Muchos usuarios indentifican la marca Quadro con el Qooder, el modelo de cuatro ruedas (ver prueba), pero en el catálogo del fabricante suizo se encuentra este scooter de tres ruedas válido igualmente para los usuarios del carné convalidado de 125.
Y destaco lo de su validez para los carnés A1/B porque en su interior se esconde un motor de casi 350 cc, lo que le supone contar con unas prestaciones más elevadas que las que por lo general se obtienen con un scooter de 125. Este apartado es importante para esos usuarios que van a hacer uso de él tanto en ciudad como en el extrarradio, pues su potencia es superior a la de cualquier modelo de menor cilindrada.
Peso y medidas
Ahora bien, si por un lado tenemos más caballos bajo el asiento, por el otro tenemos un vehículo más grande. Y es que el QV3 es voluminoso, el más largo y ancho de los scooter de tres ruedas, algo que se nota a primera vista. La parte trasera, en cambio, es estrecha y estilizada, lo que ayuda a generar una sensación de ligereza en el conjunto.
Asiento e instrumentación
A sus mandos uno se siente cómodo, ayuda mucho el mullido y la gran superficie de apoyo de su asiento. Los pies disfrutan de espacio suficiente en la plataforma, incluso teniendo en cuenta que en el lado derecho se encuentra el obligado pedal para el freno trasero. La instrumentación no obliga a bajar demasiado la mirada pero el velocímetro es confuso con tantas líneas y cuesta ver la velocidad exacta. Por otro lado, la luz emitida la propia instrumentación se rerefleja en la parte interna de la pequeña cúpula al ser totalmente opaca.
Las manetas son regulables y en cuanto a la botonera, todo correcto aunque me ha costado acostumbrarme a unos botones algo pequeños para los intermitentes. Otro aspecto que habría que mejorar es el de la colocación de los espejos, situados en una posición baja que obliga a mover la cabeza demasiado para controlar lo que ocurre a nuestras espaldas, y a eso hay que sumar que no tienen una sujección muy firme, por lo que se mueven levemente con los baches.
Hueco para dos cascos
El gran tamaño del QV3 tiene un lado realmente positivo, que es el de la capacidad de carga. Bajo su asiento encontramos un enorme hueco en el que caben dos cascos integrales, o un solo casco junto con una mochila o un bolso de grandes dimensiones. Su acceso es cómodo y no se cierra solo aun careciendo de un hidráulico de sujección. El interior es de plástico duro, no está forrado.
En este panel central se encuentra el freno de estacionamiento que también hace las funciones de estabilizador. Es una palanca demasiado llamativa que invita a que alguien haga la gracia de tirar de ella, lo que haría que el scooter se fuese al suelo. Por lo tanto, es necesario subirlo al caballete que viene de serie al dejarlo aparcado en la calle pues carece de bloqueo de inclinación electrónico como en otros scooter de tres ruedas.
Motor potente y rápido
Una vez en marcha, lo primero que llama la atención son las vibraciones a bajo régimen, pero desaparecen conforme el motor coge vueltas. Son más llamativas en ese primer golpe de gas al salir desde parado, pero insisto que dejan de sentirse apenas transcurren unos pocos metros.
El motor empuja bien, se notan sus casi 30 CV de potencia, lo que nos permite unas arrancadas rápidas. Recupera igualmente bien, sin que se aprecien baches en el escalonamiento de la entrega de la potencia. Ahora bien, al tener tanto peso delante no es complicado hacerlo derrapar al abrir gas en superficies resbaladizas, como asfalto mojado o en la pintura de los pasos de cebra. Con un control de tracción se minimizaría este efecto, un elemento casi imprescindible en los vehículos de tres ruedas.
Ya hemos visto que el motor va más que sobrado para las exigencias de la ciudad, ¿pero qué pasa en la carretera? Pues lo mismo, el QV3 puede superar los 120 km/h con bastante holgura, lo que los desplazamientos en vías rápidos de acceso se realizan con seguridad y sin tener la sensación de ir forzando la moto. El único inconveniente en este sentido es la falta de protección aerodinámica en el casco, como ya he comentado anteriormento, aunque las piernas y el cuerpo sí que quedan bien protegidos.
Comportamiento dos ruedas delanteras
Aunque es realmente eficaz en carretera y autopista, es evidente que está destinado a su uso en ciudad. Y sorprende de nuevo por su capacidad para meterse entre los coches teniendo en cuenta su longitud y anchura. Lógicamente no es tan ágil como un scooter 125, pero tiene buen ángulo de giro, de 35º según indica la marca de manera oficial.
Y es que el QV3 requiere anticiparse a las curvas, pues entre su longitud, el peso delante y el máximo de inclinación permitida, hace que tienda a subvirar. Y cuanta más velocidad llevemos, más acusada es esta sensación. Por lo tanto, hay que estar pendiente en carreteras con curvas y en rotondas amplias ya que no se inclina con la misma facilidad que una moto.
Suspensiones y frenos
Donde he encontrado un gran funcionamiento es en las calles bacheadas, con una buena absorción de las irregularidades por parte del tren delantero. La suspensión realiza su trabajo de manera notable incluso en agujeros más o menos profundos, lo que se agradece viendo el estado de algunas de nuestras calles. Todo lo contrario que con los amortiguadores traseros, de respuesta bastante seca y rebotona.
Valoración y opinión
El QV3 supone un buen primer paso por parte de Quadro en el segmento de los scooter de tres ruedas. Ofrece lo que se espera de un vehículo de estas características, como un motor sobrado para realizar trayectos extraurbanos, buena capacidad de carga y, sobre todo, ese extra de seguridad que garantiza su doble rueda delantera, todo un acierto pensando en esos usuarios con carnet de coche que no tienen tanta experiencia en moto.
Eso sí, lo que valoren por encima de todo el confort y la capacidad de carga tienen ante sí una buena opción. Y también aquellos que buscan exclusividad y huyen de las marcas más generalistas.
COMENTARIOS
Comparte tu opinion