Fotos: Carolina F. Varela

El creciente segmento de los scooter 125 de rueda alta está llegando a un gran nivel de sofitisficación, con modelos muy bien acabados y con una suavidad de funcionamiento propias de otros de alta gama. Esto ha supuesto toda una amenaza para el Honda SH125, siempre reconocido como el scooter de este tipo más premium del mercado, necesitado de dar un golpe sobre la mesa para conservar ese privilegiado estatus de manera convincente y manteniéndose como la referencia y el modelo a seguir. En definitiva, posicionándose como el modelo aspiracional que ha sido siempre, el que marca la tendencia.

“Smart” y funcional   

Ser "influencer" obliga a cuidar todos los detalles, no basta con ser el mejor en algún aspecto, hay que ser el primero en todo y dotar de lo último para que seas imitado y no pasar a ser uno más. De ahí que en Honda no hayan escatimado en nada a la hora de proceder a la renovación del SH125i. No es tanto una revolución, pues el nuevo Scoopy mantiene su imagen elegante y conservadora de siempre, pero sí que es una evolución importante, introduciendo numerosos elementos actuales, como la “smart key”, la llave inteligente que funciona por proximidad y que permite poner en marcha y parar el motor, bloquear la dirección o abrir el asiento sin necesidad de introducir la llave, basta con llevarla, por ejemplo, en un bolsillo.

También ha ganado mucho con la iluminación “full LED” que toma tanto protagonismo en su parte delantera con esas líneas iluminadas tan llamativas. No sólo son un alarde estético, suponen un plus de seguridad muy importante pues le convierte en muy visible para el resto de vehículos. Hay scooters que montan luces de LED, pero que lo haga en todos sus elementos no hay tantos -faros delantero y trasero e intermitentes-. Por la noche el Scoopy alumbra bastante bien, con esa luz blanca propia de este tipo de bombillas. 

Pero no todo es estética, la ergonomía ha sido cuidada al detalle. El SH125 es un scooter de dimensiones pequeñas pero deja espacio más que suficiente para guardar los pies en su plataforma plana. Los pies, o cualquier cosa que queramos transportar ahí y que se puede sujetar con el gancho colocado en la parte frontal. La posición de conducción es cómoda, con un asiento realmente confortable y con todos los mandos muy accesibles, especialmente el de los intermitentes, pues quedan protegidos por un pequeño saliente de manera que resulta complicado apretar el botón del claxon por error, como ocurre en otras motos. Se llega fáclmente al suelo y al ser ligero resulta muy sencillo maniobrar en parado.

La instrumentación se lee con claridad en marcha, aunque he echado de menos un panel de control más moderno, más acorde a la apuesta tecnológica realizada por Honda con este modelo, aunque sea ofreciendo la misma información, que es bastante completa: consumo medios, instantáneo, dos parciales, velocímetro...

Lo que sí es un acierto mayúsculo es el contar con un hueco bajo el asiento como para guardar un casco integral, algo difícil de ver en un scooter de rueda alta y de tan contenido tamaño. Cabe muy justo y es posible que alguno de talla XL no llegue a entrar, pero el mío -talla S- permitía cerrar el asiento sin forzar ni hacer peligrar la pantalla. De todas formas, esta superficie habitable se puede ampliar colocando un baúl en una parrilla trasera perfectamente integrada en el conjunto.

En la parte delantera se ha habilitado una guantera con capacidad para objetos personales -gafas, guantes, cartera...- dotada de una toma 12V tipo mechero pero que carece de cerradura por lo que cuidado con olvidaros nada dentro al dejar el scooter aparcado en la calle.

La suavidad como respuesta   

Para la puesta en marcha casi basta con rozar el botón de arranque, y estando en una ruidosa calle se duda incluso de si el motor ha arrancado debido a la ausencia de vibraciones y de ruido del motor. Es un scooter silencioso, muy acorde con lo que hoy en día se exige a un vehículo urbano, y sostenible, contando en este sentido con tecnología “Idle Stop”, que hace que el motor se apague al detenerse en semáforos o en los atascos. Su funcionamiento es impecable, entrando en acción apenas el motor se queda al ralentí y arrancando de manera inmediata conforme se abre el mando del gas. Este sistema se puede desconectar fácilmente mediante un botón situado en el lado derecho del manillar.

