El Keeway Vieste es una de las apuestas más vanguardistas del gigante chino Qianjiang que ha hecho de este pequeño scooter la punta de lanza de su variado catálogo de 125 cc para el mercado europeo. Y es que representa como ninguno la solución a las necesidades del movilidad que estamos viviendo y en el que el scooter representa el eje angular de esas respuestas.

Rapidez, economía, facilidad de conducción o sentido práctico son las características más valoradas por aquellos que, literalmente, huyen del transporte público en busca de un medio de locomoción privado que les dé seguridad y autonomía de movimientos.

Las grandes marcas llevan años trabajando en este segmento que concentra el grueso de las ventas de 125 cc, y por lo tanto, del mercado global en España, ya que estamos en el nicho de mayor nivel de comercialización en nuestro país. No podemos obviar modelos tan populares como el Honda PCX o el Yamaha NMax, y el Keeway Vieste es una perfecta genésis de estos en un formato más económico, y ahí está su razón de ser.

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El precio, la clave  

Recordemos que su precio es de 2.399 €, una cifra competitiva teniendo en cuenta su diseño a la última, así como un equipamiento sencillo pero bien resuelto y con un punto muy interesante, la llave de proximidad. Para los que no estén familiarizados con este elemento, básicamente consiste en que con solo acercarnos se activa el scooter y no necesitamos llave que introducir en ningún sitio. Esto le hace destacar ya que resulta muy útil para no perder tiempo en ninguna de las operaciones que controla: encendido del scooter, apertura del asiento y apertura del tapón de gasolina.

Además, la carrocería dibuja unas líneas compactas -gracias a su estructura de chasis central- y afiladas, sin duda interesantes por su originalidad, algo que realza el uso de una iluminación completamente LED. Me gusta especialmente la minimalista puesta en escena de toda la iluminación trasera, aunque también goza de una buena presencia y un aire sofisticado la parte frontal.

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Y no le faltan otros buenos destellos como la toma USB junto a una guantera que es abierta, por lo que su utilidad es limitada. No es muy grande el acceso pero podemos llevar el móvil cargando mientras vamos circulando, lo que ya es una importante ventaja tratándose de un vehículo utilitario.  

Cómodo pero poco hueco para el casco 

Para mi, destaca el asiento, incluido su diseño, y la posición de conducción. Gracias a la plataforma que permite estirar las piernas, podemos variar la postura a los mandos y además esto garantiza que las personas de más envergadura también puedan ir cómodas. Además, nos beneficiamos de un respaldo que siempre redunda en un mayor confort de guía. Y la persona que nos acompaña tiene planteado un buen puesto, ya que es amplio, cuenta con dos grandes asideras y tiene fijación para las piernas mediante estriberas desplegables; lo más eficaz, sin duda.

Por lo tanto, tenemos buenos argumentos en el apartado de ergonomía, aunque siempre debemos tener en cuenta que una carrocería de este tipo no protege lo mismo que la de un maxiscooter GT. De hecho, contamos con una vistosa pantalla negra pero que es corta, encajando a la perfección en el diseño pero con el handicap del tamaño a la hora de proporcionar protección.

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Otro elemento a destacar es la instrumentación, bastante vistosa por su formato analógico-digital. Es llamativo como se combinan, ya que la parte digital del indicador del nivel de gasolina y de la carga de batería completan los círculos de las esferas analógicas del velocímetro y el tacómetro. Curiosidades aparte, ofrece la información de forma muy clara y destacan tanto la hora como la temperatura exterior.

El hueco bajo el asiento es un aspecto clave en un scooter y encontramos un espacio que a primera vista parece amplio pero realmente no es muy aprovechable, ya que peca de poca profundidad, especialmente en la parte delantera. Se puede alojar un casco jet pero tuvimos que buscarle bien la posición y el asiento cerraba con cierta dificultad. Pero sí, caber, cabe. Tampoco iba muy fino el sistema de cierre del asiento pero no sabemos si era algo de nuestra unidad de prensa en particular.  

Accesible y dinámico

Al subirme, encontré un asiento muy accesible para mi 1,66 m, por lo que me acomodé muy bien a su puesto de conducción desde el primer momento. Había llegado la hora de probar quizás lo más importante, su motor.

Estamos ante un bloque con culata de cuatro válvulas y refrigeración mediante aire con 10,5 CV a 7.000 rpm. La elección de este tipo de culata es un buen detalle para asegurar que tiene un buen rendimiento a pesar de las restrictivas normativas anti-contaminación y de no contar con refrigeración líquida.

