La BMW F 800 R ha sido durante años el pilar de la firma bávara en el segmento más interesante del mercado pero pedía a gritos una sucesora desde hace algún tiempo. Y BMW ha respondido al mercado con una moto a la altura de las expectativas, poniendo en juego un diseño personal y acrecentando su carácter deportivo en todos los sentidos, sin descuidar la electrónica y la conectividad que toda moto de ultima generación debe ofrecer. ¿A que suena bien?

Y es que su nicho de mercado es uno de los más jugosos y por tanto de los más competidos. Por un lado es un modelo destinado a cualquiera que busque una moto de corte naked, polivalente, deportiva y cuyo precio no rebase la barrera de los 10.000 euros. Y por otro, es una opción para los que con el carnet A2 en la mano no tienen duda de que transcurridos dos años van a ir a por el A y quieren una moto con recorrido y 95 CV. Y en este terreno los competidores están muy bien armados, tanto por arriba como por abajo, ya que es una moto que abarca mucho mercado en este sentido, gracias a los 105 CV de su nuevo motor de dos cilindros paralelos en la versión no limitable.

Sus rivales más directas son motos como la Aprilia Shiver 900, la Honda CB650R, la KTM 790 Duke, la Suzuki GSX-S750 o la Triumph Street Triple S A2. Y decimos más directas porque son las que tras los dos años de limitación ofrecen los 95 CV, porque también están en la pelea pero en un margen de precio inferior motos como la Kawasaki Z650 o Yamaha MT-07 dirigidas a un público con menos exigencias deportivas a los mandos. Pero también puede competir sin ningún complejo con motos como la Yamaha MT-09 o la nueva Triumph Street Triple R.

Más tecnología, electrónica y diseño    

Así con este complejo universo naked tanto del carnet A como del A2 en mente, BMW ha desplegado un concepto de moto bastante redondo que visualmente pone el acento en el diseño y la ergonomía desde un aspecto claramente deportivo.

A primera vista guarda cierto parecido con la generación anterior y a la vez da un paso adelante y se emparenta con la gran naked boxer de la marca, la R 1250 R, gracias a un faro de similar estilo donde podemos ver el detalle de la letra “R” en la parte superior, ya que está dividido en dos por la luz de día DRL que es opcional y está incluido en el Head Light Pro que además cuenta con una interesante iluminación adaptativa en curva o luces cuneteras. Lo que sí es de serie es la iluminación totalmente LED, no solo del faro delantero sino de todas las ópticas de la moto.

La planta de la F 900 R es musculosa pero nada aparatosa, más bien lo contrario, y definida por marcadas aristas que dibujan una moto de aspecto muy de vanguardia, efectista a más no poder. El deposito de combustible es siempre crucial es una moto desnuda y BMW ha hecho un trabajo de modelado, muy preciso aprovechando el material plástico en el que se ha fabricado, algo que permite trabajar formas más complejas con la ventaja adicional del peso, ya que se ahorra un 60% frente a uno metálico. Su capacidad total es de 13 litros, una cifra un poco justa para una moto de esta cilindrada y de carácter roadster.

La parte trasera de la moto es muy limpia, con un colín liberado de cargas ya que el escape es corto, bajo y deportivo, y BMW ha ubicado las estriberas del pasajero de tal forma que no intervienen en la vista lateral de la moto. El portamatrículas también se ha planteado en el mismo sentido ya que al estar prolongado hacia atrás, también contribuye a la sensación general de ligereza.

La posición de conducción está definida por el manillar ancho y plano, las estriberas elevadas y retrasadas y el asiento a 815 mm. Respecto a la F 800 R se ha adelantado la posición para cargar más peso sobre la rueda delantera y esto se ha conseguido con las estriberas 15 mm más altas y 5 mm más retrasadas junto al manillar adelantado 25 mm. La postura que se ha logrado es tan acogedora como deportiva y aunque no parezca una moto baja por la altura del asiento, está diseñada con la zona central más estrecha, de tal modo que llego al suelo perfectamente con mi 1,66 m. Pero si se quiere perder altura o ganarla, BMW ofrece dos asientos más: 790 mm y 835 mm.

La calidad de acabados de la F 900 R destaca como en cualquier BMW, tanto a la vista como al tacto. Además cuenta con un buen equipamiento de serie entre el que destacan sus modos de conducción Rain y Road, así como el ABS y el control de tracción, aunque los elementos más jugosos son prácticamente todos opcionales: cambio rápido Pro, modos de conducción Pro, suspensión electrónica, control de tracción Pro, el ABS Pro, el control dinámico de los frenos y el asistente del par motor, todos ellos con funcionamiento en curva.

Entre la dotación de fábrica sobresale su nueva instrumentación que es una pantalla TFT de 6,5 pulgadas con abundante información en un display de agradable diseño y donde todo se ve a la perfección. Además ofrece conectividad gracias al sistema Connected Ride que a través de una aplicación nos permite disfrutar de mucha más información, navegación, alertas del teléfono, etc...

Motor y parte ciclo: más deportividad  

Sin duda, el alma de este proyecto es el nuevo motor de dos cilindros paralelos derivado del que da vida a la F 850 GS. Gracias al incremento de la carrera en 2 mm se ha llegado a los 895 cc desde los 853 cc. Los pistones forjados así como la culata rediseñada son otra de las variaciones de un propulsor que quiere parecer un V2 y por eso el cigüeñal tiene un muñón desplazado 90º y el calado del encendido es 270º/450º.

