- Sello de calidad
- Control total
- Agilidad de 125
- Opinión y valoración
- Galería de fotos
- Información y datos técnicos
Analizando los datos de ventas se aprecia un cambio de tendencia, pues los scooter para el A2, en donde se encuentra el Forza 300, está ganando terreno a los scooter 125 para el carnet A1/B. Tiene su lógica, pues los pequeños han servido de puerta de entrada a muchos usuarios que venían del coche buscando un medio más eficiente para moverse por ciudad y que una vez han cogido destreza con las dos ruedas han ido buscando un vehículo más versátil y con un radio de acción más amplio. En definitiva, un tipo de usuario que sigue la lógica de ir escalando escalón a escalón dentro del mundo de la moto o del scooter.
Y el Forza 300 cumple perfectamente con ese papel, de hecho, en esta última versión, toma de base el Forza 125, lo que supone ser un scooter de tamaño y peso contenidos, al que se le incorpora el moderno motor del SH300, de 279 cc, 25 CV y, lo que es más importante, 27,2 Nm de par.
Estas medidas reducidas, aún manteniendo su filosofía GT, permiten al usuario dar un salto totalmente natural, sintiendo el scooter como el que ya tenía... al menos en parado. Lo que ocurra después cuando abra gas ya es otra historia. Y lo que también le va a resultar familiar son los acabados.
Sello de calidad
Es cierto que el término “premium” se ha desvirtuado pues son muchas las marcas que cada vez utilizan más este término para algunos de sus modelos en cuanto montan un equipamiento un poco más sofisticado. Pero siendo estrictos, esa etiqueta no debería atribuirse con tanta libertad, pues es un signo de excelencia difícil de cumplir.
Y el Forza 300 cumple sin lugar a dudas con estas premisas. Y no sólo por su equipamiento, también por la calidad de los materiales empleados, el tacto de las manetas y botones, y hasta por su inmenso hueco bajo el asiento en el que caben de sobra dos cascos integrales. Un hueco forrado con material suave para evitar arañazos pero en el que echamos en falta una toma de carga y una luz de cortesía, especialmente el primer elemento que sí que lo encontramos en una guantera delantera que parece no tener fin por su alta capacidad.
Es un scooter que está muy bien armado, con detalles propios de motos de mayor categoría, como la pantalla eléctrica por control remoto mediante un interruptor situado en el manillar izquierdo con un recorrido de 140 mm. O, por supuesto, la llave de proximidad que actúa para el contacto -puesta en marcha y parada del motor-, el bloqueo, el hueco bajo el asiento y hasta el baúl de 45 litros opcional.
En la instrumentación se combinan elementos analógicos -velocímetro y cuentarrevoluciones- con una pantalla digital que ofrece una gran cantidad de datos a los que se va accediendo desde los mandos del manillar. Se acabaron los incómodos botones situados en la misma instrumentación, todo se realiza a través de la botonera de manera sencilla e intuitiva.
El rediseño realizado en 2018 le da un aspecto más deportivo, pero es únicamente una cuestión estética pues se trata de un scooter realmente confortable, con un amplio asiento tanto para el piloto como para el pasajero. Un asiento situado a 785 mm del suelo, lo que obliga a los pilotos de menos de 170 mm a tener que apoyar únicamente las punteras. Lo bueno es que tampoco es muy pesado y poniendo el culo en la parte delantera las maniobras en parado se realizan fácilmente.
Control total
Podría estar admirando la moto durante toda la mañana, pero lo suyo ponerme en marcha para comprobar si el Forza 300 es todo fachada o si extrapola ese calidad a su comportamiento dinámico. La puesta en funcionamiento muestra deja al descubierto un sonido contenido y una ausencia total de vibraciones.
La suavidad en la respuesta es lo más llamativo en los primeros metros, con una entrega sedosa al abrir gas. Es tan lineal que da la sensación de tener poca estirada, pero si miras el velocímetro te das cuenta de que llegas a 70 km/h en un abrir y cerrar de ojos, y si vas por autopista, los 120 km/h se alcazan con bastante facilidad. No obstante, pensando en los usuarios más inexpertos, Honda ha montado el HSTC, el control de par seleccionable, en el Forza 300, siendo la primera vez que la marca japonesa lo hace en un scooter. De esta manera, incluso en superficies resbaladizas las posibilidades de hacer derrapar la rueda trasera se reducen drásticamente aún abriendo a tope el mando del gas.
