Tras comprobar las virtudes de la nueva V-Strom 1050 XT en su presentación a la prensa, nos quedamos con las ganas de ponerla al límite en el campo con unos neumáticos más acordes al fuera pista. No es que la intención de Suzuki sea la de plantear una montura muy radical en este sentido, todo lo contrario, es una montura enfocada a los grandes viajes pero preferiblemente por asfalto. Para ello, la V-Strom disfruta de una posición de conducción muy cómoda, con un asiento amplio y confortable, y con una buena protección aerodinámica. Su pantalla regulable de manera manual e imposible de ajustar en marcha esconde bajo ella una instrumentación digital LCD que supone el principal punto negativo en lo que se refiere a sus acabados por su presentación un tanto desfasada en relación a lo que plantean sus principales rivales.

Lo que no plantea queja alguna es el funcionamiento de su motor de dos cilindros, renovado en 2020 para ajustarse a la Euro5 y que brilla por su suavidad a cualquier régimen. Su respuesta es muy lineal, lo que permite conducir sin estar pendiente del cambio pues empuja desde muy abajo. No es un propulsor diseñado para ofrecer sensaciones fuertes de aceleración, nuevamente se aprecia que es una moto pensada en su totalidad para hacer muchos kilómetros sin parar. Peca, eso sí, de unos consumos un tanto elevados en cuanto se incrementa un poco el ritmo.

Su electrónica también se ha puesto al día con una IMU de seis ejes dedicada a gestionar cada una de las ayudas electrónicas que de serie incorpora esta versión XT. Control de tracción y ABS con sensores de inclinación, asistentes para arrancadas en cuesta y para descensos con mucha carga o pasajero... Es decir, todo un arsenal de impecable funcionamiento que otorga un plus de seguridad.

Suspensiones y frenos responden de manera sobrada en el asfalto, el menor recorrido en las suspensiones que el de algunas de sus rivales hace que la moto "flote" menos en el paso por curva y se produzcan menos hundimientos de la horquilla en las frenadas. Obviamente esto tiene su cara opuesta al entrar en los caminos, especialmente cuando la cosa se complica. Ahora bien, el montaje de las ruedas de tacos permite incrementar el ritmo al contar con más tracción y apoyo en la rueda delantera, pero también hay que tener en cuenta que las inercias son importantes y corregir la dirección en mitad de una trazada requiere de cierta pericia, así como de un buen estado físico. Tras la prueba hemos podido comprobar que las ruedas de tacos obligan a dejar cierto margen en asfalto pues se pierde adherencia mientras que en tierra sí que se ganan muchos puntos pero nunca conviene confiarse en exceso. En el vídeo encontraréis todas estas sensaciones mucho más desarrolladas, con unas imágenes en caminos de barro realmente impactantes.