Todas estas modificaciones se han traducido en que la potencia máxima se ha incrementado en 10 CV para llegar a los 105 que hacen de ella una moto con un amplio rango de uso. Este mayor rendimiento también se ha logrado incrementando el ratio de compresión que pasa a 13:1, dotándola de un acrecentado carácter deportivo. Y tiene mucho que ver en esto los 92 Nm anunciados a 6.500 rpm, otra cifra que también se ha elevado respecto a la F 800 R.

Para obtener unas buenas sensaciones generales, también se ha puesto lo necesario para mantener controladas las vibraciones, recurriendo a dos ejes contrarrotantes que contribuyen a la finura general del motor.

Las cifras oficiales son de una velocidad punta de 201 km/h y un consumo medio de solo 4,1 l/100 km.

En la parte ciclo encontramos todo lo necesario para sacarle el jugo al motor, ya que en cuanto a suspensiones y frenos la dotación es más que correcta: horquilla invertida con barras de 43 mm no regulable y monoamortiguador trasero ajustable en precarga. Las pinzas de anclaje radial ponen a los frenos en un nivel alto perfecto para una moto de estas características que también apoya con el preceptivo sistema ABS.

Prueba en carretera  

Y nos fuimos hasta Málaga para probar este modelo totalmente nuevo en una ruta que había organizado BMW y que iba a transcurrir en un terreno ideal para una moto así: carreteras de curvas.

Nos acoplamos muy bien a su puesto de conducción y desde los primeros kilómetros ya me fui dando cuenta de que a nivel dinámico esta F 900 R es sencilla de pilotar, ya que sus geometrías de dirección plantean una moto ágil, sin querencias sobre o sub viradoras, y que no demanda mucho esfuerzo físico por parte del piloto.

Esto permite hilar una curva tras otra aprovechando un conjunto con un dinamismo muy juguetón en el que la ergonomía es una aliada perfecta, ya que nos sentimos integrados en la moto y con gran sensación de control.

Y el motor aquí tiene mucho que decir, con un rendimiento muy bueno a partir de las 4.000 rpm, cuando la potencia y el par comienzan a mostrar su cara más enérgica y deportiva. Además el sonido acompaña, ya que se ha logrado una melodía que en esta parte del cuentarrevoluciones resulta muy apropiada por ese marcado matiz deportivo que libera el escape.

Las curvas se sucedían y la F 900 R se mostraba cada vez más competente, permitiéndonos disfrutar muchísimo gracias a la rapidez y precisión con las que se movía de una curva a otra. En plena inclinación y dando gas, la solidez que transmite es absoluta, con el apoyo de unos Bridgestone Battlax S21 que se contribuyen a esa sensación de agarre, tracción y aplomo.

Podíamos apurar la entrada en curva confiados en que tanto los frenos como la suspensión iban a responder en todo momento para hacer posible exprimir el conjunto y divertirnos de lo lindo, llevando al límite esos 105 CV que son muy vigorosos en esa zona media-alta del tacómetro.

Los frenos cuentan con buen tacto y la potencia con unas pinzas de anclaje radial está más que garantizada, por lo que es otro ingrediente perfecto para un moto que te incita a ir “alegre” en este terreno. Sin embargo, el freno trasero no resulta tan eficaz debido a la posición de la palanca y a lo esponjoso del tacto.

El cambio de marchas también funcionó de forma impecable al mostrarse preciso, con pocos recorrido entre las marchas y con un escalonamiento que me pareció muy apropiado. Además disfrutamos del cambio Pro opcional que tenían instalado las unidades de prueba y solo puedo decir que esta moto lo pide a gritos por lo cómodo que resulta y lo bien que funciona cuando practicamos una conducción deportiva.

El puesto de conducción permite moverte de un lado a otro para descolgarte sin imponer ningún tipo de estrechez, colaborando en el disfrute que es capaz de proporcionarte esta F 900 R en plena faena, porque además venía con muchos extras y los modos de conducción Dinamic Pro le sientan de maravilla. La entrega de potencia es muy directa y los controles son más sofisticados para permitir practicar una conducción más radical que en ningún momento pone en aprietos a un conjunto muy equilibrado y que infunde una gran sensación de seguridad y diversión.

Los modos de conducción Pro abren nuevas opciones de visualización en la instrumentación, con más información y en formato más deportivo, destacando el máximo grado de inclinación o la intervención del ABS en diagrama de barras.

También debo comentar que a la vuelta hacia el hotel tras la ruta pude constatar que los espejos retrovisores reciben vibraciones a partir del medio régimen que distorsionan la visión a través de ellos.

Valoración final  

BMW retoma el protagonismo en el segmento naked con una propuesta bien planteada en todos los aspectos, incluido el precio: 8.995 €. Esta cifra la sitúa en muy buenas condiciones para competir con garantías tanto en el segmento de las naked limitables para el A2 como en el de las superiores a 100 CV sin limitación de carnet.

La evolución de la F 800 R convertida en la F 900 R ha sido notable en cuanto a diseño, equipamiento y tecnología. Ha sido como pasar de la noche al día, especialmente en la electrónica y conectividad, ya que ahora estamos ante una moto de primera línea en este aspecto.

Es cierto que lo mejor en cuanto a equipamiento y electrónica está reservado para adquirirlo de forma opcional gracias a los numerosos accesorios disponibles y los diferentes paquetes de personalización, pero de serie ya es una moto bien armada, sobre todo porque en cuanto a motor y parte ciclo también se ha dado un paso al frente para poder desafiar a la mejor competencia.

Su motor de dos cilindros y 105 CV es una garantía de sensaciones deportivas y usabilidad para el día a día, ya que si bien se muestra muy competente en carretera, es una moto definida por la versatilidad de funcionamiento y una lograda comodidad general a la que acompaña una calidad indiscutible que la sitúa como una de las más exquisitas del segmento naked premium A2.

Equipamiento piloto