- Luces DRL y warning automático
- Hueco bajo el asiento y smart key
- Instrumentación del coche
- Freno de estacionamiento y bloqueo de la inclinación
- Control de tracción
- Agilidad en ciudad
- Llega la frenada ABS
- Ruedas de 13"
- Premio especial para su motor
- Conclusión
- Versiones
- Rivales
- Galería de fotos
Fotos: Carolina F. Varela
Conducir un vehículo diferente siempre apetece, por tener sensaciones distintas, por comparar con lo conocido... en definitiva, por continuar aprendiento. Ya tuve ocasión de probar el anterior Peugeot Metropolis 400 hace algunos años, pero tenía ganas de subirme en el nuevo y ver en qué mejoraba al anterior pues Peugeot ha introducido muchos cambios en su Metropolis en 2017, empezando por unas ruedas de 13 pulgadas delante -antes de 12 pulgadas- y se sustituye el anterior sistema de frenada combinada por un sistema ABS de Continental. La frenada combinada, no obstante, se mantiene pero sólo cuando se utiliza el pedal de freno colocado bajo el pie derecho.
Peugeot nos ofreció el Metropolis 400 RX-R, una de las cuatro versiones disponibles en 2017 y que estéticamente compite en deportividad con el RS, dejando la elegancia para la versión Allure, aunque los tres comparten características técnicas. Existe una cuarta versión, el Active, con un menor equipamiento y que apenas cambia repecto al modelo anterior -ver versiones del Peugeot Metropolis 400 2017-.
Hay que decir que le queda muy bien el color negro mate al Metropolis 400, con un aspecto sport muy conseguido que seguramente convenza más a un público más joven y/o más atrevido. Además, nos parece acertado presentar una nueva versión teniendo en cuenta que estéticamente no hay diferencias entre el antiguo Metropolis y el actual.
Luces DRL y conexión de warning automático
Ni siquiera cambian los faros delanteros ni traseros, que combinan luces halógenas con unas de LED. También se mantiene las luces DRL de circulación diurna, con cinco bombillas de LED colocadas en forma vertical en su parte inferior. El conmutador permite seleccionar ésta o las luces de cruce y, como ya me ocurrió con el anterior modelo, prefiero usar las convencionales, pues creo que los coches me ven mejor.
Obsesión o no, lo cierto es que el hecho de que te vean también preocupa en Peugeot, de ahí que hayan introducido una mejora en el Metropolis, el encendido automático de las luces del warning en caso de frenada brusca -más de 6 metros por segundo- circulando a más de 50 km/h, y que se desactiva automáticamente una vez la desaceleración pasa a ser de 2 metros por segundo. Es el primer scooter que monta un elemento de este tipo de serie.
Por lo demás, nada nuevo en el Metropolis por fuera -salvo las ruedas de mayor diámetro, de las que hablaré más adelante-, por lo que sigue ofreciendo una posición de conducción muy confortable, en la que te sientes cómodo nada más apoyar el culo en su firme asiento del conductor. El del pasajero también es bienvenido en el asiento, disfrutando además de unas plataformas reposapiés plegable de generosas dimensiones, y hemos podido comprobar en primera persona, tras una larga ruta, que los kilómetros no castigan el trasero por el buen mullido del asiento. El del piloto, en cambio, puede que esa firmeza que comentaba acabe pasando factura dependiendo de lo “delicado” que sea cada uno.
Hueco bajo el asiento y smart key
Bajo el asiento se encuentra un hueco amplio, pero en el que no entra un casco integral -pero sí uno tipo jet-, así como cualquier objeto que sea más bien alargado, no voluminoso. Para poder guardar un casco cerrado o un paquete más grande hay que usar el maletero situado en la parte trasera, que además comunica con el delantero. Una luz situado en el puente de unión de ambos habitáculos, junto con un recubrimiento de ambos, son dos detalles que se agradecen. Ahora bien, se echa de menos un amortiguador para sujetar el asiento cuando queremos dejarlo abierto, obligatorio en el momento de repostar y para colocar el equipaje. En su posición vertical no se cae, pero si ya se ha bloqueado la dirección, el puño izquierdo toca con el asiento y es fácil que se cierre pillándote las manos.
