Fotos: Lluís Llurba

Tiempos difíciles para el off-road, con la presión medioambiental que cada vez limita más los espacios donde montar en moto, y con las regulaciones legales, con una Euro4 que parecía herir de muerte a las motos de dos tiempos. Pero el mercado manda y los usuarios continúan creyendo en los motores 2T, quizá llevado por el auge de las carreras extremas, donde este tipo de motos resultan más efectivas que las de 4T -la mitad de las ventas de KTM de cross y enduro son de motos de dos tiempos-. Toda una paradoja que ha llevado a KTM a coger el toro por los cuernos, desarrollando unos nuevos motores de inyección con los que poder seguir ofreciendo motores de mezcla a sus incondicionales.

Más de diez años de investigación   

Lo que ha conseguido KTM no es sencillo, de hecho no son los primeros en desarrollar un modelo 2T de inyección, pero sí que son los primeros en poner en producción un producto potente y fiable. Les ha costado lo suyo, pues esta idea no es nueva. El primer prototipo, de hecho, es de 2006, utilizando una tecnología de motores de embarcaciones muy poco efectiva en motos de enduro por carecer de potencia y fiabilidad, además de resultar muy voluminosos. El proyecto quedaba por tanto aparcado hasta que en 2014 nace el TPI -Transfer Port Injection-, basado en un trabajo realizado en la Universidad de Graz, Austria, de 2012, que consistía en un sistema de inyectores que iban directos al cilindro -Low Pressure Direct Injection-.

La nueva 300 EXC TPI cuenta con engrase separado y tiene un depósito de 700 ml ubicado al lado del anclaje superior del amortiguador y al que se accede por un tapón situado junto al de acceso al depósito de combustible.
Con la inyección semidirecta al cilindro se elimina el carburador, gestionándose la mezcla de manera electrónica logrando que el aceite de la mezcla no salga sin quemar junto a los gases. El cuerpo de la alimentación, desarrollado por Dell´Orto, tiene un diámetro de 39 milímetros y posee un sensor de la apertura del acelerador y la toma del aceite del engrase separado. Y es que la nueva 300 EXC TPI cuenta con un depósito de 700 ml ubicado al lado del anclaje superior del amortiguador y al que se accede por un tapón situado junto al de acceso al depósito de combustible. Lógicamente ha habido que incorporar una bomba electrónica con la que se garantiza la mezcla ideal dependiendo de las condiciones atmosféricas y del régimen de funcionamiento del motor, lo que implica menos consumo y menos emisiones -también se ha montado una bomba de gasolina igual que las de las 4T-.

Para el correcto funcionamiento de todos estos elementos ha habido que recurrir a una centralita, la EMS -Electronic Motor System-, alojada bajo el asiento y que gestiona el encendido, la inyección, la bomba de aceite y el electroventilador. En definitiva, un motor prácticamente nuevo en el que se mantienen el resto de elementos que fueron introducidos en 2017, como el cambio, el embrague, la válvula de escape o los cárteres, entre otros elementos.

No hay premezcla de aceite  

Son tantos y tan importantes los cambios introducidos en la nueva 300 2T de KTM que reconozco que me moría de ganas de subirme a ella. Pero antes merece la pena observarla al detalle y disfrutar de la calidad de sus componentes, empezando por su manillar Neken y sus puños ODI lock-on que no requieren de pegamento ni de alambres, las llantas Giant con bujes mecanizados o la caja del filtro del aire que impide la incorrecta colocación del filtro y que se realiza en segundos sin necesidad de herramientas -cuenta con nueva tobera en la que se ha alojado un sensor para medir el caudal del aire-. Encima de la caja del filtro está el compartimento en donde se encuentra la batería de iones necesaria para arrancar el motor, lo que permite desmontar el subchasis sin tener que tocar el sistema eléctrico.

prueba ktm 300 exc tpi 2018 tapon gasolina aceiteUna montura histórica requiere igualmente de un cambio estético, recibiendo el modelo 2018 unos nuevos plásticos, ahora más ligeros y resistentes, y diseñados para ofrecer una mejor ergonomía, un mayor confort y una superior eficacia ante el barro. El depósito de gasolina tiene una capacidad de 9,25 litros, algo menos que en 2017 al tener que ganar espacio para el depósito del aceite y para todo el cableado del sistema.

Resulta extraño encontrar un pequeño tapón entre el depósito y el manillar, pero es el sitio ideal para rellenar el aceite de la mezcla. Ahora bien, más raro todavía es el pasar por la gasolinera y llenarla sin estar pendiente de la mezcla, la primera vez me quedé incluso con una extraña sensación de "a ver si no la estoy liando". La capacidad del depósito de aceite da para unos cinco depósitos de gasolina, pudiendo aumentar la automonía a ocho llevando un ritmo tranquilo, el cual, aunque queda escondido, permite comprobar su nivel visualmente. No obstante en la instrumentación hay un testigo luminoso que nos avisa cuando quedan menos de 250 cc -también hay otro para el nivel de gasolina-. Pero sí lo anterior resulta raro, 

Eran tales los nervios para ponerla en marcha que incluso olvidé que cuenta con arranque eléctrico. Da lo mismo, con cualquiera de los dos métodos es fácil dar vida a este motor tan especial. Basta una patada firme que no fuerte para disfrutar del sugerente sonido de este potente propulsor que oficialmente rinde cerca de 55 CV. Ahora bien, fue la última vez que utilicé la palanca, pues el funcionamiento del botón es prodigioso, basta una pequeña insinuación para arrancarla por más que abuses en toda una mañana.

