- Hecho en España
- Espíritu urbano
- Especialista off-road
- Opinión y valoración
- Galería de fotos
- Información y ficha técnica
Acudimos a la presentación de la Rieju Tango 125 2019, bautizada como 2.0 para resaltar que se trata de la segunda versión de esta moto nacida en 2006 y que desde entonces permanecía en el catálogo de la marca de Figueras sin cambios. Las mejoras introducidas no suponen una revolución, pero sí que son obligadas, en primer lugar, para adecuarse a la normativa Euro4, y en segundo lugar, para dotarla de una imagen más actual y atractiva que indudablemente se ha conseguido.
Hecha en España
La elección de la localidad gerundense de Rosas para llevar a cabo esta presentación tiene una clara intención, la de mostrar con orgullo que sus motos se siguen fabricando en esta comarca. No es una cuestión baladí en el momento actual, pues Rieju es la única compañía de motos con capital 100% español que mantiene su producción aquí y así queda reflejado con el logo "Hecho en España" que luce en el cubrecadenas. Una situación, por otro lado, complicada y que obliga a sus responsables a calcular con precisión cualquier decisión antes de lanzar cualquier modelo al mercado y a buscar nichos donde poder introducir sus motos.
En uno de estos huecos que ofrece el mercado donde se encuentra nuestra protagonista, la Tango 125 2.0, una moto que se aleja de los criterios de segmentación clásicos pues tiene personalidad propia. Al igual que su antecesora, se trata de una moto bastante polivalente, con capacidades urbanas y off-road por igual sin resultar una trail al uso.
Y eso es lo que llama la atención a primera vista, parece una moto de trial con depósito de mayor tamaño y un asiento amplio, algo así como una trial excursión con un aspecto más refinado, en donde destaca el gran faro delantero. Es un diseño minimalista pero bastante más atractivo que el de la versión anterior.
Subirse a su asiento cuesta poco gracias a su situación a 790 mm del suelo y a la estrechez del mismo. Esto permite apoyar con los dos pies en el suelo incluso a pilotos de poca talla como yo -165 cm-, aunque su mullido es bastante duro y habrá que esperar a que esté disponible un nuevo sillín más blando y alto que nos anunciaron que llegaría en breve. El manillar es ancho y situado a una buena altura, y cuenta con unos puños tipo off-road con los que se logra un buen tacto. Las piñas son bastante simples -carece incluso de botón de pare- pero de suave accionamiento. La instrumentación está compuesta por una pantalla digital que ofrece velocidad, kilometraje, parcial, hora, cuentarrevoluciones y marcha engranada. Acompañan distintos chivatos luminosos ubicados alrededor de esta pantalla.
En cuanto a sus acabados, me gustaría destacar la iluminación trasera por LED, la parrilla trasera para colocar un baúl y que incorpora las asas para el pasajero y el tapón de la gasolina con bisagra. Por contra, hay que tener cuidado con la pata de cabra porque es de retorno con muelle y se sube con cierta facilidad.
Espíritu urbano
Arranco la moto y me llevo una grata sorpresa, apenas hace ruido, lo que tiene sentido pues nos indicaron que está lista para cumplir con la súper restrictiva normativa Euro5 que llegará en breve. La primera parte de la prueba transcurre por las calles de Rosas, un buen punto de partida para ir familiarizándome con su pequeño propulsor de 125 refrigerado por aire, elaborado por el fabricante de motores chino Loncin y que se monta en la cadena de montaje de Figueras.
Aparte de por las bajas emisiones sonoras, el motor destaca por la facilidad de uso y por su cambio suave y preciso, aunque le falta empuje, lo que obliga a jugar con el cambio para evitar que caiga de vueltas. No es éste un problema determinante en ciudad, en donde el tráfico obliga a circular a un ritmo lento. El mayor inconveniente surge al salir a la carretera, en donde sí que sale a relucir algo más esa carencia de caballos. La Tango 125 alcanza velocidades legales en cuanto coge inercia, pero se queda sin apenas margen para adelantar y sufre para mantener el mismo ritmo en repechos pronunciados. Lo normal es que los usuarios de esta moto no circulen de manera habitual por carretera, pero hay que tenerlo en cuenta.