La capacidad de carga del Metropolis se amplía con dos guanteras situadas en la parte frontal y carentes de cerradura. La primera está colocada en la parte central, muy ancha pero con poco fondo; la segunda es todo lo contrario, dispone de mucho fondo pero resulta algo estrecha, aunque cabe un impermeable bien comprimido y aloja una toma USB con la que cargar cualquier dispositivo móvil y que sustituye a la antigua toma de mechero del modelo anterior.
Instrumentación de coche
El gran tamaño del cuadro permite una lectura rápida cuando se va en marcha, aunque yo personalmente prefiero los velocímetros digitales.
Es posible que Peugeot pretenda agradar a un público con mentalidad de coche, que legalmente puede conducir el Metropolis con su carnet B aún teniendo en cuenta su motor de 400. Esto es posible gracias a que este vehículo no ha sido homologado como scooter, sino como triciclo de la categoría L5e, de ahí que mantenga el pedal del freno para el pie, situado en el lado derecho de su piso plano de aluminio.
Freno de estacionamiento y anti-tilting
El freno de mano, colocado en la parte central del manillar, es de gran ayuda cuando estamos parados en pendiente y, por ejemplo, buscamos el mando de apertura del garaje. Pero la "joya de la corona" es el segundo dispositivo, el que bloquea la inclinación del scooter. Con él activado resulta fácil realizar cualquier maniobra con la seguridad de que no se va a caer. A mí, que soy bajito, me encanta usarlo cuando se va a subir un acompañante.
Basta efectivamente con esa leve insinuación en el acelerador para desactivarlo y meterse de lleno en el tráfico de la ciudad. Peugeot asegura que con los cambios en el motor se mejora la respuesta a bajo régimen y, aunque no tengo frescas las sensaciones del anterior modelo, sí que puedo decir que su respuesta es sobresaliente.
Control de tracción
La introducción del control de tracción anima también a ser generoso con el puño del gas. Ahora bien, hay que tener cuidado, especialmente cuando el asfalto está mojado, pues la rueda trasera tiende a derrapar pues el este control no es excesivamente intrusivo ni siquiera en su posición menos deportiva, la Urban.
Traté en algún momento de poner a prueba este dispositivo de seguridad y no me llegó a convencer completamente, pues antes de que comience a actuar la electrónica, la rueda trasera desliza lo suficiente como para que el cerebro ordene aflojar el mando del gas. Visto lo visto, no forcé la máquina y no llegué a desconectarlo, una operación -la de cambiar de Urban a Sport o desconectar- que se realiza a través de un mando situado en el puño derecho y que se puede llevar a cabo tanto en parado como en marcha.
Agilidad en ciudad
La circulación en compañía del resto de usuarios es similar a la que ofrece un scooter convencional, la doble rueda delantera no supone ningún problema adicional en lo que se refiere a colarse entre los coches para ganar posiciones. Las limitaciones por tamaño son las mismas que las de cualquier otro megascooter, es decir, que nunca alcanzará el nivel de agilidad de un pequeño 125.
Es una herramienta muy útil también al dejarlo aparcado y evitar de esta manera subir el Metropolis al caballete, que con lo que pesa cuesta bastante. Tampoco hay que confiarse mucho con el dispositivo, pues éste bloquea la inclinación del vehículo, pero no lo coloca recto, es decir, que si está un poco inclinado cuando se bloquea, mantiene esos grados de inclinación. Esto puede suponer dos tipos de problemas. El primero, cuando se acciona mientras todavía estamos circulando, aunque sea a muy baja velocidad -menos de 10 km/h-, pues el bloqueo supone no inclinar más, pero tampoco menos, con lo que estaremos torciendo sin poder realizar cambios de dirección bruscas para evitar chocar con algo. El segundo, al arrancar de nuevo, pues salimos desde parado con la moto inclinada y si abrimos gas a tope, podríamos salir algo desequilibrados. Por lo tanto, es recomendable bloquear siempre que el scooter se encuentre totalmente recto.
