Fotos: Carolina F.Varela - Agradecimientos al Karting Ángel Burgueño

Desde que probé la primera Street Triple hasta que he probado la última, el flechazo con esta moto siempre ha ido en aumento, precisamente en la misma medida que ha ido mejorando en todos los aspectos bajo idéntico concepto.

Nunca ha cambiado su facilidad de conducción, el aullido de su impetuoso motor tricilíndrico y esa mirada pícara heredada de la Streetfighter por antonomasia, su hermana mayor, la Speed Triple.

En 2017 Triumph ha renovado la Street Triple creando una auténtica gama aportando un nuevo motor de 765 cc con cuatro modelos bien diferenciados, comenzando por la más básica la S (113 CV), la intermedia R (118 CV) y la que nos ocupa, la RS (123 CV) con toda la artillería en cuanto a frenos, suspensiones y electrónica.

¿Habíamos dicho cuatro, verdad? Efectivamente hay una cuarta y es la Street Triple S específica para el carnet A2 que cuenta con un motor de menor potencia y cilindrada (660 cc y 94 CV). Todo este despliegue comienza en los 8.700 euros que cuesta esta última hasta los 12.300 de la RS, nuestra protagonista.

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Aparte del motor con la mayor potencia de todas las versiones, vamos a hacer un repaso de los elementos que convierten a la RS en la mejor Street Triple conocida hasta la fecha:

  • Es la integrante de la familia con más modos de conducción, cinco, uno más que la R.
  • El ABS, el control de tracción o el embrague antirrebote son elementos comunes pero la RS ofrece también el sistema antibloqueo de frenos desconectable (como en la R) y unas pinzas Brembo monobloque M50 exclusivas.
  • También cuenta con una instrumentación con pantalla TFT espectacular que comparte con la versión R aunque tiene más opciones para configurar la apariencia.
  • Gran parte de su encanto reside es su equipo de suspensiones, formado por una horquilla invertida Showa BPF (Big Piston Fork) totalmente regulable y que también comparte con la R, así como por un monoamortiguador Öhlins STX40, ajustable en todos los parámetros y este sí diferencial de nuestra RS.

Y todo esto supone un incremento de precio de 1.400 euros, una cifra que a mi juicio juega a favor de la RS frente a la R.  

Mirada intensa, calidad "premium"

Cuando Triumph abandonó en 2011 el doble faro independiente totalmente circular de la primera Street Triple, confieso que me llevé una pequeña decepción porque me parecía que había perdido parte de su encanto estético. Y aunque Triumph no ha dado marcha atrás, en 2017 si ha propuesto una doble óptica mucho más interesante, suavizando sus formas y dotándola de tecnología LED y luz diurna, también llamada DRL. Me gusta esa mirada pícara.

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Estéticamente es lo más llamativo pero no podemos olvidarnos del nuevo escape, discreto a más no poder, y de una silueta general que dibuja una forma ligera y afilada, casi como una flecha. Esto, unido a las nuevas decoraciones, revalorizan mucho la nueva estampa de la Street Triple.

El detalle de los espejos retrovisores en las puntas del manillar es arriesgado y más propio de motos de estilo café racer, pero debemos reconocer dos cosas: le sientan bien y ofrecen una visión perfecta.

La sensación de calidad es absoluta, con un diseño de todo muy cuidado, tanto por los materiales empleados como por los ajustes. El asiento es un ejemplo perfecto, igual que las piñas o la ya mencionada instrumentación que merece casi un capítulo aparte. Eso sí, una vez más Triumph no ha estimado necesario en una moto como esta dedicarle mucha atención al pasajero.

Los espejos retrovisores en las puntas del manillar son arriesgados pero le sientan bien y ofrecen una visión perfecta

También la electrónica es algo muy desarrollado en esta moto, tanto que al principio desorienta un poco, tanto por el manejo como por la cantidad de parámetros regulables, pero es cuestión de probarla con tranquilidad y configurar todo a nuestros gustos y necesidades. Casi todo se puede modificar en marcha pero nuestra recomendación es parar y no descuidar la vista de la carretera.  

Nuevo motor de tres cilindros: rock duro

El nuevo motor de tres cilindros deriva de la Daytona 675 pero al adaptarlo a la normativa Euro4 se han modificado las cotas internas para ganar cilindrada y potencia. Los cambios han sido muchos – hasta 80 piezas nuevas a anunciado Triumph- pero vamos a centrarnos en su rendimiento durante la prueba. Obviamente, su carácter está condicionado por el modo que seleccione el piloto de los cinco a elegir: rain, road, sport, track y rider. El de lluvia es el más progresivo mientras que el de circuito, track, es el más cañero en la reacción. El rider es un modo completamente configurable por el piloto a la hora de administrar la entrega del motor, el ajuste del control de tracción y la intervención del ABS.

prueba triumph street triple rs 2017 texto 6Nuestra prueba transcurrió, principalmente y de forma alternativa, en los modos road y sport, entre los que no hay una diferencia muy notable en la respuesta del preciso acelerador electrónico, y permiten sacar todo el genio que lleva dentro la Street Triple RS en plena carretera. 

El despertar del bloque de tres cilindros ya es algo especial en cuanto a sonido, se nota que Triumph ha trabajado mucho en este sentido y es algo que certificamos cuando salimos de la ciudad y comenzamos a buscar las zonas media y alta del tacómetro. Sube de vueltas con facilidad pero sin brusquedades, con una progresividad muy decidida que se agradece.

