Fotos: Carolina F. Varela
Sumario
- Derribando barreras
- AK 550: el reflejo de una marca
- Motor: potencia y tecnología
- Comportamiento: excelentes suspensiones y frenos
- Deportivo, cómodo y bien dotado
- Opinión y valoración
- Galería de imágenes
El Yamaha TMax ha vivido una merecida vida plácida desde su lanzamiento en 2001. Ha sido tan reconfortante que al final ha terminado llamando la atención de su competencia. Primero fue BMW con un doble ataque ejecutado por los C 650 Sport y C 650 GT el que planteó una ofensiva a la que temer. Pero un rival muy duro acaba de nacer; el AK 550 de Kymco es una demostración de fuerza que de paso puede reportar a la marca, no solo más y mejor reputación, sino también pingües beneficios en ventas.
Porque aunque Kymco lo contempla como un saludable ejercicio de estilo, tecnología y deportividad, los megascooters de gran cilindrada son una forma de moverse que goza de una creciente popularidad, con un mercado nada despreciable. La misión no puede ser más complicada: arrebatar al Yamaha TMax el indiscutible trono que ostenta y para eso hay que derribar muchas barreras.
Derribando barreras
Kymco ha comenzado por dos factores importantes y sensibles para el público: el precio y la potencia. El alto coste de los megascooters ha limitado sus ventas pero a la vez les ha ido otorgando un estatus de vehículos de alta gama, y Kymco ha visto la oportunidad de “democratizar” el segmento; el AK550 es el único que está por debajo de los 10.000 € y además de ser deportivo por diseño y carácter, gracias a su amplio equipamiento de serie también cubre las necesidades básicas de aquellos que buscan la comodidad de un GT, situándolo en un interesante término medio.
Y paralelamente ha planteado un motor que no tiene nada que envidiar al de sus rivales en lo que a potencia se refiere. Los 53,7 CV que ofrece orgullosamente el AK550 son una cifra muy competente frente a los 46 CV del TMax y los 60 CV de los BMW C 650. Este interesante término medio lo capacita para rivalizar con todos y ofrecer al usuario una opción de movilidad muy versátil.
La cuestión no es tanto si Kymco ha hecho un megascooter mejor que BMW o Yamaha, sino si el prestigio de la marca taiwanesa -trabajado tanto durante los últimos años-, es suficiente para convencer a los usuarios que buscan un vehículo de este tipo de que un menor precio no significa un estatus inferior.
Nosotros os vamos a demostrar que Kymco ha sido capaz -al primer intento- de hacer un producto excelente con sus luces y sus sombras, como todos, pero en el que brillan sus aciertos con gran intensidad sobre sus puntos más débiles.
Kymco AK 550, el reflejo de una marca
Por eso, lo primero que debemos hacer antes de arrancarlo es contemplar sus acabados, materiales y equipamiento, aunque es imposible no reparar en su elaborado diseño. La angulosa carrocería de afiladas líneas donde predominan los trazos rectos le da una fuerte personalidad deportiva y de última generación. A esto contribuye su iluminación Full LED, especialmente en la parte trasera, cuyo diseño llama mucho la atención.
En general, los acabados son muy correctos y los materiales buenos aunque quizás no tanto como en su competencia, al menos esa es la sensación que da.
En cuanto al equipamiento de serie, está a un nivel muy alto. Kymco ha optado por dotarlo casi de cualquier cosa que el usuario pueda demandar. Elementos como los puños calefactables (con tres niveles de intensidad), el ajuste lumbar del asiento (en tres posiciones), el arranque por llave de proximidad o la iluminación se alían para darle un indiscutible aire premium. Y otros más sutiles, como el asiento con el logo y los pespuntes en blanco, las manetas regulables o el bloqueo del freno trasero colaboran definitivamente en ese aire de vehículo de alta gama que Kymco ha planteado con el AK 550.
Un aspecto que se valora mucho en este tipo de vehículos es el espacio del almacenamiento bajo el asiento y Kymco lo ha resuelto con suficiencia, ya que podemos guardar sin problema cualquier casco integral. Esto hace que podamos alojar cosas del estilo de una mochila ya que es algo alargado y cuenta con buen fondo. Además, el hueco está revestido y cuenta con luz de cortesía y sistema de apertura con sujeción hidráulica.
