Si todos los scooters de rollito vintage, salvo algunas excepciones, suelen seguir los pasos marcados por la Vespa, Scomadi ha llegado para llevar la contraria a todos los demás, evocando a su enconado rival en los años, 60'.

La añorada Lambretta ha sido el referente para la compañía inglesa PM Tuning Racing Products & Scooter Innovation que pone en el mercado un cautivador estilo retro acompañado de un precio muy competitivo. Y es que por los 1.995 € que cuesta el Scomadi 125 TL es complicado encontrar algo con una personalidad tan lograda y especial; ojo porque es la tarifa de lanzamiento, el oficial es de 2.495 €.

Se nota que sus diseñadores son especialistas en la restauración de scooters clásicos porque tenían muy clara la idea de cómo lograr una recreación más que digna sin incurrir en grandes gastos pero a la vez asegurando un buen comportamiento dinámico.

El ensamblaje económico ha sido posible porque se hace en China y la responsabilidad corre a cargo de la compañía Hanway que se comercializa en España y cuenta con una gama de 125 cc interesante, sobre todo por su precio pero también por lo resultones que son sus productos.

Pero la compañía inglesa se ha encargado de que transmita sensación de calidad y no le falte absolutamente ningún detalle para parecer una Lambretta, y no hablamos del apartado estético sino también del sistema de suspensión delantero compuesto por un doble sistema de bieletas oscilantes que ya lucían en su época, garantizando así un buen comportamiento que no podía ofrecer su rival, la Vespa que estaba dotada de un único brazo oscilante que la hacía más imprecisa y con tendencia a hundirse a la más mínima insinuación del freno delantero.

La culpa del buen comportamiento que transmite el tren delantero es de la pareja de amortiguadores oleoneumáticos dotados de muelles de paso variable y ajuste de precarga que ofrecen un comportamiento satisfactorio evidenciando que son elementos de calidad que además le hacen un indudable favor estético por su aspecto deportivo.

"Sus diseñadores tenían muy clara la idea de cómo lograr una recreación más que digna  de la Lambretta sin incurrir en grandes gastos pero a la vez asegurando un buen comportamiento dinámico"

Otros elementos que casan a la perfección con ése estilo de scooter racing son el disco lobulado mordido por una pinza roja, el asiento estilo monoplaza con joroba y ribete blanco o la franja negra con el número que atraviesa todo el lateral la carrocería. Equilibran en cuando a elementos clásicos más elegantes la parrilla trasera cromada, los contrapesos del manillar con el mismo acabado o las tiras negras antideslizantes en la plataforma reposapiés.

A la hora de subirnos en el atractivo Scomadi observamos lo aparatosa que resulta su carrocería en la parte trasera y esto hace pensar que reserva un buen espacio bajo el asiento para poder guardar un casco pero nos llevamos un chasco al abrir el asiento; sólo encontramos el preceptivo tapón del depósito de gasolina ya que ahí está el depósito, nada más, dando la impresión de que se ha desperdiciado espacio para poder habilitar un vano para el casco. Es una lástima pero el hueco para guardar algo está en la parte delantera donde está la clásica guantera con un tamaño muy generoso pues abarca todo el ancho del escudo.

Otra cosa que llama la atención una vez subimos en el Scomadi es la altura del asiento, más alta de lo habitual para un scooter de estilo retro que suelen ser recatados en este aspecto porque no quieren descuidar al público femenino, un nicho potente de compradores de esta tipología de scooters. Sus 805 mm son un poco excesivos sobre todo porque el diseño del scooter nos obliga a abrir las piernas un poco más de lo normal.

Una vez que arrancamos el Scomadi se encarga de proporcionar agradables sensaciones procedentes en primera instancia procedentes de su motor que se desenvuelve con mucha viveza gracias a sus 9 CV y tan sólo 100 kg declarados. A pesar de ser un sencillo bloque refrigerado por aire forzado, alimentado mediante carburador, la aceleración en ciudad nos permite circular a un ritmos seguros por las buenas prestaciones que ofrece. Además se trata de un sistema automático por variador que facilita su uso respecto a los cambios manuales de la época.

Este satisfactorio rendimiento en las distancias cortas tiene su contrapartida cuando salimos a alguna carretera donde se ve penalizado por una velocidad punta que supera por poco los 100 km/h de marcador. Esto significa que la velocidad máxima real está por debajo de esa cifra.

El consumo de combustible está en torno a los 4l/100 km pero sin la ayuda de la inyección electrónica es difícil obtener mejores cifras. Un elemento interesante del motor es que cuenta con palanca auxiliar de arranque por si el algún momento falla la batería.

En cuanto al comportamiento dinámico está marcado por la estabilidad y la firmeza del tren delantero que permiten ir rápido con toda confianza. Sus llantas de 12” contribuyen a la agilidad que muestra para zigzaguear sin menoscabar el aplomo que percibimos de su parte delantera. Además los neumáticos de la marca Duro muestran un buen agarre, al menos con el asfalto seco que es como transcurrió toda la prueba.

En cambio la suspensión trasera si resulta un poco incómoda por lo seca que es de reacciones, poniendo el contrapunto a un tren delantero agradable desde el punto de vista del confort y eficaz desde el dinámico.

Los frenos responden bien, ambos, gracias a sendos discos y seguramente el trenzado metálico de sus latiguillos, otro buen detalle que esgrime el Scomadi 125 TL.

La posición de conducción es bastante natural y cómoda gracias a la buena disposición del triángulo manillar-plataforma-asiento. Está planteado para acoger a pilotos de cualquier talla sin problemas de estrecheces; podéis ver al piloto que protagoniza las fotos de acción y mide más de 1.80 m sin problema alguno para acomodar sus largas patas ente el asiento y el escudo.

Lo cierto es que se trata de un scooter agradable de conducir y también de mirar que atrae miradas allá por donde pasa. Y es que la Lambretta sigue muy viva en el corazón de muchos amantes de los scooters clásicos y Scomadi ha sabido tocar su fibra sensible con esta Turismo Leggera, el significado del acrónimo TL que acompaña su denominación.

La puesta en escena no tiene tacha con una gama cromática muy acertada que busca impactar de forma elegante y con un ligero toque deportivo. La carrocería de plástico es uno los puntos que menos confianza inspira en cuanto a la calidad del material ya que nuestra unidad, por ejemplo, no pudo quedar impecable para las fotos porque atrae suciedad y no la suelta. Digamos que esto junto con algunos ajustes y lo sencillo de su motorización denotan el carácter económico de un scooter en todo lo demás está muy cuidado y se postula como una más que interesante alternativa para aquellos que buscan un scooter retro con verdadero carácter.