Sumario

El Yamaha TMax siempre ha sido un modelo venerado por su proverbial equilibro del que solo eres consciente cuando tienes la oportunidad de probarlo. Entonces te das cuenta de que 17 años de evolución lo ponen en otra órbita en cuanto a sensaciones de conducción, evidenciando que en ocasiones los números son una cosa y la realidad es otra. 

Porque no es el más rápido sobre el papel ya que con sus 46 CV está lejos de los 53,6 CV del Kymco AK 550 y todavía más del BMW C 650 Sport que tiene 60 CV. Y además ambos modelos son más económicos que nuestro protagonista, que con todos los accesorios que lleva incrementa su tarifa base de 13.199 € hasta los 14.592 €. El escape opcional Akrapovic en negro tiene un precio es 1.204 € y a esto tenemos que sumarle tanto lo que cuesta la cúpula deportiva (88,20 €) como lo que valen los reposapiés de aluminio (101 €).

Más seguridad y tecnología  

El secreto del TMax reside en la adecuada combinación de todos sus contrastados elementos, ofreciendo además el peso más ligero de la categoría (213 kg) que de esta forma amplifica el efecto de cada caballo. Esta última generación se ha caracterizado precisamente por eso, por la búsqueda de contener el peso más que por la de buscar potencia extra. 

La App My TMax Connect tiene una faceta de seguridad muy desarrollada para evitar el robo

Además, se ha incluido la tecnología necesaria para un vehículo tan premium como este: llave de proximidad, control de tracción y dos modos de conducción que varían el carácter del motor. Esto es algo exclusivo de las versiones SX y DX.

Y como otro elemento también de gran importancia, esta versión también dispone del sistema My TMax Connect, una aplicación para smartphones disponible en Android e IOS que conecta al piloto con el scooter para acceder a una gran cantidad de información, incluidas rutas, y que además pone el acento en la seguridad. Yamaha quiere proteger el TMax de sus clientes y esta aplicación dispone de varias funcionalidades para hacerlo. Aparte de tener un control constante del vehículo mediante el GPS, el sistema envia un aviso al teléfono si alguien está tratando de moverlo, dándonos la opción de activar las luces y el claxon como elemento disuasorio, aparte de poder bloquear también el caballete. Y como último recurso permite desconectar definitivamente el motor.   

Puro dinamismo

La facilidad de conducción y lo bien que se mueve el TMax a baja velocidad son imprescindibles para un vehículo con un marcado carácter urbano. En este entorno todo pasa muy deprisa porque el TMax es un vehículo con predisposición a moverse rápido. Esto nos debe hacer tener cabeza en ciudad porque la sensación de seguridad que transmite es muy alta, aunque para cualquier imprevisto cuenta con una desarrollada faceta de seguridad activa gracias al ABS y el control de tracción.

Es muy ágil pero de estabilidad imperturbable en curvas rápidas. Ese es uno de los secretos, su fácil manejo tanto en ciudad como en carretera secundaria o autovía.

Transmite una gran sensación de control gracias a un manillar más bien estrecho entre puntas que unido a la cercanía del manillar respecto al piloto hace que este se sienta integrado y manejando la situación con facilidad, y también con buena visibilidad gracias a esta pantalla tan baja que sin embargo no colabora al confort con su protección.

Con una distancia libre al suelo suficiente para no sentir el asfalto tocar los bajos del TMax con facilidad y unos neumáticos Brigedstone Battlax S20 de muy buena adherencia, tenemos todo para disfrutar de su proverbial equilibrio que lo hace tan accesible a los mandos como radical y juguetón si el piloto decide explorar sus límites.

De hecho, en buenas manos, es un vehículo con el que se puede circular verdaderamente deprisa con la ventaja de que al ser automático, el piloto solo tiene que centrarse en las labores de guía en tramos de curvas, donde se muestra ágil y preciso en los movimientos.  

Seda y látigo

El tacto del motor sigue siendo único, con ausencia total de vibraciones y una respuesta siempre vigorosa pero sedosa a la vez. Es muy rápido subiendo de rpm y desde las 4.000 rpm el empuje es constante y rotundo, siendo la aceleración desde parado uno de sus puntos fuertes, con un medio régimen también pletórico.