Hasta ese momento, la Triumph Street Triple RS ya ha demostrado que su motor se adapta a la perfección al rodar urbano lento, sin necesidad de usar el cambio con frecuencia gracias a su generoso par desde bajas vueltas. En ciudad, además, sus movimientos son realmente fluidos, con unas geometrías que permiten manejar los solo 166 kg de peso de forma sencilla para el piloto. Si antes la Street ya parecía una pluma en movimiento, ahora la sensación es tremenda en este sentido y eso que su gruesa horquilla no favorece especialmente su movilidad en parado o a muy baja velocidad. Y con el aliciente de que al no sobresalir los espejos por los laterales, podemos aprovechar su compacto cuerpo para pasar entre coches sin dificultad alguna.

Como su propio nombre indica, es una excelente moto urbana pero no es esa su razón de ser, por eso ponemos rumbo a la sierra en busca de curvas, un terreno más favorable donde sacar partido a su motor y parte ciclo.   

Rabiosamente divertida en carretera

En la autovía y sin apenas protección, a pesar de la pequeña pantalla, ya comenzamos a disfrutar de la melodía cuando rebasa las 6.000-7.000 rpm. El sonido hasta ese momento resulta discreto, pero súbitamente parece despertar algún demonio en el interior del silencioso que comienza a bramar de una forma escandalosamente deportiva; es la chispa que enciende la mecha.

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Entonces comenzamos a desear escuchar el embriagador sonido de forma permanente, por eso aceleramos el paso de forma casi enfermiza para llegar a una carretera solitaria, donde no solo exprimir el motor sino todo el paquete que ofrece la explosiva Street Triple RS.

Demuestra unos movimientos absolutamente felinos, es una moto que entra en la curva con solo pensarlo, no requiere ningún esfuerzo y tenemos que adaptarnos a esa dinámica ligeramente sobreviradora pero en absoluto molesta para la conducción deportiva. Por otro lado, muestra una firmeza en los apoyos sobrada, permitiendo al piloto trazar con total precisión gracias a un mayor de lanzamiento de la horquilla y un nuevo basculante -precioso- con anclaje elevado que digieren todo el empuje del tricilíndrico en plena inclinada sin titubear. La guinda la pone una salida de las curvas fulgurante, gracias a la relación cerrada del cambio en las dos primeras marchas.

Demuestra unos movimientos absolutamente felinos, es una moto que entra en la curva con solo pensarlo, no requiere ningún esfuerzo

Por cierto, el cambio de marchas no solo tiene un tacto de mantequilla exquisito que hace todo más fácil, sino que es difícil fallar una marcha y además cuenta con dos mecanismos de ayuda, tanto cambio rápido shifter como embrague antirrebote. El funcionamiento de estos dos elementos es impecable; la rapidez del cambio semiautomático para subir marchas es adictiva en conducción deportiva y las reducciones más salvajes ni las notarás con el embrague antirrebote que transforma cualquier barbaridad en un suave deslizamiento de rueda trasero. Todo esto disculpa que una moto de este nivel no cuente con un embrague hidráulico o incluso el shifter también para reducir marchas.

En cuanto a los frenos, la tónica es la misma; no es que no merezcan crítica alguna, solo podemos deshacernos en elogios. Las pinzas delanteras monobloque de ancaje radial permiten dosificar con un solo dedo toda la potencia de frenado disponible para gozar de un control total incluso en las frenadas más apuradas. Y el ABS -desconectable para los más atrevidos- no desentona en la labor, pues con el correcto ajuste permite incluso levantar ligeramente la rueda posterior antes de comenzar a trabajar.

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Con todo este cóctel dinámico protagonizado por la estabilidad, la facilidad para los cambios rápidos de dirección y la precisión con que ejecuta todo, no es de extrañar que Triumph haya previsto un modo “track” para circuito, algo que nos quedó pendiente como la excusa perfecta para volver a probarla.  

Conclusión

La nueva Street Triple en su versión RS alcanza un nivel muy alto en todos los aspectos, pero principalmente destaca por unas suspensiones verdaderamente deportivas y unos frenos del mismo carácter en cuanto a calidad y rendimiento. Todo esto con una ergonomía cómoda y con un toque deportivo, con estriberas elevadas y retrasadas que te predisponen para ir “al ataque”.prueba triumph street triple rs 2017 texto

Sigue siendo su motor de tres cilindros un baluarte esencial en su filosofía de moto básicamente divertida y preparada para sacar a relucir tus más bajos instintos. Es un propulsor rotundo en la respuesta, muy lleno y elástico, pero dotado de una gran finura de funcionamiento y una completa –y compleja- electrónica. Además es capaz de mantener unos consumos en torno a los 6 l/100 km.

La calidad es otra seña de identidad indiscutible, donde el equipamiento juega un papel importante. Por ejemplo la instrumentación es una virguería, tanto por la gran cantidad de información como por la forma de mostrarla que además podemos configurar a nuestro antojo.

Todo esto tiene un precio y no es precisamente un factor menor, de hecho la mayoría de la competencia es más económica pero no hay ninguna que alcance el nivel de nuestra protagonista que se postula como la referencia a base de calidad, genio y deportividad extrema, un cóctel completamete irresistible si tienes un carácter guerrero a la altura.

Equipamiento piloto

Galería prueba Triumph Street Triple RS 2017