Sumario

En busca del espíritu de la Kawasaki Z1, el gigante nipón ha usado la excelente base que tenía para presentarnos esta belleza de aspecto sereno que ofrece incluso más deportividad que la Z900.

Porque la evolución de un modelo a otro no ha sido una cuestión solo de fachada. El radical cambio de filosofía de diseño y la mejora de la calidad que percibe nuestra retina, ha ido también acompañado de numerosos retoques en puntos tan vitales como el motor, el chasis o los frenos.  

Todo esto no hace una moto nueva completamente pero casi, porque otro aspecto tan determinante como es la ergonomía, también ha sido revisado a fondo para adaptarse a ese rollo clásico pero a la vez deportivo que tanto evoca la época de los 70'.

La recreación a nivel estético de la mítica Z1 está muy lograda y además combina con elegancia lo tradicional con elementos plenamente actuales. Un detalle que lo evidencia con claridad es el faro delantero que integra en una silueta esférica la iluminación LED. La instrumentación va en consonancia con esta filosofía al usar dos esferas analógicas con una pequeña pantalla digital central que incluye luz de sobrerrégimen.

El motor es otro ingrediente estético usado para transmitir ese aire retro ya que cuenta con unas falsas aletas cepilladas para simular un propulsor refrigerado por aire.  

El nuevo depósito de combustible acapara mucho de su atractivo general y marca las suaves líneas que definen a la Z900RS. Y ha obligado a modificar el chasis para poder integrarlo sin modificar su capacidad que continúa siendo de 17 litros.

Diferencias con la Z900: más estilo y equipamiento

La principal reside en el motor, donde encontramos 111 CV en la RS frente a los 125 de la versión estándar. Este reajuste de la potencia a la baja, realmente obedece a un carácter general más señorial que no burgués, ya que tanto la potencia como el par llegan antes en la RS para así disponer de una aceleración más vigorosa, sacrificando algo de punta y rendimiento en altas para favorecer justo lo contrario; un bajo y medio régimen más poderosos y útiles.

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Esto lo apuntala la relación del cambio revisada que ha acortado la primera marcha y alargado la sexta.

La salida de escape es otro elemento diferenciador ya que busca emular los estilo megáfono de las antiguas deportivas. También cuenta con un diseño muy concreto que libera un sonido más profundo y evocador.

La electrónica de la Z900RS es más sofisticada porque incluye un control de tracción (KTRC) con dos modos de intervención; uno menos intrusivo (más deportivo) y otro que entra con más facilidad. Es desconectable.

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Las geometrías de dirección son otro importante factor que cambia para adaptarse al manillar específico de la Z900RS, así como a un asiento de mayor altura que pasa de 794 mm a 835 mm.

Incluso se anuncia más peso en la RS (5 kg más) y también una mayor distancia entre ejes: 1450 mm vs. 1.470 mm.  

La pinza de freno también marca la diferencia al prescindir de la convencional de la Z900 para apostar por una de anclaje radial acompañada de una bomba también radial.

A los mandos: deportividad civilizada

La posición de conducción es muy cómoda y natural gracias principalmente al manillar alto y las estriberas bastante centradas que plantean una postura nada radical. El precioso asiento de acolchado retro, al ser más elevado, provoca que llegues un poco de puntillas si mides menos de 1,70 m.

El rodar es extremadamente suave por el funcionamiento del motor; pura seda. En la aceleración resulta progresivo pero contundente si insistimos en seguir enroscando el gas. Y todo comienza desde bien abajo.Es un motor pletórico en todo momento, especialmente cuando más se necesita que es en la zona civilizada del tacómetro. Por eso ofrece unas muy buenas recuperaciones cuando la aguja está entre las 3.000 y las 7.000 vueltas.

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A pesar de sus componentes más deportivos es una moto para disfrutar de buenos ritmos en carreteras secundarias pero no reclama con ansia curvas y conducción al límite para aprovechar sus dotes. La ergonomía no acompaña. Pero puede hacernos pasar un muy buen rato gracias a unas suspensiones regulables que de serie están muy bien acondicionadas para rodar con eficacia en cualquier tipo de carretera. Y resultan cómodas en ciudad, donde la Z900RS se mueve con soltura para usarla a diario. La facilidad a la hora de moverla entre curvas y el paso preciso son una invitación a la diversión.  

La faceta de los frenos se ha cubierto con garantías, ya que las pinzas radiales Kawasaki proporcionan una retención sobrada de potencia. Además, podemos regular muy bien la frenada gracias a la buena dosificación que ofrece la maneta con muy poco esfuerzo. Y siempre está el ABS para las situaciones más apuradas, un sistema bastante bien calibrado, poco intrusivo.

Opinión y valoración

El trabajo de metamorfosis realizado por Kawasaki ha sido sobresaliente aunque la contrapartida es el coste final de la Z900RS que se eleva hasta los 12.999 €. Partiendo de la Z900 que cuesta con oferta 8.875 €, el incremento de precio es muy notable.

Pero Kawasaki lo justifica con un tratamiento a todos los niveles mucho más delicado, apostando por la calidad y por una imagen clásica muy lograda.

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La ergonomía es lo que más marca el carácter de la Z900RS ya que plantea una postura poco convencionalpara una moto con un evidente carácter deportivo, ya que sitúa al piloto más elevado de lo normal.

El motor es uno de sus grandes atractivos ya que se trata de un bloque cuyo funcionamiento es tan refinado como musculoso en la respuesta. Apenas vibra, es progresivo y tiene un consumo que está en torno a los 6 litros en una conducción más bien alegre.

Y lo acompañan a la perfección tanto las suspensiones como los frenos que admiten cualquier tipo de uso, incluso para que podamos practicar con total seguridad y efectividad una conducción al límite en tramos de curvas.  

La Kawasaki Z900RS es un precioso revival, una apuesta valiente y diferencial, ya que el rollo neo-retro actual apuesta por otros derroteros que huyen del clasicismo puro y duro. Tan solo encuentra equivalencia en otra preciosidad como es la Triumph Thruxton 1200, aunque esta monta unos semimanillares y ofrece un descarado aire cafe racer que no busca nuestra protagonista.

Galería prueba Kawasaki Z900RS 2018