También pone a nuestra disposición dos guanteras aunque ninguna con llave, por lo que su utilidad está limitada a los objetos eventuales del viaje. Y en la parte izquierda está la toma de corriente USB para poder recargar el móvil.
Motor: potencia y tecnología
Pero indudablemente lo mejor del Kymco AK 550 comienza al pulsar el botón de arranque. Es la señal para que despierte su motor biicilíndrico de fabricación propia en el que Kymco ha volcado toda su tecnología y experiencia en la fabricación de propulsores. Se ha optado por la conocida configuración crossplane cuyo calado del cigüeñal es a 270º, un factor que interviene positivamente tanto en la capacidad de respuesta como en el sonido, más bronco y penetrante.
Los dos ejes contrarrotantes se aseguran de mantener las vibraciones controladas en todo momento, ya que un motor de estas características se debe caracterizar por su finura de funcionamiento. La transmisión está confiada a un embrague multidisco bañado en aceite que acciona una correa como transmisión secundaria.
Kymco ha desarrollado un buen número de patentes que denotan el carácter sofisticado e innovador del corazón de dos cilindros paralelos que late en el bastidor de aluminio estilo monocasco del AK 550, otro detallazo.
En la práctica, el funcionamiento es bastante refinado y dulce, con las vibraciones contenidas y el sonido logrado, algo indispensable para plantar cara al tacto casi eléctrico del TMax. La aceleración desde parado no es su punto más fuerte; es progresiva y si aceleramos completamente a fondo, podemos apreciar que hay una ligera y momentánea caída del empuje en torno a las 4.000 rpm, pero rápidamente el embrague tira de la rueda trasera para proporcionar una aceleración vigorosa y sin fisuras hasta alcanzar su máxima velocidad, cifrada de forma oficial en 161,7 km/h. Nosotros llegamos a ver 170 km/h de marcador, una cifra verdaderamente respetable. Realmente a medio régimen ofrece su mejor cara, con un empuje y un sonido estimulantes que lo enfocan a usuarios con ganas de un vehículo servicial pero cañero.
Y todo con un consumo medio moderado, en torno a los 4,6 l./100 km que puede llegar a 5 si tenemos mucho vicio con el gas. Además, Kymco ofrece variar su carácter gracias al selector “mode” que cuenta con dos diferentes curvas, una con toda la caballería y otra que recorta unos 10 CV y suaviza la entrega para situaciones de baja adherencia.
En este sentido, y frente a la competencia, no ofrece un control de tracción pero no creemos que sea algo imprescindible al dar la posibilidad de atemperar la respuesta del motor en conducción urbana los días de lluvia.
Comportamiento: suspensiones y frenos
En la parte ciclo, Kymco no ha escatimado en elementos de calidad ni en su puesta a punto para que el AK 550 sea un vehículo igualmente válido para uso cotidiano o para escapadas, pero siempre bajo un prisma deportivo.
Por eso se ha recurrido tanto a un avanzado chasis de aluminio monoscasco como a unos frenos de primer nivel y a un equipo de suspensiones a la altura, destacando la horquilla invertida con barras de 41 mm. El tarado de las suspensiones tiende a duro para poder hacer frente a una potente frenada y un motor con genio, pero logra un buen compromiso con el confort que debe ofrecer un vehículo de estas características.
En marcha se caracteriza por su buena manejabilidad, tanto a alta como a baja velocidad. Y la estabilidad es irreprochable incluso yendo al máximo ritmo que permite en curvas, donde podemos aprovechar para practicar una conducción muy alegre gracias a la combinación de motor, suspensiones y frenos, pues todo colabora con la máxima eficacia, convirtiendo al AK 550 en su cómodo sustituto de una moto deportiva con sus lógicas limitaciones.
Además, goza de una generosa distancia libre a suelo para disfrutarlo en carreteras sinuosas, donde la suspensión es crucial en el aplomo para mantener la trayectoria con total precisión, permitiendo además moverlo con facilidad de una curva a otra. Los neumáticos Merzeler Feelfree son los aliados perfectos porque infunden gran confianza gracias a su buen agarre.
