Sumario
- Mejoras X-ADV 2018
- Motor y cambio DCT: matrimonio feliz
- En ciudad: estilo y pragmatismo
- En carretera: saber estar
- Opinión y valoración
- Galería
- Ficha técnica
Probablemente es el vehículo más “crossover” del mercado. Esto quiere decir que su clasificación es poco clara al tener aptitudes de moto, especialmente trail, y a la vez proporcionar algunas ventajas de los megascooters.
Su audaz concepto ha encontrado respuesta en el mercado, donde se ha hecho un hueco entre las motos y scooters más vendidos desde su lanzamiento, algo que le ha dado alas a Honda para perfeccionar su concepto sin encarecer el producto; el precio ha aumentado solo 150 €, algo testimonial para las mejoras que incorpora.
Mejoras X-ADV 2018
Quizás la más importante es que ahora se puede comprar una versión limitable para el carnet A2, algo que puede abrir todavía más el abanico de clientes.
Otro nuevo ingrediente es el botón G, el mismo que ya vimos en su día en la Honda Africa Twin cuando hicimos la prueba. Presionando este pulsador en cualquier modo del cambio se mejora la tracción al reducir el deslizamiento del embrague durante los cambios de marcha.
Y además el motor ha elevado su corte de encendido hasta las 7.500 rpm, lo que supone una ganancia de 900 rpm respecto al modelo precedente, y esto lógicamente hace el motor más elástico y desahogado a altas revoluciones.
También ofrece un control de tracción denominado HSTC (Control de par seleccionable de Honda). Tiene dos niveles de actuación que pueden seleccionarse en marcha ya que el control está muy accesible, y también se puede desconectar para obtener un mejor comportamiento off-road. Como vemos, es una faceta que lejos de ser un mero reclamo de marketing, es algo a lo que Honda da gran importancia con estas atenciones.
Motor y cambio DCT: matrimonio feliz
El motor de dos cilindros paralelos y 54,8 CV tiene un carácter más bien tranquilo, podríamos definirlo como un diésel; es decir, con poco recorrido en el tacómetro, perfecto por su buen empuje a bajas y medias rpm para conducir en ciudad y carretera. Es una mecánica muy versátil, suave y progresiva en la respuesta, con un consumo que varía mucho dependiendo del uso que demos a las diferentes modalidades de su sistema de cambio. En modo totalmente automático (D) el consumo de combustible está en torno a los 4,5 l/100 km, pudiendo reducirlo todavía más si somos moderados con el gas. El consumo bajo se puede mantener en el modo más deportivo (S) en su primer nivel. Dispone de otros dos más y va cerrando la relación progresivamente y apurando más las marchas, incrementando así tanto las prestaciones como el consumo. En el 3 tenemos la respuesta más enérgica pero el combustible eleva su consumo hasta los 5 l/100 km.
Por eso con un depósito de 13,1 litros se puede quedar algo justa la autonomía si el piloto abusa del acelerador en el modo 3 S, aunque es una moto de naturaleza tranquila que salvo momentos puntuales, es para disfrutarla a ritmos moderados donde sacar provecho de la linealidad en la respuesta de su motor, así como de su generoso y atento par (68 Nm).
El cambio semiautomático DCT es uno de los grandes argumentos del X-ADV por el buen rendimiento que ofrece en cualquier tipo de conducción. Todos los movimientos de la mano derecha son interpretados a la perfección por el sistema para proporcionarnos de forma constante la mejor relación de cambio. Por ejemplo, al aproximarnos a una curva deprisa, debemos apurar un poco la frenada y cortar gas justo antes de comenzar a trazarla. Pues bien, esto permite al sistema efectuar una rápida reducción para apoyarnos con un poco de freno motor y disponer de buena aceleración a la hora de dar gas en plena trazada y saliendo de la misma.
Trabaja de una forma realmente inteligente y además permite permanente el uso de pulsadores para cambiar de forma secuencial. Esto quiere decir que si en algún momento creemos tener una mejor relación en mente, podemos ayudar al cambio a subir o bajar la relación que creamos conveniente. Este sistema mixto se disfruta en cualquiera de los dos modos automáticos aunque mediante un botón en la piña derecha podemos seleccionar el modo totalmente manual para operarlo desde los botones de subir/bajar marchas en la izquierda.
Su complejidad técnica tiene la contrapartida de hacer el motor y todo el sistema de cambio más aparatoso de lo habitual, sumando un peso importante que se nota sobre todo en parado. La cifra oficial es de 238 kg, algo difícilmente evitable cuando un vehículo además está tan bien armado, ya que si por algo destaca es por un amplio equipamiento de serie y unos componentes de primer nivel.
Sin embargo, en marcha se mueve con facilidad gracias a unas geometrías de dirección en las que se ha encontrado un buen compromiso entre la agilidad y la estabilidad necesarias. Aunque destaca la faceta del aplomo que le da una gran seriedad como moto rutera. Pero vayamos por partes...
En ciudad: estilo y pragmatismo
En ciudad es un vehículo grande pero que se mueve muy bien entre turismos y con el tráfico denso, donde dribla con bastante facilidad y además pasa los espejos por encima de los retrovisores de los coches, colaborando en la fluidez con que se mueve. No destaca por un radio de giro especialmente amplio pero es más que suficiente para llevar una desenvuelta vida urbana. Como decíamos, en parado se ve penalizado por su volumen y peso.
El asiento está situado a 820 mm, posicionándonos elevados respeto al tráfico y la sensación es la de ir en una moto trail, algo en lo que colabora su manillar ancho (910 mm).