Un apartado en el que brilla la 2.0 es el del peso, anunciado en 109 kg, una cifra interesante y que influye a la hora de moverse con agilidad. Esto permite zigzaguear con total naturalidad entre los coches, aspecto en lo que ayuda también su corta distancia entre ejes -1.305 mm-. Por contra, esa facilidad para manejarla en la ciudad hace que en carretera se torne en nerviosismo, especialmente en la dirección. La conducción en carretera requiere de un cierto período de adaptación pues las sensaciones que transmite no son tan naturales como las que se obtienen a baja velocidad. Es cuestión de unos pocos kilómetros, no hace falta mucho más.
También hay que acostumbrarse a la frenada, que cuenta con un sistema combinado distinto de lo habitual. Lo frecuente es un sistema en el que al utilizar el pedal del freno trasero, el sistema actúe también sobre el delantero. Pero en la Tango es al revés, es decir, al accionar el delantero la rueda trasera también frena pero no a la inversa. Tiene bastante lógica, pues en off-road es habitual bloquear la rueda trasera y dejar libre la delantera, al contrario se bloquearía la rueda anterior y nos podríamos ir al suelo. Es un sistema bien pensado pero que en la práctica tiene el inconveniente de que al accionar el pedal trasero se endurece la maneta del delantero, por lo que se pierde tacto y dificulta la utilización de ambos frenos.
Más familiar resulta el comportamiento de los neumáticos VeeRubber con dibujo mixto. Se trata de unas gomas con bastante taco orientado al campo y con unas medidas de 19” delante y de 16” detrás. Ofrecen bastante agarre en las inclinadas, aunque se siente cierta pereza a la hora de realizar cambios de dirección bruscos.
Especialista en off-road
Hubiera sido una pena terminar el día sin comprobar el funcionamiento de esas ruedas de taco en la tierra, por lo que Rieju nos tenía preparado un tramo en donde comprobar esa versatilidad que diferencia a la Tango 125 de cualquier otra moto naked 125.
En estas circunstancias se camuflan mucho mejor las carencias del motor, pues la velocidad en tierra siempre es mucho menor que en asfalto, mientras que ese nerviosismo de la dirección también parece haber desaparecido como por arte de magia. Tal es así, que casi sin darme cuenta me encontraba rodando bastante más rápido por pista que por carretera, con bastante naturalidad, y disfrutando mucho más. Incluso hasta me atreví a probar con alguna trialera de escalones de piedra sorprendiéndome por su facilidad para sortear los obstáculos.
Evidentemente, las suspensiones, de las que no había hablado hasta ahora, tienen unos ajustes pensando en ese uso dual, de ahí que tampoco se le pueda exigir demasiado y haya que tener cuidado en saltos y baches. Las suspensiones no son regulables, pero Rieju ha optado por un sistema muy bien pensado para el amortiguador, que es el poder colocarlo en dos posiciones, off-road y on-road, girando una tuerca situada en la base del mismo. Con las dos posiciones se puede circular en cualquier terreno, lo único que la de respuesta más firme hace rebotar más de detrás en los baches, mientras que la blanda, al hundirse más de atrás, resta agilidad en carrertera. Nada que objetar de la frenada combinada ni de sus ruedas, que ofrecen lo mejor de sí mismos y determinan la orientación campera de esta Tango 125 2.0.
Opinión y valoración
Rieju acierta al buscar su propio nicho de mercado, una forma de diferenciarse y evitar la pelea por segmentos muy explotados. Evidentemente esto tiene su riesgo, pues la segmentación conlleva reducir el número de potenciales clientes, pero esos pocos no tienen mucho donde elegir. La Tango 125 2.0 de hecho no tiene rival directa, lo más parecido es la Beta Alp 200, pero la italiana requiere carnet A2, entre otras diferencias.
La apuesta de Rieju es arriesgada pero interesante. Se trata de una moto bajita y accesible para ciudad, pero con la suficiente capacidad para disfrutar en caminos. Me parece una moto muy válida en zonas rurales, en donde se circula por poblaciones pequeñas y son frecuentes las escapadas por la tierra. En cambio, lo tiene más complicado en las grandes ciudades, con las pistas más cercanas situadas a bastantes kilómetros, en donde no podrá sacar partido de esa versatilidad.
Tiene algunas carencias mecánicas respecto a otras 125 cc, pero se suplen con su facilidad de uso y su capacidad de divertir. Además, hay que añadir el valor añadido de adquirir un producto nacional, apoyando a quienes apuestan por el producto local en vez de por trasladar los centros de producción a Asia.
Equipo piloto
- Casco KYT KR-1
- Chaqueta Tucano Urbano Marlon
- Guantes Tucano Urbano Tebu
- Botas Seventy Degrees SD-BC7