Fotos: Carolina F. Varela
Casco: Givi 20.7 Oldster
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- BMW R nineT: enredos de familia
Sólo con observarla. la R nineT Scrambler supone ya un placer para los sentidos, y en especial por el detalle con el que se ha rematado el escape elevado de doble salida. Por lo demás tiene pocas pero estudiadas diferencias con la versión básica de la gama, la minimalista Pure: fuelles de protección en las botellas de la horquilla, carcasa de faro en el color del depósito, discretos elevadores para el manillar, asiento acabado en marrón y creo que no me dejo nada importante. Bueno sí y bastante: la monta de neumáticos, que pasa de 17 a 19 pulgadas de diámetro delante, unos Metzeler Tourance Next con dibujo más marcado para evocar el estilo todoterreno sin perder un ápice de eficacia en carretera. Estilo pero sobriedad, gracias al color único Monolith metalizado mate elegido por BMW, suficiente para crear una de las motos más atractivas del mercado.
Al tomar contacto con los mandos se confirma que tiene un objetivo eminentemente asfáltico. La altura del sillín es moderada, 1,5 cm más que la Pure como consecuencia de la mayor rueda delantera pero adecuada para pilotos de cualquier talla y el manillar parece el mismo empleado en el modelo de partida, pero ligeramente elevado gracias a unas pletinas. Los pies caen sobre unas estriberas posicionadas en su sitio y todo está invitando a dar un paseo cuanto antes.
EN MARCHA CON LA BMW SCRAMBLER
Al poner en marcha el motor surge de sus silenciadores un sonido típico pero discreto, con los inconfundibles petardeos del bóxer BMW emitidos a un nivel que no molestará ni al intransigente más “rallado”.
Ponemos la R nineT Scrambler en movimiento accionando primera con una suavidad y precisión que nos acompañará en todos los cambios de marcha. El embrague tiene un tacto impecable y el motor responde con la contundencia bien conocida de este bicilíndrico que parece no haber notado en absoluto el paso a la norma Euro 4, si bien ha sido necesario añadir un filtro de carbono en su sistema de emisiones y realizar algunos ajustes de inyección que en la práctica han conseguido dejar todo igual, lo que ya es bastante. Que el bóxer 1.200 empuja con gracia no es una novedad, y lo hace independientemente de la marcha e incluso del régimen. Es un propulsor que tira arriba, abajo y en medio y al que es difícil encontrar sus límites de rendimiento en carretera. Sin duda podemos preguntarnos porqué BMW sigue optando por reavivar la versión refrigerada por aire teniendo una más moderna con culatas enfriadas con agua -especialmente ahora que se ha producido un cambio de normativa- pero sea por lo que sea, lo cierto es que no podemos quejarnos de cómo va este veterano y súper probado motor; bien por finura, rendimiento o incluso consumos, puesto que para su tamaño y potencia sorprende lo parco que resulta el gasto en cualquier circunstancia.
DISTINGUIDA CIUDADANA
Cuando nos movemos cotidianamente por las calles se comporta como una ciudadana de primera no sólo por cualidades dinámicas sino también por estilo, qué duda cabe. Para estar a su altura no podemos descuidar nuestra indumentaria… sería un crimen por el que deberían retirarnos la moto incluso. Y es que la Scrambler es elegante a rabiar sin resultar excesivamente recargada.La pintura no puede ser más discreta y los elementos que componen su carrocería se pueden contar con los dedos de una mano, ahí está la clave del buen gusto: pocos detalles pero exquisitos. Si quieres personalizarla, especialistas como Rizoma ya la han echado el ojo pero sin salir del concesionario puedes elegir algunas de las chuches que BMW ha preparado para sus clientes más sibaritas: llantas de radios, depósito de aluminio, escapes cromados, etcétera. A mí, particularmente, me gusta mucho cómo viene de serie.
Eso sí, no hay nada donde pueda agarrarse como no sea el propio cuerpo del piloto; pero con un asiento tan plano no hay la sensación de vulnerabilidad de motos que optan por elevar demasiado al acompañante. Para ser justos hay que decir que, en el caso del equipado por nuestra unidad, el piloto tampoco goza de un asiento particularmente confortable. Es el precio de la estética y aunque por lo demás sí se trata de una moto cómoda y con una posición ergonómicamente perfecta, trayectos de más de una hora pasan factura en el trasero. Si piensas realizar escapadas más o menos largas con frecuencia puede ser aconsejable echar un vistazo a la completa variedad de asientos BMW para toda la gama nineT.
En definitiva me bajé de la nineT Scrambler a regañadientes. Sin abundar más en lo estético es una moto excelente y además tremendamente versátil. En ciudad se maneja de maravilla y maniobra con una facilidad poco habitual en motos de su tamaño gracias precisamente a su concepto esencial, sin complementos voluminosos y con un reparto de pesos perfecto. En carretera se lleva francamente ágil y sus limitaciones para un uso ocasional de largo recorrido vienen dadas por la ausencia de puntos de apoyo para adaptar equipajes y la falta de una cúpula que pare un poco el viento más molesto, aspectos ambos que se pueden solucionar recurriendo al apartado de accesorios específicos creados para ella por BMW.
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