Precisamente esos usuarios con menos experiencia, que en muchos casos vienen del 125, no sólo no van pensar que la moto es tímida sino que la moto acelera bastante más que su anterior montura. Pero incluso a mí, acostumbrado a motos más grandes, me gusta cómo responde el Forza 300, pues aprecio los motores dulces y lineales en la curva de potencia, sobre todo para cuando se circula en ciudad.
Ese comportamiento también se agradece desde el punto de vista del bolsillo, pues te anima a llevar una conducción más eficiente. De hecho, el consumo medio que me ha ido marcando durante la semana que he tenido el scooter en mi poder ha sido de algo más de 3 litros a los 100 kilómetros, otorgando una autonomía superior a los 350 kilómetros.
Agilidad de 125
Y es que aunque por prestaciones el Forza 300 se defiende muy bien en vías de acceso a la ciudad, el entorno habitual de este scooter es la urbe, en donde brilla por esas medidas contenidas de las que hablaba al principio. Es más ágil incluso que un 125, pues tiene el mismo peso pero más contundencia al abrir gas, por lo que es más fácil zigzaguear entre los coches. Sólo hay que tener un poco de cuidado con no rozar los espejos, que sobresalen un poco pero que también nos sirven de referencia al resultar la parte más saliente del scooter. Eso sí, cuidado con golpearlos porque integran unos intermitentes que siempre van iluminados con una luz tenue que nos hace más visibles.
Lo increíble es que esa destreza para girar es totalmente compatible con la estabilidad en recta incluso circulando a su velocidad máxima, que es cercana a los 140 km/h. En este sentido tienen mucho que ver unas suspensiones de gran nivel. La horquilla ofrece un comportamiento óptimo, absorbiendo sin fatiga todos los baches que salen a nuestro paso. La suspensión trasera no responde de una manera tan ejemplar, como ocurre por lo general cuando se recurre a un doble amortiguador trasero, pero a pesar de algunos rebotes en resaltos y algún que otro agujero en el asfalto se defiende bastante mejor de lo que cabría esperar. Como ya había apuntado anteriormente, a pesar de su imagen deportiva, el Forza 300 es un scooter que antepone el confort a la deportividad y esto queda plasmado en el ajuste de las suspensiones.
La frenada es otro de los apartados en los que merece detenerse. Destaca tanto por su potencia como por tacto, siendo muy fácil de dosificar y con un ABS de doble canal que actúa transmitiendo muchísima seguridad. Con este invierno tan seco no he podido probar su eficacia en agua pero sí en un asfalto sucio entre las ayudas electrónicas y el agarre de los neumáticos se puede inclinar el scooter con total tranquilidad. En este sentido el montaje de una rueda delantera de 15” es un acierto, ofreciendo un gran apoyo pero ayudando a la vez a sortear las irregularidades de la mejor manera posible.
Opinión y valoración
El Honda Forza 300 posee todos los ingredientes para convertirse en el scooter ideal dentro del segmento del A2. Es difícil encontrar un modelo de más calidad en su segmento, sólo el Yamaha X-Max 300, con el que comparte precio, está a su nivel. Un coste por cierto, sólo 800 euros superior al del Forza 125, lo que, salvo que por necesidades de carnet haya que optar por un 125cc, hace mucho más lógica la compra del de mayor cilindrada. Este apartado económico es quizá el más controvertido, pues hay otros modelos de 300 más económicos... pero de menos calidad.
Su motor es una delicia en cuanto a suavidad, aunque puede haber a quien le parezca que carece de brío desde parado. Creo que el usuario al que va dedicado valora más la facilidad de conducción y la respuesta dulce que una aceleración fulgurante que lo único que haría es llevar continuamente encendida la luz de aviso del control de tracción.
Lo que no plantea discusión alguna, tanto para el piloto experto como para el más novato, es su capacidad de carga y sus acabados. Pantalla regulable, hueco para dos cascos integrales, espejos retráctiles para pasar entre coches, smartkey... son algunos de los elementos destacados y que resultan indispensables hoy día en un vehículo que quiera ganarse la denominación premium.