Y en las frenadas contamos con sendas pinzas delanteras de anclaje radial Brembo que retienen de forma muy eficiente el ímpetu de su motor y las inercias de sus 226 kg gracias a una potente “mordida”. El ABS funciona realmente bien en seco y comienza a trabajar muy al límite de la pérdida de adherencia de la rueda por bloqueo.
Deportivo, cómodo y bien equipado
La posición de conducción es cómoda, tanto para el piloto como el pasajero. Y además el conductor puede regular en tres posiciones el apoyo lumbar con facilidad mediante una pestaña que hay bajo el asiento, para así poder aprovechar mejor la posibilidad de estirar las piernas.
La pantalla es un poco estrecha y no muy alta, perfecta para encajar en su filosofía deportiva y su diseño pero un poco escasa si nos gusta ir muy bien protegidos como en un GT. Ofrece la posibilidad de optar por dos alturas diferentes con 3,5 cm de diferencia entre ambas, pero la operación es manual y requiere actuar sobre un tornillo y quitar un embellecedor, por lo que no es algo a hacer a diario.
La instrumentación es uno de los puntos mejorables por varios motivos: no se ve del todo bien cuando el sol pega por detrás, incluso pareciendo haber mejorado respecto a las unidades que pudimos probar durante su presentación en Ascari. Echamos en falta información muy útil para un vehículo de carácter premium, como por ejemplo la autonomía o los kilómetros recorridos con la reserva. Sí tenemos el consumo medio e instantáneo, y como dato destacable -con dibujo incluido en la instrumentación-, la presión de las ruedas monitorizadas, un detalle bastante "sofisticado". Para ver los parámetros debemos usar los mandos en la piña derecha que obligan a retirar momentáneamente la mano del acelerador.
Esto lo compensa con la presencia del sistema Noodoe que ofrece una gran conectividad entre el AK 550 y el smartphone del piloto. Incluso se pueden personalizar fondos para la espectacular pantalla central o usar alguno de los miles que ya se han generado y se comparten a través de la aplicación desarrollada por Kymco.
Experimentamos cierta dificultad para poder ver a la perfeción por los retrovisores porque siempre entran nuestras manos en escena, reduciendo sensiblemente la visión en la parte interior del espejo. Quizás pecan de tener poco tamaño pero no es algo dramático. Por el contra, se ajustan muy fácilmente y es una ventaja que sean completamente abatibles.
En cuanto a la llave de proximidad, lógicamente es realmente útil aunque un poco aparatosa, y tras una semana la seguíamos sin dominar a la perfección la ruleta de arranque junto al botón de la parte inferior. Será cuestión de tiempo, de tenerla muy cerca de la ruleta, y seguramente, de más habilidad.
Opinión y valoración
Si has llegado hasta aquí, ya te habrás dado cuenta de que el Kymco AK 550 nos ha gustado mucho en general. No solo llega compitiendo por precio sino también por aptitudes.
En conducción deportiva está sin duda al nivel de los mejores, tanto por rendimiento de motor como por parte de las suspensiones y los frenos. Cierto es que a su mecánica le falta un tacto tan refinado como el de su rival a batir, el Yamaha TMax. Ni tiene la misma chispa en aceleración desde parado, ni tampoco el mismo sonido, ni el tacto eléctrico. Pero a nivel de rendimiento global es un motor muy satisfactorio por la potencia y la velocidad que es capaz de desarrollar.
De todos modos y aunque el debate general en torno a este modelo es si es mejor o no que el megascooter japonés, para nosotros lo verdaderamente importante es lo que ofrece por 9.945 €. Y valorando su calidad general de componentes así como el equipamiento, el diseño y la tecnología, probablemente estamos ante la mejor compra que se puede hacer cuando pensamos en un vehículo de estas características. Y eso es digno de elogio porque la complejidad que entraña en desarrollo de un vehículo como este es muy importante y Kymco lo ha hecho verdaderamente bien a la primera, algo que impone mucho respeto.
Equipamiento piloto