- Estética scrambler con personalidad
- Pequeña y urbana
- Control absoluto
- Opinión y valoración
- Galería de fotos
- Precio y ficha técnica
El mercado de las motos de 125 con marchas está más animado que nunca, con modelos de todas las estéticas, especialmente las de imagen retro y café racer. No es casualidad, por tanto, que Mondial haya optado por una scrambler para su vuelta a la escena motociclista.
Y es que la mítica marca italiana no podía retornar con una moto cualquiera, tenía que hacerlo con algo impactante, más acorde con su propio pedigrí, pero sin perder de vista los precios tan ajustados de la mayoría de los modelos de la competencia.
Estética scrambler con personalidad
El primer punto, el estético, Mondial lo ha cumplido de sobra. La HPS llama la atención y además sigue un camino propio, no es una café racer más, tiene su personalidad bien definida. Es más bien una scrambler actual, con un depósito anguloso en su parte que toca con la tija y curvo en donde conecta con el asiento. La quilla, a juego con el depósito, ofrece un aspecto deportivo, lo mismo que el asiento de símil piel fabricado en una sola pieza y con la parte del pasajero simulando un colín.
El portamatrículas se une al basculante mediante un soporte para que cumplir con la normativa al ser el guardabarros demasiado corto, mientras que el faro delantero redondo y el doble escape lateral tipo scrambler se encargan de afianzar la imagen más clásica. La luz trasera, de LED, queda algo escondida, mientras que la iluminación delantera es algo escasa y me he visto obligado por el día a ir siempre con las largas para que el resto de coches me viesen correctamente.
Los detalles han sido muy cuidados, destacando los espejos situados en los semimanillares, los puños de corte clásico con el logotipo de Mondial y su instrumentación circular con la información en digital.
Pequeña y urbana
Esa supuesta deportividad no debe asustar, pues su posición de conducción es bastante cómoda, con todos los mandos bien situados y pudiendo mantener el cuerpo en una postura erguida, aunque los pilotos altos sí que pueden sentirse un poco más angustiados.
Con mi 1,65 m se va muy bien, con los pies bien apoyados en sus estriberas metálicas sin que las rodillas queden muy flexionadas. El asiento ofrece un buen mullido, quizá un poco blando, y queda a una posición bastante baja respecto del suelo como para no plantear problemas al maniobrar o al parar en los semáforos.
El tacto de los mandos es correcto, con el botón del claxon de buen tamaño para hacer uso de él con inmediatez en caso de necesidad, y con la instrumentación a la altura ideal para no tener apenas que desviar la atención a la carretera cuando se circula.
Habiendo resaltado estos puntos no hace falta decir que donde mejor se ubica la HPS 125 es en la ciudad, pues callejear con ella resulta muy fácil gracias a su tamaño y ligereza. Sólo hay que tener algo de cuidado con los espejos, pues sobresalen un poco y no conviene coger excesivas confianzas.
La suavidad en el accionamiento del embrague y la precisión de su cambio invita a jugar con las marchas, una tarea totalmente obligada para que no caiga de vueltas su motor.
Y es que su propulsor de origen Piaggio es bastante perezoso a bajo y medio régimen y para sacar lo mejor de él hay que llevarlo en la parte alta. Es potente para ser un 125 4T Euro4, casi 14 CV, pero los da a casi 10.000 rpm. Además, el acelerador tiene un recorrido demasiado largo, lo que tampoco ayuda a encontrar la caballería simplemente insinuando un toque de gas.
Esto tampoco significa que sea incómodo rodar despacio, todo lo contrario, es difícil de calar y no traquetrea, pero a quienes le gusta circular en la zona media y encontrar empuje en ese régimen van a tener que cambiar su forma de conducir. Lo que sí será del agrado de todos es su velocidad punta, en autopista he llegado a ver los 126 km/h de marcador –unos 115 km/h reales- sin vibraciones y sin tener la sensación de ir forzando excesivamente el motor.
Su consumo es bastante reducido, por debajo de los 4 litros a los 100 kilómetros, lo que unido a su depósito de 9 litros permite una autonomía cercana a los 250 kilómetros.
Control absoluto
Aun yendo a esa velocidad, la sensación de control es total, sobre todo en lo que se refiere al tren delantero. Su horquilla invertida con barras de 41 mm de diámetro funciona a la perfección. Transmite muy bien las irregularidades y sus reacciones son muy nobles incluso al forzar la frenada.
Los dos amortiguadores traseros no se comportan tan bien y tienden a rebotar cuando se circula rápido y a responder con sequedad en los baches. La utilización de neumáticos mixtos con bastante taco, además de resultar una buena solución estética, ayuda a mitigar los impactos en el firme más irregular. El agarre de sus gomas CST es uno de sus puntos a favor.
En lo que se refiere a la frenada, igualmente hay diferencias delante y detrás, con un disco anterior fácilmente dosificable y con buena potencia, y otro posterior demasiado brusco y con demasiado recorrido en la palanca del freno. La Mondial HPS no cuenta con ABS pero sí con frenada combinada.
Conclusión y valoración
Pocas motos pueden hacer volver tantas miradas como la Mondial HPS 125. Sólo el primer día que estuve con ella hasta cinco personas se acercaron a preguntarme su precio, quedando todos ellos bastante sorprendidos al enterarse de que no llega a 3.400 euros.
Está claro que se principal reclamo es el estético, una original mezcla de café racer y scrambler, que hará las delicias de todos los que quieren diferenciarse sin tener que dejarse todos los ahorros en ella.
Pero no sólo es imagen lo que ofrece la Mondial, la moto funciona correctamente, con un motor potente aunque exigente a la hora de extraer todo su potencial. Un poco al contrario de la tendencia actual de motores muy llenos a medio régimen. Es el precio a pagar por tener algo original, ¿o acaso quieres lo que tienen todos los demás?
Equipamiento piloto