La marca japonesa ha entrado en el pujante segmento de las trail de gran cilindrada a su manera, tirando de su propia historia a la vez que ha aplicado la tecnología necesaria para ofrecer un producto especial y diferenciador, marcando terreno frente a la ola de motos maxi-trail cada vez más orientadas a la carretera y con unas capacidades limitadas cuando se acaba la cinta negra y comienza la verdadera aventura sobre terrenos donde unas ruedas de tacos son imprescindibles.
Ahí es cuando Honda ha decidido revolucionar el panorama con una moto realmente capaz en conducción off-road que no le hace ascos a ninguna carretera, recuperando la versatilidad y el espíritu de las auténticas motos trail de los años 80' y 90', una época dorada que Honda aprovechó para introducir la XRV750 Africa Twin comercializada desde el año 1989 al 2003 con gran éxito y una excelente herencia deportiva, ya que se hizo con el París Dakar en cuatro ocasiones gracias a la XRV650, el germen de la versión de calle lanzada en 1989. Por eso su renacimiento ha sido todo un acontecimiento y no veíamos el momento de subirnos a una moto con tanta carga histórica y proyección comercial.
Nuestra unidad de pruebas es la versión tope de gama al estar equipada con el sistema DCT (Dual Clutch Transmission) y ABS, aunque también debido a ello es la más cara y pesada de la familia: 222 kg en seco y 14.720 €.
Concretamente engorda 14 kilos por incorporar el sofisticado sistema de cambio automático desarrollado por Honda que ha tenido en cuenta las especiales características de la nueva Africa Twin a la hora de su puesta a punto. Y aunque en un primer momento uno muestra reticencias a una moto de estas características donde no hay maneta de embrague ni palanca de cambio, al final de la prueba asumes que Honda ha apostado por un sistema muy eficaz aunque el cliente tiene la opción de elegir la STD o la ABS, ambas con cambio convencional.
Pero no adelantemos conclusiones sin antes analizar las claves de la nueva Africa Twin que tanta expectación ha levantado desde muchos meses antes a su reciente comercialización.
Fuerte carácter
Cuando te plantas frente a ella, llama la atención su estudiadísimo concepto de diseño a todos los niveles. Es alta por su naturaleza pero a la vez compacta en lo que a anchura se refiere para tratar de ofrecerse como un conjunto manejable en marcha y que no intimide en parado.
Y su apariencia mezcla con acierto las raíces estéticas de la mítica saga Africa Twin con un aire de moto raid y a la vez sofisticada. No es fácil lograr aunar todos estos matices y nos parece que Honda ha dado en el clavo en cuanto al diseño porque transmite la robustez necesaria pero esconde mucha tecnología para aprovecharla tanto en campo como en carretera: estamos hablando de elementos como el control de tracción con tres niveles de intervención, el ABS desconectable, el sensor de inclinación para el cambio de marchas DCT o el interruptor G para mejorar la tracción en conducción off-road con cualquier modo de conducción que ofrece el sistema Dual Clutch.
He de admitir que pese a la facilidad para pilotar una vez encima, es una moto alta para alguien de 1,65 m como yo. Pero Honda lo ha solucionado de dos formas: una es que el asiento original permite rebajar la altura de 870 mm a 850 mm. Y la segunda es que opcionalmente se puede adquirir otro asiento 30 mm más bajo que el de serie.
Pero una vez te pones a rodar la moto es muy manejable y cómoda en lo que a ergonomía se refiere, con una posición natural y una buena protección aerodinámica sin necesidad de contar con una pantalla parabrisas regulable.
Suavidad y cambio inteligente
La Africa Twin ofrece buenas sensaciones desde el mismo momento del arranque gracias a la suavidad del propulsor de dos cilindros paralelos que no transmite vibraciones y funciona como la seda, algo a lo que Honda ya nos tiene acostumbrados en sus motos.
El motor es muy compacto y de moderna concepción con el cigüeñal calado a 270º, un sistema de lubrificación por cárter semiseco y doble eje de equilibrado, y una estructura singular en la que la bomba del agua se ubica en el interior del conjunto del embrague y el depósito de aceite queda integrado en el lado contrario.
Su potencia de 95 CV, perfecta para poder ofrecer versiones limitables para el carnet A-2, podría parecer escasa pero el motor se muestra tan dulce y elástico como vigoroso cuando enroscamos a fondo el acelerador gracias también a sus 98 Nm a sólo 6.000 rpm. Y aquí es cuando entra en juego su cambio DCT, ofreciendo una respuesta inteligente en cada momento gracias a sus diferentes modos de uso aunque no puede suplir esa pequeña falta de potencia, sobre todo cuando circulamos en carretera.
El modo D ofrece el mejor equilibrio entre economía en el consumo de gasolina y una conducción tranquila, perfecto para un uso urbano o disfrutar en autovía a ritmos moderados. En cambio, el modo S ha sido programado para aportar unos niveles extra de prestaciones deportivas, con tres diferentes patrones de cambio a elegir entre: S1, S2 y S3. Es obvia su recomendación para cuando deseemos aceleraciones más rotundas para una conducción alegre y de cierto componente deportivo, siempre desde el prisma de una moto como esta.
Además permite seleccionar la transmisión en automático o manual; para esta última modalidad ofrece en la piña izquierda dos pulsadores, uno de subida y otro de bajada de marchas que activamos con el pulgar y el índice. De esta forma podemos controlar con más precisión cuando queremos efectuar el cambio de marchas sin fiarlo todo al sistema automático que en general funciona de forma sobresaliente pero no siempre nos lee el pensamiento.