Llega la frenada ABS
Frenar con el nuevo Metropolis 400 ya no supone un trauma como ocurría antes, todo lo contrario, el ABS ofrece muy buen comportamiento, a lo que ayuda seguramente la confianza de saber que se cuentan con dos puntos de apoyo. Dos ruedas que, por el contrario, plantea un problema que no se tiene con una moto normal: la forma de afrontar las calles bacheadas. Con una sola rueda delante resulta más fácil sortear los obstáculos, pero cuando se tienen dos a veces toca elegir cuál es la que se come la irregularidad. Da mucha rabia, pero es algo que hay que tener presente, sobre todo teniendo en cuenta el escaso cuidado del pavimento que se realiza en algunas ciudades. Al menos, eso sí, la otra apoyará con firmeza y resultará más complicado irse al suelo por comerse un socavón.
Nuevas ruedas de 13"
Sí resulta extraña la sensación de flotación que transmite el Metropolis cuando se circula en autopista por encima de los 90-100 km/h. Se nota que las ruedas apoyan bien, pero la impresión es de que la dirección quedase suelta. Al principio llegué a pensar que tenía un problema con la presión de las ruedas, pero la revisión del manómetro dio negativo. Al segundo día me acostumbré a esa sensación, y al tercer día ya ni lo sentía.
Premio especial para su motor
La respuesta del motor en ambos ambientes resulta sobresaliente, sigo pensando que el de Peugeot es uno de los mejores motores de 400 del mercado. Impresionante respuesta a bajo y medio régimen, el cual es todo un prodigio de suavidad, sin que apenas se aprecien vibraciones.
La entrega de potencia es lineal, sin saltos, y ya desde abajo empuja sin titubeos. Las recuperaciones son prodigiosas igualmente, dando lo mismo que te encuentres circulando a 20 km/h en una calle transitada que a 100 km/h en la autopista, que siempre vas a tener esa misma sensación de suavidad y con un sonido muy discreto.
El funcionamiento de las suspensiones merecen también un comentario aparte, sobre todo, en su tren delantero. El equilibrio logrado entre firmeza y confortabilidad es de nota, dando lo mismo el circular por una carreretera bacheada que hacerlo sobre una recién asfaltada autopista. El RX-R se come las irregularidades del terreno de manera prodigiosa. Por el contrario, los dos amortiguadores traseros sí que se muestran algo más secos de respuesta, un hecho que sufre mucho más el acompañante que el piloto.
Conclusión
Versiones
Rivales
El rival directo del Peugeot Metropolis es el Piaggio MP3 -300cc y 500cc- que fue el primer modelo de tres ruedas que llegó al mercado. En su día supuso una revolución, y todavía se mantiene como una alternativa realmente interesante. Tanto el MP3 500 como el MP3 300 se desdoblan en dos modelos, Sport y Business, que se diferencian por su nivel de acabados. El MP3 contaba en su momento con un punto a favor respecto del Metropolis, el montaje de serie del ABS y del control de tracción ASR, pero esa diferencia ya ha sido resuelta por los franceses. El Piaggio monta también ruedas delanteras de 13” siendo el precio del MP3 500 de 8.949 euros y de 6.999 euros el del MP3 300.
No hay que perder de vista en esta comparativa el Quadro3, con motor de 350 cc, y que se ha renovado recientemente. Lo que hace diferente al Quadro3 son sus dos ruedas delanteras de 14 pulgadas y su sistema de frenada integral. Su peso, de sólo 200 kg, es muy reducido para un vehículo de estas características, mientras que su precio queda fijado en 6.990 euros.
Ni trampa ni carton, no se ponen rojos en decir que ni tienen stock ni fecha prevista de tenerlo (recordad que la moto no hace ni 2 años y medio) Vergonzoso, recordarlo para futuras compras, mi recomendación ir a una marca que realmente os de un servicio en condiciones postventa.