Se trata de la propuesta más extrema de la gama R nineT de BMW; posee un precioso semicarenado retro-sport, está decorada exclusivamente con los colores de BMW Motorsport, es monoplaza y ofrece la posición de conducción de una moto de circuito de los años 70. ¿Qué más se puede pedir para sentirse en una máquina del tiempo?
Por lo demás comparte componentes con la R nineT Pure, pero son tantas sus particularidades que la experiencia de conducción es absolutamente opuesta. Mientras que con la racional y moderada Pure te sientes cómodo y relajado, con la Racer desde el primer momento notas que te subes a una moto de carreras de antaño, enfocada a la velocidad por encima de concesiones al confort. Y es que más te vale estar en forma si no quieres pagar en tus carnes el precio de sentirte un héroe de las carreras.
Así va la BMW R nineT Racer
La comentada posición configura un reparto de pesos muy cargado en la rueda delantera, favoreciendo que esta preciosa deportiva sea la más eficaz y precisa en curvas de la familia. Como contrapartida, en carreteras bacheadas serán tus muñecas y cuello los que sufran el efecto directo de las irregularidades del asfalto. Pero con firme en buen estado podrás apretar el ritmo como se espera de una deportiva, descolgarte en las curvas y aprovechar los 110 caballos del genuino motor bóxer de 1.200 centímetros cúbicos en su versión refrigerada por aire y aceite, convenientemente retocada para cumplir con las exigencias de la normativa Euro 4 que acaba de entrar en vigor.
Lo cierto es que a pesar de las restricciones impuestas por esta nueva norma BMW no ha tenido ningún problema en mantener el mismo nivel de prestaciones, y de hecho la respuesta al gas del motor es similar, tan contundente y eficaz a cualquier régimen como lo ha sido siempre. Una de las cosas que nos ha llamado la atención es que la elección del escape de serie de esta R nineT racer (y también de la Pure) es diferente al que incorpora la R nineT 2017, modelo que sigue siendo el más exclusivo de la gama. Y no porque sea más o menos bonito este de una salida que el de doble silenciador de la otra, sino porque el de una salida simple emite un sonido claramente más potente y atractivo, salvo para los vecinos que se van pronto a la cama.
Y aunque estéticamente no se ha escatimado nada en conseguir una estampa impecable en cuanto a estilo, materiales y acabados, BMW ha querido que esta moto no se dispare de precio empleando los componentes de parte ciclo más exquisitos de la R nineT original, y así prescinde de la horquilla invertida y los frenos radiales de aquella, así como del tanque de gasolina realizado en aluminio, optando el más convencional acero.
Y sobre la carretera, en la toma de contacto que realizamos por carreteras secundarias y autopista en torno a Madrid, no nos parecieron malas elecciones porque la horquilla cumplió muy bien, los frenos tienen tacto y potencia más que de sobra y, ni se siente una moto pesada en comparación con la versión dotada de depósito de aluminio, ni es estéticamente necesario al ir completamente pintado en esta Racer.
Alta costura R nineT: diséñala a tu gusto
El catálogo de esta creciente gama Heritage de BMW ofrece multitud de equipamientos y combinaciones que permiten intercambiar componentes de unas con otras y aún más opciones si observamos la lista de accesorios originales que la marca alemana pone a disposición de sus clientes más sibaritas. Así pues podría incorporar depósito de aluminio si lo desea el propietario, asiento biplaza, diferentes escapes, tapas de motos de varios diseños -incluyendo unas preciosas y mecanizadas que ha sido diseñadas por el preparador Roland Sands- otros estilos de manillar o estriberas, etcétera, etcétera.