La Vespa ha pasado en unas décadas de ser un vehículo de gran popularidad que ha transportado a varias generaciones a resultar un icono actual del buen gusto, dirigido a un público selecto entre el que abunda el femenino. Es cierto que continúa siendo un transporte utilitario en cuanto al servicio que presta, pues para la metrópolis la Vespa es perfecta por concepto y en eso no ha cambiado, ha evolucionado en plena sintonía con los tiempos que corren.

Es pequeña, ligera, manejable, práctica y preciosa, especialmente en este color que le favorece al amplificar su vistosa puesta en escena marcada por esa simplicidad de líneas que ha sido imitada hasta la saciedad pero nunca ha sido replicada con la gracia que tiene la Vespa.

Y este modelo además es portador de un nombre emblemático a más no poder: Primavera. De hecho, la PK 125 es en la actualidad una de las piezas más cotizadas por los amantes de las Vespas clásicas. Siempre se ha caracterizado por tener el chasis más pequeño y en la actualidad sigue este patrón, compartiendo el bastidor con la Sprint pero diferenciándose de la GTS que cuenta con el chasis grande.

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A la última con VMP

Y Piaggio ha puesto todavía más énfasis en realzar sus encantos con esta versión S que destaca no solo por el precioso beige mate o champán (también hay rojo y azul mate) o por los palos negros de las llantas, sino también por una apuesta por la tecnología más puntera gracias a su completa instrumentación con ordenador de abordo y sistema de conectividad.

Se trata de una vistosa pantalla TFT a color de 4,3 pulgadas que cuenta con ordenador de abordo e integra el VMP (Vespa Multimedia Platform) y tiene una App dedicada y de descarga gratuita. Esto ofrece la posibilidad de interactuar gracias al teléfono móvil con el scooter, ampliando así la información y las posibilidades de comunicación ya que incluso se pueden recibir llamadas si tenemos un casco con conexión bluetooth. También permite escuchar música o usar el sistema de navegación. En definitiva es un gran paso adelante en este aspecto y está integrado a la perfección en esa carácter clásico de la Vespa Primavera 125 2019 que también aporta un refinado toque tecnológico gracias a este elemento. El manejo de todo de hace desde la piña derecha gracias a un pequeño conmutador multifunción.

Todo esto tiene su incidencia en el precio y si el modelo estándar cuesta 3.699 €, nuestra protagonista eleva su precio hasta los 4.199 €.

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Elegante gladiadora urbana

La semana que he podido pasar con la Vespa ha sido un reencuentro con un vehículo único que hacía unos cuantos años que no probaba y que conserva intacta su fuerte personalidad y sus buenas cualidades urbanas.

Debo decir que pasear con ella o estacionarla en cualquier lugar es una invitación a la observación por parte del resto del mundo. Se han hecho incluso fotos con ella...Creo que el secreto es el color tan glamuroso con ese acabado mate que le da un aspecto impoluto y de presencia intensa.

Pero lo mejor de la Vespa es rodar con ella y comenzar a disfrutar de su delicioso y voluntarioso motor monocilíndrico de tres válvulas. Este bloque de 11 CV y de moderna concepción adoptado en 2016 y denominado i-Get destaca fundamentalmente por su suavidad, la energía en las aceleraciones y el bajo consumo de combustible, fruto en gran medida de su tecnología de baja fricción. Parece una ecuación demasiado perfecta, y lo es, pero es que estamos ante uno de los mejores fabricantes de motores y Piaggio sabe cómo hacer un motor de 125 que cumpla con estas características.

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Con mis 58 “kilillos” acelera con verdadero énfasis, evidenciando una puesta a punto del variador y el embrague ideal para hacer de ella una verdadera gladiadora a la hora de lidiar con el tráfico.

La salida desde parado es tan instantánea que nos permite situarnos por delante de los coches con mucha suficiencia y rapidez. Y todo con un consumo muy bajo que no llega a los 3l./100 km a pesar de ir todo el día con el gas a tope. Lógicamente en el corazón de la ciudad se desenvuelve de maravilla por esta y otras razones pero la sorpresa es que cuando abandonamos su hábitat ideal, también tiene algo que ofrecernos. Al mantener sin problemas cifras en torno a los 100 km/h de marcador, que serán algo más de 90 km/h reales, podemos también afrontar con seguridad pequeños trayectos por autovía. Incluso con dos personas me desplacé desde Madrid a la monumental Alcalá de Henares, que serán unos 50 kilómetros por autopista, y disfrutamos de un agradable paseo en el que incluso en ocasiones rebasábamos a algún vehículo.