Tanta suavidad incluso forzando el motor al máximo transmite una sensación de que el SH125i no corre, pero eso no es así. La aceleración es muy buena, alcanzado velocidades por encima de 70 km/h rápidamente -más que suficiente en ciudad-, y ofreciendo muy buenas recuperaciones entre 60 km/h y 90 km/h, siempre teniendo en cuenta que es un 125 cc. A partir de ahí, lógicamente, no se puede exigir mucho más, aunque en cuesta abajo he llegado a ver 117 km/h en el velocímetro y de 110 km/h en llano. En todo caso no hay aparición de las vibraciones y nunca da sensación de que el motor esté sufriendo.

Exigiendo al máximo tampoco se dispara el consumo, que ronda entre los 2,1 y los 2,5 litros a los 100 km dependiendo del uso al que sometas al Scoopy. En el tiempo que ha estado en mi poder he logrado una media de 2,3 litros alternando uso en ciudad (70%) con vías rápidas de circunvalación (30%).

Suspensiones y frenos, nueva dimensión    

Las virtudes propulsoras del SH125i tienen su continuidad en la parte ciclo, destacando la suspensión trasera, cuyo funcionamiento está muy por encima de lo que suelen ofrecer los scooter de 125 de doble amortiguador. Incluso en superficies bacheada, que es cuando más sufren este tipo de vehículos, no se producen saltos o golpes secos en la espalda. El tarado es lo suficientemente blando para absorber todos los baches pero lcuenta con la firmeza necesaria fcomo para sujetar el conjunto al inclinar en las curvas. La horquilla se encuentra a un nivel similar al de los amortiguadores, por lo que me atrevería a decir que posiblemente sean las mejores suspensiones que he probado en scooter de su segmento.

Con tales componentes es fácil crecerse y atreverse a correr algo más de lo normal, de ahí de la importancia de contar con una buena frenada, que en el caso del Scoopy la tiene. Un disco en cada rueda se encargan de tal cometido, ayudados por un ABS nada intrusivo que entra en funcionamiento cuanto tiene que hacerlo, sin provocar apenas trepidación en las manetas de freno. Honda cuenta con un modelo con frenada combinada pero sin ABS, pero por la diferencia de dinero -200 euros- en mi opinión no merece la pena ese ahorro en un elemento tan importante de cara a la seguridad en la conducción..

Con este excelente cóctel de motor y parte ciclo no es de extrañar que el SH125i sea un scooter ideal para la ciudad, que se mueve con gran agilidad entre los coches permitiendo realizar rápidos cambios de dirección y acometer con gran seguridad cualquier trayecto urbano. Le da igual al Honda "Scoopy" encontrarse en una pequeña vía adoquinada que en una autopista de circunvalación, pues podrás jugar con él de manera natural con una gran sensación de seguridad y de control. Cuenta el nuevo Scoopy con todos los elementos para mantenerse como la referencia en la categoría, como el líder que marca la tendencia dentro de los scooter 125 de rueda alta.

Opinión y valoración Honda SH125i 2017   

El Honda SH125i es el scooter más caro de su categoría, un sobreprecio que no le penaliza en las ventas, pues se mantiene como uno de los grandes superventas año tras año. En un segmento en el que hay una pelea feroz por ofrecer el precio más ajustado, Honda mantiene la apuesta por la calidad con su SH125i y ha convencido a una buena parte de los usuarios que como peculiaridad se concentran en la ciudad de Barcelona.

La clave está en poner en el mercado un vehículo brillante en su funcionamiento, con un motor económico, de buenas prestaciones y muy suave de funcionamiento. A esto hay que añadir las posiblemente mejores suspensiones vistas en un scooter de esta categoría, justo el aspecto en el que más falla el resto, unos frenos ABS especialmente eficaces y otros detalles premium que le dan un papel diferente, como el “Idle Stop” y la llave inteligente, que hacen más fácil la vida al usuario. Quien se plantee hoy día comprar un vehículo para la ciudad debe incluir al Scoopy en su lista de futuribles.

Rivales Honda SH125i   

El principal rival es el Piaggio Medley 125 ABS, también con sistema Start&Stop, ABS de doble canal y estética muy moderna. El Medley supera ampliamente al SH125 en capacidad de carga gracias a su imponente hueco para dos cascos integrales, así como en el precio, pues el italiano resulta 400 euros más barato que el japonés. Otro modelo interesante es el Peugeot Belville, cuyo coste es más ajustado, también disfruta de ABS -sólo en la rueda delantera-  y de capacidad para un casco integral. Por el contrario, el francés no ofrece el mismo nivel de refinamiento ni de componentes modernos -apagado automático y "smart key"- de su rival.

Equipamiento piloto

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