El éxito ha acompañado a la Yamaha Tracer 900 durante su aún corta vida comercial y parece que ha servido para que los responsables de la marca se hayan dado cuenta del potencial de este concepto de moto y aporten nuevos argumentos en busca de un público más amplio. 

Si la primera Tracer 900 surgía como una derivación de la también exitosa naked MT-09, la segunda edición trata de distanciarse claramente de la influencia naked y dejar bien claro que no se trata de una hermana de la MT con semicarenado y depósito más grande, sino de un modelo Sport-Turismo con mucha personalidad propia y buenos argumentos para quienes se plantean realizar cómodos viajes con su moto de diario y, por qué no, disfrutar también de unas curvas animadas en su carretera favorita los fines de semana.

¿Qué hay de nuevo?

Tanto la versión estándar como la más equipada GT cuentan de partida con asientos más confortables que su predecesora tanto para el conductor como para el acompañante, pantalla de altura regulable y estriberas revisadas para el pasajero; detalles todos ellos que nos acercan al público que Yamaha quiere atraer con esta nueva generación Tracer. Y para satisfacer a quienes están dispuestos a pagar un poco más por mayores sofisticaciones llega la nueva versión GT con un notable equipamiento de serie: Suspensiones regulables, puños calefactados, asistente de cambio QSS, instrumentación TFT, control de crucero y maletas integradas. Todo ello a cambio de 1.800 euros extra sobre el precio de la versión estándar.

Nada más subir a la nueva Tracer -cinco milímetros más alta de asiento que la anterior en sus dos posibles niveles, pero se llega bien con mi 1’73 de altura- encontramos frente a nosotros una instrumentación similar a la del modelo precedente en la versión estándar, pero todo lo demás parece haber variado ligeramente.

El manillar es más estrecho y los llamativos paramanos de la primera serie han dejado paso a unos más discretos, según Yamaha igualmente efectivos frente al viento pero más prácticos a la hora de atravesar espacios estrechos, porque junto al diseño del nuevo manillar ahorran nada menos que 10 centímetros de anchura, que es bastante. Este manillar más estrecho ayudará también a mejorar la comodidad, aunque pierda a cambio algo de ese lejano y deportivo aire streetfighter que emanaba de la primera versión.

La pantalla transparente es ahora más alta y también envolvente por los laterales, salvaguardando mejor sin duda el confort del pecho y los brazos, y por si fuera poco se puede subir 50 milímetros usando sólo una mano e incluso en marcha. Para mi estatura la protección es buena en la posición baja y no mejora mucho en la elevada... cuestión de altura seguramente. Otro detalle interesante es que los retrovisores sobresalen ahora tres centímetros más, y lo cierto es que se ve muy bien hacia atrás.

En marcha: abierta a cualquier iniciativa

El motor cobra vida con su ronco pero nada molesto rugido de gran tricilíndrico y meto la primera ayudado con el embrague, por cable pero muy suave y dosificable. La Tracer 900 emprende la marcha con el empuje que cabe esperar de este propulsor lleno de fuerza y que no ha variado con respecto a la primera serie. La sensación de la parte ciclo en ciudad es de equilibrio, sin tendencia a caer al interior pero tampoco síntomas de pereza a la hora de girar. Empiezo el recorrido entre calles y en una curva cerrada el par a medio régimen puede con las gomas aún frías propiciando una sutil cruzada, puesta en orden al instante por el control de tracción en su modo menos intrusivo (ajustable en dos niveles mas la desconexión).

 

Llegué a la carretera y paulatinamente fui subiendo el ritmo. El motor ofrece un rango de uso muy amplio, aunque donde más cómodo se siente es en la parte alta del medio régimen entre 7.000 y 9.000 rpm. De los tres modos de conducción el “STD” está bien; pero en cuanto me acostumbré al “A”, con recorrido de acelerador más corto, no volví a usar ya el set-up inicial. Una cosa buena de la Tracer 900 es que recuerda tu elección, y aunque la apagues vuelve a la vida con el último modo seleccionado. El “B” está pensado para situaciones de lluvia pero durante la presentación no hubo agua -¡por increíble que parezca este año!- y lógicamente resulta soso en seco. 

Suspensiones y frenos

La Tracer 900 tiene un peso contenido, que no ligero, pero se encuentra cómoda en carreteras viradas. El bastidor parece inmutable y muy noble aunque te veas obligado a forzar una trazada inesperadamente y el basculante ha sido modificado ganando 60 milímetros de longitud para mejorar la estabilidad y la capacidad de tracción: un detalle más que pone de manifiesto cómo Yamaha quiere posicionar esta nueva Tracer en una órbita más turística que la anterior. Los frenos me parecieron estupendos, son potentes, dosificables y de acción inmediata; sólo están limitados por la comentada suavidad de las suspensiones.

