadas a ofrecer este tacto tan necesario en ciudad y qué tan apropiado resulta en carretera. Para ello se han mantenido los mismos pistones y cigüeñal del propulsor original pero se han modificado los árboles de levas para asegurar esa aceleración lineal.

› Datos técnicos Ducati Scrambler Full Throttle

Además aporta embrague anti-rebote (APTC) bañado en aceite y operado por cable cuyo tacto es preciso (aunque Ducati siempre obliga a cambiar de marchas con decisión para no caer en puntos muertos) y agradable. Cuenta con un dispositivo que evita, no sólo el bloqueo de la rueda trasera sino también su posible levantamiento ante una reducción fuerte de marchas.

prueba ducati scrambler full throttle accion texto

El motor resulta versátil pues tanto en ciudad como en carretera siempre nos reserva buenas dosis de par con las que salir airosos de cualquier situación gracias a una aceleración instantánea y vigorosa, sobre todo a bajo y medio régimen. No cuenta con ningún tipo de asistencia electrónica, algo que va en perfecta sintonía con esa filosofía esencial y económica, pues recordemos que aunque esta versión no es la mas barata se trata del modelo más económico de Ducati.

La facilidad de conducción es algo que caracteriza a la Ducati Scrambler y evidencia que la marca italiana ha puesto el empeño en diseñar una moto “para todos los públicos”. Asiento bajo, poco peso (170 kg), motor enérgico pero con 75 CV muy controlables, y unas geometrías que favorecen enormemente su capacidad de giro son la clave, y propician movimientos fluidos y una conducción intuitiva en cualquier terreno y para cualquier piloto.

"No es sencillo ser una moto para todos los públicos de verdad, fácil para el principiante y con picante para el más veterano"

Además, gracias a su rígido pero noble bastidor, y unos frenos y suspensiones de calidad, también puede dar momentos de mucha diversión a los que de vez en cuando les gusta visitar una carretera de montaña para disfrutar de unas curvitas con los amigos. Para esto es fundamental la sensibilidad y potencia de su freno delantero gracias al pinza de anclaje radial (Brembo) y a la seguridad que aporta el ABS de serie, así como la efectividad de sus suspensiones que se muestran consistentes que no duras.

prueba ducati scrambler full throttle detalle faro texto

En definitiva una moto válida para todos los días, enfocada para un uso eminentemente urbano pero que da juego a la hora de buscarle otras opciones de uso, aportando siempre comodidad gracias a su ergonomía y una agradable sensación de control y confianza desde que plantas por primera vez el culo en su asiento.

La calidad general y los detalles vanguardistas son otras de sus señas de identidad; todo está perfectamente acabado y los materiales no admiten reproche alguno, transmitiendo una buena sensación de calidad. Cuenta con LED's para su iluminación delante y detrás, y hasta una toma USB bajo el asiento como guiños vanguardistas en una estética general con la fuerza estética de lo clásico y las ventajas de la tecnología más actual.

En positivo

  • Motor
  • Comportamiento
  • Equipamiento y diseño

En negativo

  • Precio
  • Asideras pasajero
  • Indicador gasolina

Su instrumentación esférica digital sigue esa línea, con un diseño muy sencillo pero una imagen fresca y actual. Lástima que no disponga de nivel de gasolina porque es una información útil, como la marcha engranada que tampoco tiene.Cuenta con el testigo de para de cabra desplegada, algo orientado al público menos experto o que ha accedido a ella a través del carnet A-2.

Los espejos retrovisores cumplen su cometido a la perfección a pesar de no contar con un gran tamaño y estar muy bien integrados en el diseño general de la moto.

Los casi 10.000 € que cuesta (9.850 €) están justificados por la calidad de una moto que ofrece diversión a raudales y en un envoltorio único, con detalles tan vistosos como el escape Terminogni o el asiento deportivo que no sólo es bonito sino también cómodo. Pocas pegas se le pueden poner a esta Scrambler Full Throttle salvo el precio, un poco elevado para nuestro gusto y también para nuestra nómina aunque la hemos disfrutado unos días como más le gusta a ella: gas a fondo.