Tras la toma de contacto con este nuevo scooter las conclusiones son muy claras: se ha hecho un gran esfuerzo por parte de la marca para poder presentar un vehículo que impone por sus medidas y luce un diseño vanguardista en el que se han cuidado mucho dos aspectos: el confort y lo que podemos llevar con nosotros.

Mucho por poco

Sin duda una de las claves reside en la estética de líneas afiladas en el frontal donde el escudo y el gran grupo óptico forman un conjunto sugerente. La capacidad de protección es un poco limitada porque carece de parabrisas, lo que por otra pare aumenta la sensación de dinamismo. Realmente, para un scooter de tan corta cilindrada no es necesario un gran parabrisas pero en autovía o con mal tiempo lo echaremos un poco de menos. De todas formas Goes ofrecerá uno como accesorio opcional.

La trasera destaca por su aspecto macizo y de nuevo por un gran grupo óptico de sofisticado aspecto gracias a la utilización de numerosos diodos LED. Otros elementos como los espejos retrovisores cromados o el manillar sin carrozar con el mismo acabado también persiguen ése efecto de distinción. Lo cierto es que en estética aprueba con nota.

La comodidad está garantizada por un enorme asiento con una amplia zona para el apoyo lumbar, y el del pasajero en un plano superior que también goza de espacio más que de sobra. Vamos que con lo grande que es, en Vietnam viajarían como mínimo media docena de personas. La altura está por debajo de los 800 mm pero el fabricante no ha facilitado las medidas. Pero es evidente que se llega muy fácil al suelo y además permite estirar las piernas, en plan Burgman, del que también toma el diseño porque es practicamente clavado al 400.

Detalles como el bloqueo del freno trasero, la cerradura multifunción con cierre de seguridad o la instrumentación totalmente digital de corte automovilístico, evidencian el esfuerzo por ofrecer un buen equipamiento. El complemento perfecto es el generoso espacio con el que contamos tanto bajo el asiento como en el contraescudo, donde tiene tres guanteras de gran capacidad aunque sin llave. Pero lo mejor está cuando abrimos el asiento porque el espacio principal de carga aloja sin problemas dos cascos integrales y otros pequeño objetos. Pero aparte dispone de otro amplio compartimento que resulta perfecto para algunas herramientas, ropa de agua, etc. Es sin duda uno de sus puntos fuertes.

En marcha

Es un auténtico megascooter a pesar de su corta cilindrada y su batalla de 1.550 mm así lo demuestra. A pesar de ser grande no se mueve nada mal, incluso se siente ligero cuando efectuamos movimientos. De hecho el fabricante anuncia tan sólo 147 kg en vacío, lo cual no es mucho teniendo en cuenta las dimensiones. Nuestra unidad de pruebas tenía la peculiaridad de hacer un extraño y leve balanceo al girar pero nos acostumbramos rápido. Podría ser por los neumáticos mixtos o algo de las geometrías de dirección pero nada preocupante.

La marcha es cómoda y el motor resulta suave, con un empuje suficiente pero adolece de algo más de chispa en la recuperación. Para un uso urbano se mueve con suficiencia y aunque las suspensiones son cómodas pero algo duras, dinámicamente se comporta con solvencia. Monta discos de freno en ambas ruedas y las manetas aunque con poco tacto, responden bien a las órdenes para detener el vehículo con margen de seguridad.

Se ofrece únicamente en negro y la planta que tiene está muy lograda y es una de sus grandes bazas. Pero sobre todo el precio es lo que removerá la conciencia de nuestros bolsillos porque es misión imposible encontrar un producto semejante a este precio. Nos parece casi imbatible y es que fabricar en China permite tener unas tarifas muy competitivas.

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