Por ejemplo, si circulamos en modo automático, las marchas se van engranando con rapidez pero a poco que actuemos con cierta contundencia sobre el acelerador, comienzan a bajar rápidamente las relaciones para ganar velocidad y potencia, reaccionando a nuestras peticiones de forma caso instantánea. Además arroja unos consumos moderados que se situaron en los 6l./100 km habiendo combinado campo-carretera y ritmos normales con otros más dinámicos.
Es cierto que el bicilíndrico no tiene el tirón de motos rivales pero el planteamiento de uso de la Africa Twin no requiere más para sacarle buen partido en todo tipo de escenarios y se encuentra en perfecta sintonía con su parte ciclo.
Más off-road que on-road
En carretera se mueve de forma intuitiva, permitiéndonos disfrutar tanto de un tramo de montaña como de un desplazamiento por autovía gracias a las suspensiones de gran calidad y generoso recorrido que además permiten regulaciones para adaptarlas sin problemas tanto a la carga como al terreno o las circunstancias de conducción.
El tacto general es más bien blando porque es una moto muy orientada a la conducción por pistas, caminos y en definitiva cualquier terreno que no esté asfaltado. Ahí muestra la misma eficiencia que en carretera pero matizada por su predisposición para este entorno, donde apreciamos el buen rendimiento a todos los niveles, destacando la agilidad y el control de la Africa Twin que domina con autoridad el entorno gracias unas suspensiones que filtran todo lo que halles a tu paso.
Hay que alabar el comportamiento de sus Pirelli Scorpion tanto dentro como fuera de la carretera, brindando buenas sensaciones en asfalto mientras que en pista la excelente motricidad y el agarre de los que son responsable en gran parte, invitan a circular con seguridad y desahogo mientras disfrutamos del entorno, sentados o de pie.
Su buen radio de giro con una acertada llanta de 21” delante hace que en pistas estrechas seamos capaces de maniobrar con bastante facilidad ya que a pesar de ser una moto alta también aporta un buen centrado de masas y un reparto de pesos que la hacen muy manejable, y eso se agradece mucho cuando el terreno se complica. Ahí cuenta con dos buenos aliados; el primero es la detección de inclinación del sistema automático del cambio DCT para optimizar el par en los ascensos y aplicar más frenos motor en los descensos pronunciados. Y el segundo la función "G", un botón que se activa con la mano en la parte derecha de la instrumentacion y mejora la tracción gracias a que se se reduce el deslizamiento del embrague en los cambios de marcha.
› Datos técnicos Honda CRF1000L Africa Twin
Los frenos son un apartado muy bien resuelto con sendas pinzas Nissin de anclaje radial para morder los dos discos delanteros y un ABS que cumple su trabajo de forma brillante, pudiendo desconectarlo, solo en parte, cuando estamos en conducción off-road ya que siempre mantiene una actuación sobre la rueda delantera. Por cierto, no se puede desconectar en marcha. Aunque parezca un contrasentido para los más puristas, es cierto que su eficacia nos pareció fuera de toda duda incluso en tierra.
Lo que sí podemos y debemos hacer es desconectar el control de tracción (de forma sencilla en la piña izquierda) para disfrutar de una conducción en campo segura y divertida gracias a la excelente maniobrabilidad de la Africa Twin, un verdadero animal de campo como pudimos comprobar cada vez que abandonamos la cinta negra de asfalto, algo a lo que invita constantemente.
¿La maxi-trail más aventurera?
Es una pregunta muy díficil de responder pero no cabe duda de que su peso y tamaño ayudan mucho cuando los terrenos se vuelven complicados de verdad, sobre todo porque cuenta con un motor y una parte ciclo a la altura. Quizás algunos puedan pensar que le falta potencia pero el rendimiento del motor a bajas y media revoluciones disipa esas dudas aunque en carretara sí podrían venir bien algumos CV extra. Desde luego pocas motos pueden rivalizar con su propuesta más campestre que asfáltica aunque Ducati acaba de presentar su prometedora Multistrada 1200 Enduro y sí parece ser una contendiente dispuesta a dar guerra en el campo...de batalla.
Además resulta evidente que Honda la ha preparado a conciencia para los que deseen acometer las aventuras más duras que tengan en mente gracias a elementos como anclajes para maletas, cubre cárter, cubre manetas, un asiento amplio y muy cómodo, una efectiva pantalla, un depósito de casi 19 litros, y por supuesto, la posibilidad de equiparla con todo tipo de accesorios originales para este tipo de uso.
En positivo
| En negativo
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También cuenta con detalles interesantes como el bloqueo de freno trasero en la falsa maneta izquierda o la iluminación, confiada a LED's con luz diurna apoyada en los intermitentes que van continuamente encendidos, lo que incrementa su visibilidad gracias a una homologación especial para poder incorporarlas. Otro detalle es la posibilidad de desmontar fácilmente las gomas de las estriberas para facilitar su uso en campo.
Y la instrumentación remata el conjunto con abundante información, fácil manejo y buena visibilidad aunque echamos en falta un parámetro bastante útil en toda moto y más en una con alma viajera: la autonomía.
En definitiva, la nueva Africa Twin aprueba con nota el examen gracias a un logrado equilibrio general, una calidad indiscutible así como un equipamiento perfecto para el versátil concepto al que Honda da continuidad con esta renovada saga. Además, su precio acompaña las buenas hechuras generales ya que Honda ha sabido dotar a la nueva Africa Twin de lo esencial sin incurrir en sofisticaciones innecesarias. Con un rango de precios que comienza en los 12.700 € de la versión básica hasta los 14.750 € la DCT que nos ocupa, el cliente tiene la posibilidad de hacerse con una de esas motos robustas, eternas, digna de otros tiempos.