Motor lineal y suave   

Lo primero que llama la atención es que apenas sale humo por su escape, salvo en frío -siempre menos que en la versión anterior-, pero en cuanto el motor ha cogido temperatura es imperceptible. No es la única diferencia a bote pronto respecto de la de carburador, el tacto del acelerador es diferente, siendo ahora más duro debido a la incorporación de doble cable. También resulta llamativa la sensación de que el motor se va a calar estando al ralentí.

prueba ktm 300 exc tpi 2018 accion 2Con el motor ya a punto llega el momento de ponerse en marcha y de poner a prueba las supuestas virtudes de la inyección. Éstas se ponen de manifiesto en un primer momento, pues la linealidad en la entrega de potencia permite rodar muy despacio para ir cogiendo sensaciones y confianza. Lo de disfrutar a baja velocidad no es algo nuevo en una enduro de 300, la verdad, pero sí lo es el jugar con acelerador y no encontrar baches en su entrega. Esto permite una conducción más relajada en el sentido de que no hay que anticipar tanto como en una unidad con carburación. Y es que basta un abrir un poco el mando del gas para que la motor empuje con total progresividad como si estuviésemos haciéndolo con una de válvulas. Trialear con la nueva 300 de inyección es una gozada, pudiendo llevar el motor “a pistonadas” con plena confianza de contar con los caballos necesarios para afrontar cualquier escalón sin problemas.

La entrada en funcionamiento de la válvula de escape es igualmente progresiva, olvídate de la contundente patada propia de los modelos anteriores y que convertía estas motos en ingobernables para la mayoría de los mortales. La echarán de menos los amantes de las sensaciones fuertes, pero no nos engañemos, gran parte de los usuarios somos domingueros que buscamos efectividad y que nos faciliten la vida. Y, por otro, seguimos hablando de un motor 2T que se sitúa por encima de los 50 CV a 10.000 rpm, más o menos como el anterior. Lo único que cambia es la manera de entregarla, aunque como hay gustos para todos en el catálogo de Power Parts está disponible un selector de curva para modificar la entrega -estándar y suave- y pronto se podrá elegir un modo rácing más agresivo. Bendita inyección, que permite configurar el motor al gusto de cada uno.

 prueba ktm 300 exc tpi 2018 accion 5Las ventajas de la inyección sobre el carburador quedan claras en cuanto a su funcionamiento, pero también en lo que se refiere al consumo, el que hasta ahora era el principal defecto de las 300 2T. A pesar de contar con menos capacidad de depósito se ha aumentado y mucho la autonomía, alrededor de un 50%. Terminar una excursión sin tener que parar a repostar es toda una novedad con un moto de este tipo.

Si sacamos la 300 EXC TPI de las trialeras y nos metemos en senderos y pistas seguiremos enamorándonos de ella. El motor corre mucho y resulta muy fácil dosificar la potencia mediante el acelerador, sin que apenas resulte necesario hacer uso de la caja de cambios. Tiene tanto par que casi se puede dejar morir el motor en la entrada de las curvas y dar con toda la caballería al acelerar al salir de la misma. Un cambio, por cierto, brillante por su suavidad y precisión, así como el tacto del embrague, que en ningún momento dio muestras de fatiga.

Una parte ciclo a la altura   

prueba ktm 300 exc tpi 2018 accion 3Aunque todo el protagonismo de la nueva KTM de enduro 2T se lo lleva la inyección, hay que decir que gran parte de su éxito se debe a una excelente parte ciclo. Sin el correcto funcionamiento del conjunto chasis, suspensiones y frenos no sería posible sacar partido al motor. El modelo 2018 es más pesado que el anterior -3 kg-, pero se minimiza al haberse realizado nuevos ajustes en fábrica en las suspensiones.

Se mantiene la horquilla WP Xplor con barras de 48 estrenada en 2017, ideal en trialeras y yendo a ritmo fuerte por su gran equilibrio entre firmeza y suavidad -de fácil regulación- y el amortiguador trasero con sistema PDS. Es increíble cómo se tragan todas las irregularidades, ofreciendo mucha seguridad en las bajadas por senderos de piedras. La frenada se confía a un equipo Brembo con discos tipo “Wave” cuyo funcionamiento difícilmente pueda ser mejorado.

En definitiva, una moto de diez y con la que terminé mi día de enduro con una gran sonrisa en la cara... y con los brazos desfallecidos. La inyección ha supuesto una auténtica revolución en la industria del enduro, todo son ventajas, pero sigue siendo una bestia capaz de hacernos soltar toda nuestra adrenalina.

Opinión y valoración KTM 300 EXC TPI   

prueba ktm 300 exc tpi 2018 perfilLa KTM 300 EXC TPI es una auténtica moto de enduro para pasarse todo el día en las trialeras, en donde sale a relucir su capacidad tractora y su facilidad para rodar a ritmo de pistón. La inyección elimina todos los males de una moto de este tipo, como son el consumo y la entrega brutal de la potencia, además de poder mirar a la Euro5 con optimismo. Su parte ciclo es otro de sus puntos fuertes, con unas suspensiones que pueden con todo y unos frenos y un chasis a la altura del motor. Ahora bien, sigue siendo una moto muy potente, mucho para una gran mayoría de usuarios que seguramente sacaría más partido a una 250 2T o incluso a cualquiera de las 4T del mismo catálogo de KTM, pero claro, ninguna de ellas tienen el glamour de ser la gran triunfadora en los enduros extremos.

Rivales   

La principal rival de la KTM es lógicamente la Husqvarna TE 300i, desarrollada conjuntamente con la austriaca y cuya principal diferencia se encuentra en el uso de un sistema de suspensión trasera con bieletas y frenos Magura en vez de Brembo. El resto de componentes son los mismos. Ya sin inyección, las otras opciones son la renovada Gas Gas EC 300 Racing y la Sherco 300 SE-R.

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