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Al arrancar, percibimos un motor más bien discreto en cuanto a sonido y con unas vibraciones muy controladas. La arrancada desde parado no es especialmente briosa pero sí suficiente para dejar atrás a los coches con facilidad que es de lo que se trata. Ofrece una mejor cara, más enérgica, en cuanto llega a su zona más óptima de funcionamiento ya que su par de 10,7 Nm se entrega a unas 6.000 vueltas. Por eso contamos con unas prestaciones bastante buenas en ciudad e incluso nos permite salir a alguna autovía de circunvalación con cierto desahogo; no es su terreno ideal, ni por prestaciones máximas, ni por la protección contra el viento. Pero se muestra muy digno en cuanto a estabilidad y rendimiento del motor.

Es en ciudad, con los espacios reducidos, donde destaca por la gran fluidez de movimientos derivada de su corta distancia entre ejes y las acertadas cotas de dirección. Llama la atención su excelente radio de giro, pues es complicado encontrar el tope del manillar incluso a baja velocidad. Esto le da una gran ventaja a la hora de hacer quiebros, y si lo unimos a su carrocería estrecha, nos permite pasar casi por cualquier hueco que veamos.

Además, contamos con unos buenos aliados que son los espejos retrovisores, muy bien integrados en al ancho del conjunto y cuya visión es buena porque, además, no reciben apenas vibraciones.  

Guerrero urbano

Por todo esto decía al comienzo que es un buen guerrero urbano, ya que por dimensiones y maniobrabilidad, no va a haber hueco entre coches que se nos resista. Un ingrediente fundamental en ciudad es el de los frenos que están confiados a un sistema combinado. No necesita mucho un scooter de estas características y Keeway lo ha resuelto bien con la presencia de un llamativo disco delantero de perfil lobulado mordido por una eficaz pinza de triple pistón. Esta pinza hace que cuando apretemos la maneta que acciona el trasero también tengamos algo de ayuda del delantero. Combinando ambas manetas, obtendremos siempre una frenada bastante segura y con cierto tacto.

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Los neumáticos que emplea de serie son unos Tinsum y, a pesar de ser una marca china de “segunda división” nos ofrecieron siempre buenas sensaciones aunque no tuvimos la oportunidad de probarlos en suelo mojado.

La sensación general a los mandos es de confort, y no únicamente por la posición de conducción, sino también porque el conjunto de suspensiones funciona correctamente, al nivel del resto del scooter. Cuentan con un tarado que permite filtrar las irregularidades sin resultar rebotonas, tanto delante como detrás, y eso ya es una buena noticia en un scooter de corte más bien económico.

En cuanto la consumo de combustible, es bastante bajo, tal y como debe ser en un vehículo de sus características. Está en torno a los 3 litros a los 100 kilómetros y esto, combinado con un depósito de casi 10 litros, nos brinda una autonomía buena para el uso eminentemente urbano que vamos a dar al scooter.  

Conclusión y valoración

Estamos ante un producto muy a tener en en cuenta para aquellos que buscan un medio de transporte accesible en todos los sentidos. Su precio es un fuerte reclamo en este sentido pero tampoco debemos olvidar que los rivales que ha escogido son muy superiores, en todo, a pesar de ser más caros. No obstante, la pregunta es ¿Puede proporcionar el mismo servicio el Keeway Vieste que un Honda PCX o un Yamana NMax? Pues sí pero con matices importantes, ya que su motor no es tan eficiente y se queda descolgado en cuanto al espacio que hay cuando abrimos el asiento. Es un scooter que necesitaría la instalación de un baúl trasero para ser verdaderamente práctico y esto ya implica un coste.

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Pero tal y como lo ha plantado Keeway, ya es un vehículo muy competente, especialmente en el terreno dinámico, con un motor solvente y de bajo consumo, así como un confort general que lo hace muy agradable a los mandos. 

Poco más se puede pedir a un scooter que yo catalogaría como un utilitario de corte tecnológico, definido por su buena presencia, acabados muy correctos y dotado un equipamiento completo en el que destaca la llave de proximidad como un argumento importante.

De hecho, su concepto le parece tan interesante a Keeway que en poco tiempo veremos una variante de 300 que usará la misma plataforma, evidenciando que esa estructura de túnel central tiene muchas más posibilidades de las que es capaz de explotar este coqueto y batallador 125.