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Y es que el uso de llanta de 12 pulgadas le continua haciendo súper ágil pero la estabilidad está garantizada incluso en los momentos de máximo rendimiento del propulsor. Pero lo realmente agradable es pasear a ritmo moderado para disfrutar de la ciudad a fondo, aprovechando su movilidad marcada por la suavidad de un motor que apenas vibra y suena, así como por unas medidas muy compactas, tanto de largo como de ancho, y por supuesto resultando ser una pluma a la hora de moverse. Es tan intuitiva que a veces reacciona con solo insinuarlo con el cuerpo, siendo un vehículo de conducción sumamente sencilla, amistosa.  

En parado esto también se percibe con claridad ya que su manejo a la hora de aparcar es fácil por lo liviana que es, algo que al armar el caballete también llama la atención. Puede que sea uno de los scooters de 125 cc más fáciles de montar sobre el caballete, y eso hace que no se eche tanto en falta la pata de cabra que además es un sistema menos seguro a la hora de dejar la moto aparcada.

No solo bonita...

En plena ciudad es importante contar con unos frenos que respondan con seriedad y la Vespa no ofrece dudas, con un pequeño disco delantero de 200 mm (tiene pinza de dos pistones con latiguillos metálicos) que además está asistido por ABS únicamente en esta rueda al ser de un solo canal. Y es que detrás encontramos un detalle que parece un poco desfasado a estas alturas y más en un vehículo de tanta calidad general: freno de tambor. Cierto es que la moto frena con total eficacia, siempre con ese poco tacto tan típico de las Vespas, pero con la potencia suficiente cuando las manetas están presionadas a fondo. Creo que es un detalle a actualizar a pesar de funcionar correctamente.

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En marcha sorprende el rendimiento de las suspensiones que mantienen el sello inconfundible de la bieleta oscilante delantera con el amortiguador monobrazo y detrás un solo amortiguador. Tienen poco recorrido pero destacan por su capacidad para filtrar muy bien las irregularidades, incluso con dos personas, con un tarado tirando a duro pero nada incómodo. El trasero es puede regular en cuatro posiciones de precarga.

Todo esto hace de la Vespa una moto en ciudad rápida, sumamente escurridiza y precisa pero es que además también es práctica; bajo el asiento cabe un casco integral, algo muy de agradecer en un scooter tan pequeño. Un gancho portabolsas en la punta del mismo complementa esta faceta junto a la guantera delantera con llave, ya que funciona con el contacto dado y presionándolo. Esto también activa el útil botón de apertura remota del asiento situado junto al clausor.  

En cuanto a la habitabilidad, es limitada. Mejor para tallas medias y pequeñas, eso está claro, pero en su puesto de conducción cabe cualquiera, eso también. La postura es natural, con las piernas poco flexionadas y los brazos más bien bajos, por lo que todo descansa cómodamente. Para los pies la plataforma no es generosa, algo que se agrava cuando circulamos en compañía ya que el puesto del pasajero es bastante justo, tanto para el trasero como para las piernas y los pies. En definitiva es lo que ves, un scooter urban pequeño con sus muchas ventajas y e inconvenientes como este.

Opinión y valoración

Hablar hoy en día de Vespa es hablar de refinamiento y esta Primavera 125 S color champán es un excelente ejemplo. Además, Piaggio ha afinado para ofrecer cinco vistosos colores de la versión estándar, tres de la S y tres series especiales con sus acabados y equipamiento correspondiente: 50º Aniversario, Touring y Yatch Club. Vespa quiere que la Primavera sea un nuevo icono y está poniendo todo el empeño.

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Los acabados y la imagen parecen serlo todo en la Vespa pero lo cierto es que a nivel de motor puede que esté incluso por encima en calidad, ya que la mecánica es de lo más delicioso de la categoría de 125 cc. Su impetuoso empuje desde parado encaja a la perfección con el pequeño y escultural cuerpo que se mueve por la ciudad y entre el amasijo de coches con un desparpajo total.  

La posibilidad de poder conectar el teléfono móvil la sitúa entre los modelos más vanguardistas de 125 y por supuesto muy por encima de cualquier otro scooter de corte retro. Es el más caro entre los de este estilo pero atesora más calidad que ninguno, por no hablar de una personalidad arrebatadora. Cierto es que su tamaño tan compacto condiciona algo a la hora de acoger a personas de gran envergadura pero lo compensa con las ventajas que comporta este concepto en plena ciudad. 

De todos modos, su precio base de 3.699 € -sin el sistema de conexión ni la pantalla TFT-, me parece muy razonable por la calidad general de un scooter  que parece haber nacido de las mismas entrañas de la urbe, y que continúa conquistando a las nuevas generaciones gracias a su entrañable originalidad e indiscutible elegancia.

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