El hueco del casco de 21 litros cobra aquí mucha importancia como elemento práctico vital, ya que el espacio es generoso, pudiendo albergar un casco integral incluso con visera. También tiene una toma de corriente de 12 V y el sistema de apertura es hidráulico por lo que se mantiene abierto para facilitar las operaciones.
En este entorno metropolitano el modo automático (D) resulta muy cómodo porque permite olvidarnos del cambio, prestar atención al tráfico y además con un motor siempre dispuesto a brindarnos una buena aceleración con un consumo muy ajustado.
La pantalla parabrisas en posición baja es ideal para este entorno porque nos ofrece una visibilidad todavía más clara del panorama. Su sencilla regulación se hace de forma manual y requiere estar parado. Se puede elegir entre cinco alturas para darle la máxima versatilidad posible a su uso.
Y la llave de proximidad es otro de los elementos que hacen la vida muy cómoda porque todas las funciones de encendido/apagado/bloqueo, así como apertura del hueco del asiento o del depósito de gasolina, se activan mediante esta “smart key”. Dispone de un sistema manual auxiliar para hacer todo en el improbable caso de que la llave inalámbrica deje de funcionar.
En carretera: saber estar
Al salir de la ciudad el X-ADV comienza a sentirse cada vez más a gusto gracias a un motor que tiene mucho que ofrecer, a una ergonomía muy cómoda y a una parte ciclo en perfecta sintonía con todo.
Es un conjunto sólido del que podemos disfrutar tanto a cruceros desahogados como a altas velocidades, ya que sus 54,8 CV cunden más de lo que imaginamos. La comodidad es total, con unas suspensiones que además de estar bien taradas porque filtran muy bien sin resultar duras, permiten regulaciones para adaptarlas a nuestro gusto o a las circunstancias de carga o el estado de la carretera.
Podemos subir la pantalla a la posición más alta y estirar las piernas como en un megascooter Gran Turismo, paladeando cada kilómetro mientras disfrutamos del paisaje.
En carreteras secundarias la tónica es la misma pero comenzamos a descubrir que el X-ADV también permite forzar el ritmo para aumentar el disfrute de la conducción. Con el sistema de cambio en el modo S3, las aceleraciones son más vigorosas y la parte ciclo saca a relucir esa imperturbable estabilidad que permite hacer unas inclinaciones muy acusadas sin perder nunca la compostura. Todo lo contrario, la gran distancia libre al suelo permite ir buscando su límite con una gran sensación de seguridad; los neumáticos Battlax Trail Wing son un seguro, incluso tienen capacidades off-road aunque lógicamente por peso no es una moto ideal para aventuras fuera de pistas o caminos. Pero el solo hecho de poder pisarlas y ser competente ya es un gran plus cuando instantes antes vas por carretera tan a gusto como en un scooter.
El detalle de contar con un sistema de control de tracción desconectable y con dos niveles también le permite adaptarse a cualquier uso que le demos. Se maneja con suma facilidad desde un pulsador en la piña izquierda que permite elegir entre los dos modos o la desconexión. Su entrada en acción es demoledora, quizás demasiado, porque cuando se activa el motor se queda sin respuesta y tenemos quie cortar gas para recuperar la capacidad de aceleración.
Y debemos hablar del equipo de frenos: el delantero es simplemente perfecto por el mordiente y por la capacidad para dosificar la frenada a la perfección, gracias a su tacto sensible y directo. Además cuenta con la ayuda de la horquilla inverttida que no acusa excesivo hundimiento, permitiendo aprovechar a tope el potencial que transmiten sendas pinzas de anclaje radial Nissin. Para las situaciones más apuradas o de baja adherencia, está apoyado por un sistema ABS de doble canal que detrás -y como suele ser habitual- entra con prisa pero delante es complicado hacerlo trabajar, evidenciando una buena puesta a punto que transmite mucha seguridad,
La ergonomía es uno de los puntos clave que juega a su favor ya que ha sido desarrollada para ofrecer grandes posibilidades a cualquier tipo de piloto.
El asiento es ancho y de mullido consistente, se percibe calidad y acoge el cuerpo para disponerlo en una postura natural y confortable. El manillar ancho, un poco alto y plano recuerda casi a una moto trail, pero el hecho de poder estirar las piernas me trae a la memoria un megascooter ya que también ofrece una zona plana para los pies. Apuntar que el túnel central es muy ancho y el espacio para los pies un poco justo. Y además nuestra unidad de prueba venía equipada con las estriberas off-road, un elemento con el que la versatilidad ergonómica alcanza su máximo desarrollo.
Opinión y valoración
El X-ADV es un vehículo que me ha enganchado por su lograda y original combinación de elementos y diseño nunca vista antes. El resultado es brillante no solo por las buenas capacidades dinámicas que ofrece en un amplio abanico de escenarios, sino también porque aporta mucha calidad en todos los órdenes y no poca tecnología. Por no hablar del cambio DCT que ha alcanzado un nivel de destreza a la hora de gestionar nuestras intenciones digna de mención, siendo vital en su filosofía multiusos de corte trail. Elementos como los paramanos o la llamativa instrumentación estilo "road book" apuntalan su espíritu aventurero tan singular.
Es cierto que a muchos la combinación de 54,8 CV con un peso declarado de 238 kg les puede parecer poco apetecible pero esta coctelera tiene muchos otros ingredientes que al agitarlos hacen del X-ADV un vehículo tan especial como competente y sorprendente.
Y con todos estos argumentos, su precio de 11.650 € nos parece razonable para tener en el garaje un vehículo sin parangón en el mercado.
Equipamiento piloto