Y es que tanto la horquilla invertida como el amortiguador trasero ofrecen un funcionamiento bueno y equilibrado, pero con una puesta a punto más cómoda que dura. De nuevo van perfectas pensando en practicar turismo dinámico… al menos sólo con el peso del piloto. Con equipaje y un pasajero detrás tengo la impresión de que pueden resultar algo blandas; una buena razón para decantarse por la nueva versión GT y su suspensión regulable. 

Probamos la nueva Tracer 900 GT

Bajar de una y subir en otra es lo bueno de las presentaciones internacionales como esta, en la que Yamaha nos ha dado la oportunidad de probar ambos modelos durante varios cientos de kilómetros y en un recorrido ciertamente variado. En la Tracer 900 GT hay cosas que cambian ya a la vista, como el color dorado en las botellas de la horquilla, las maletas laterales rígidas o la atractiva pantalla TFT en color derivada de la que monta la deportiva R1 y que ofrece una lectura mucho mejor y más sofisticada que la instrumentación LCD de la versión estándar. Da la impresión de que ya puestos Yamaha podría haber empleado una pantalla más grande porque espacio hay de sobra, pero en cualquier caso no admite pegas en cuanto a visualización de todos los parámetros de la moto con claridad.

Por seguir donde lo hemos dejado hablando de la versión inicial de la gama, las suspensiones cuentan con la indudable ventaja de ser regulables, algo que seguramente va a venir muy bien a quienes se decidan por la GT puesto que, como íbamos diciendo, la puesta a punto es tirando a suave sin necesidad siquiera de equipaje o pasajero. Es más, al menos en la unidad que probé de la Tracer GT tengo la impresión de que o las maletas laterales influyen en la aerodinámica o el amortiguador estaba tarado ligeramente más suave que en la Tracer estándar a juzgar por cierta tendencia a flotar de delante dando gas en curvas muy rápidas -nada preocupante o que me hiciera bajar el ritmo…-. Así pues ya de entrada si fuera mi moto lo primero que haría sería girar el accesible pomo que regula la compresión del amortiguador para poner un poco más de firmeza en las suspensiones. Y es casi seguro que trastease también con la horquilla para que mantenga la sujección al frenar o rodando con pasajero.

No cabe duda de que poder regular las suspensiones es un punto importante en una moto y creo que se trata de una acierto especialmente indicado en un modelo que como este busca satisfacer muchos estilos y propósitos diferentes. Con un poco de experimentación puedes encontrar tu puesta a punto perfecta en función de lo que quieras hacer con ella ese día. 

Tracer GT, equipamientos "de lujo"

Y ya que hablamos de polivalencia hay que destacar que esta versión incluye el sistema de cambio QSS (Quick Shift System) con el cual no es necesario accionar el embrague ni soltar el acelerador para subir marchas (no funciona en reducciones), detalle que agradecerán los “traceros” más dinámicos y que me funcionó muy bien, con suavidad y precisión durante toda la prueba. Este sistema QSS estará disponible también como accesorio para la versión estándar en los concesionarios.

Pero la Tracer 900 GT incorpora más detalles de valor. Por ejemplo el juego de maletas rígidas, que aprovecha el subchasis modificado que permite sujetar mejor este tipo de equipajes. Las maletas se integran perfectamente en la línea de la moto sobresaliendo muy poco de su estilizado perfil frontal. Están acabadas en el color de la carrocería y por supuesto pueden desmontarse cuando no se vayan a usar. El único inconveniente que las encuentro es que sus 22 litros no dan para guardar un casco.

Por último, otros dos aspectos prácticos por los que también merece su apellido “Gran Turismo”. Por un lado los puños calefactables, que cuentan con una característica interesante: están conectados al termómetro ambiente y el usuario puede seleccionar el grado de calefacción en las manos en función del frío, dejarlo configurado y que sea la moto en lo sucesivo quien se encargue de activar el calor en las empuñaduras automáticamente cuando se den las circunstancias. Por otro el control de crucero, que se activa desde la piña izquierda y no cabe duda de que es un agradable equipamiento para las etapas de inevitables autopistas. 

Opinión y valoración Tracer 900/GT 2018

En definitiva Yamaha ha decidido dotar a la Tracer 900 de una mayor madurez bien medida, tratando de potenciar las virtudes mas apreciadas que ha recogido preguntando a los propietarios de la primera serie del modelo, y aprovechando lo bien que se ha vendido para buscar atraer nuevos clientes con una versión “premium” que seduzca a quienes deseen mayor refinamiento. Y, sin entrar en cálculos sesudos, sale favorecida por precio con buena parte de su posible competencia. Incluso la nueva versión "top de gama" GT tiene un precio muy interesante si se compara con otros modelos que ofrezcan una dotación de equipamiento similar. En este sentido la lista de accesorios originales disponibles en los concesionarios contribuirá a personalizarla al gusto de cada cual: desde un escape Akrapovic o deslizaderas, hasta asientos más mullidos y con calefacción; pasando por luces auxiliares antiniebla, una pantalla más alta… ¿Quieres polivalencia? pues aquí tienes la nueva Yamaha Tracer 900.

Fotos prueba Yamaha Tracer 900 y 900 GT 2018