La conexión entre el acelerador y la transmisión es tan instantánea que parece eléctrica

Y recupera bien en cuanto dejamos caer un poco la aguja en el cuentakilómetros, ya que la conexión entre el acelerador y la transmisión es tan instantánea que parece eléctrica.

SIn embargo, en la parte alta ldel tacómetro adolece de un poco de falta de elasticidad para circular con más desahogo a altas velocidades, en las que además se ve penalizado por un consumo de combustible más alto que reduce la autonomía.

El sonido que se ha logrado con el Akrapovic es más bien discreto en relación a otros que hemos probado con anterioridad pero inconfundible, deportivo y estimulante para el piloto; me ha gustado sin ser muy amigo de ir dando la nota.

Las ganas de acelerar son constantes y el ritmo general es más bien alto si no eres una persona cerebral porque el motor tiene un carácter tan vivo que invita a disfrutarlo a cada momento. La precisión de los golpes de gas respecto a la respuesta del motor es otro de los detalles de calidad que transmite a los mandos el TMax.

La suspensión colabora en las buenas sensaciones de conducción, mostrándose equilibrada tanto para poder practicar una conducción de carácter deportivo con plena confianza, como para tragarse cualquier bache en ciudad casi sin enterarnos. La calidad del conjunto es indiscutible, permitiendo aplicar toda la fuerza de los frenos en la rueda delantera sin acusar un excesivo hundimiento, lo que garantiza una frenada eficaz.

El tacto y la potencia del equipo encargado de la retención está bien calibrado, pues no necesitamos mucha fuerza en la maneta para asegurar la frenada, pudiendo modular perfectamente el mordiente de sus pinzas radiales monobloque.

Contamos con sistema ABS para las situaciones más apuradas en las que entra bastante al límite, mostrando una puesta a punto correcta. Ambas manetas son regulables para una buena adaptación a la mano del piloto.  

Más anchura y más espacio

El asiento es muy ancho, especialmente en la punta, lo que obliga mucho a abrir las piernas, y esto resulta incómodo para los pilotos de menor estatura a la hora de alcanzar el suelo con ambos pies a la vez. Si a esto unimos un túnel central de respetables dimensiones, cuesta pasar limpiamente las piernas al montarse/desmontarse y esto acaba haciendo que los pies dejen marcas con facilidad en esta zona. 

Esto ha venido provocado por la ganancia de espacio bajo el asiento, donde ahora se pueden guardar dos cascos jet o uno integral pero dejando espacio para poder alojar más enseres personales y objetos.

La llave de proximidad y todo el sistema para bloquear/desbloquear y encender/apagar funciona muy bien en cuanto a lo cómodo e intuitivo que resulta.  

Opinión y valoración

El TMax demuestra que fiel a sus principios es capaz de reinventarse para retener todo su magnetismo en lo que a sensaciones de conducción se refiere, y eso es algo de gran mérito. El tacto del motor es muy especial, con un funcionamiento exquisito y un carácter guerrero generado por la rapidez con la que es capaz de alcanzar su zona óptima de rendimiento para extraer el máximo potencial de una parte ciclo muy competente, que además ofrece una gran facilidad de conducción.

El reparto de pesos y las geometrías de dirección son dos de sus grandes secretos, responsables directos de la complicidad que el piloto y el TMax alcanzan, haciendo de su conducción un disfrute constante, en la que todo pasa muy deprisa así que cuidado...

Es cierto que los 13.299 € que cuesta esta versión sin los accesorios opcionales son una barrera económica alta para muchos, pero estamos ante un producto que apuesta claramente por un público elitista, de gustos muy determinados que normalmente viene de la moto grande o que es reincidente con el TMax, un vehículo que fideliza a su clientela como pocos.

Y tras probarlo te das cuenta del porqué, pues eres plenamente consciente de que a veces no todo son las cifras sino que las sensaciones cobran más importancia. Es decir, continua siendo la referencia en las listas de ventas a pesar de ser el megascooter bicilíndrico más caro y el menos potente. Las cifras de ventas -en este caso sí son incontestables- así lo demuestran mes a mes.

Galería prueba Yamaha TMax SX 2018